XII

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Ruby, Anne y las menores de los Barry se encontraban en mi casa, me habían convencido para prepararle un pastel de carne a Gilbert, según Ruby, eso lo haría sentir más feliz. Su plan de la de rosado era poder llamar la atención de azabache y que de alguna forma se fijara en ella

Si la clave para conquistar a un hombre es la comida- habló Ruby,mientras tomaba un pedazo de carne y se acercaba a las ollas que reposaban en el horno, de las cuales yo me encargaba

Eso es cierto- comentó Dorotea, ella nos estaba ayudando ya que nosotras no éramos unas completas expertas

Entonces debemos asegurarnos de que este sea el mejor pastel de carne que Gilbert haya probado en toda su vida. La carne debe estar bien cocinada- la otra rubia me miró mientras decía eso último, yo rodé los ojos con una sonrisa en el rostro

Cocinar bien no debería estar en la lista de atributos románticos- comentó Anne

Concuerdo- dije mientras recibía ayuda de Dorotea- nosotras somos personas también, no un objeto que deben cumplir todas las funciones que un hombre quiere que hagamos. Merecemos que se enamoren de lo que somos

Que graciosas chicas- dijo Ruby riéndose

No pretendíamos serlo- habló Anne

Entonces.... ¿qué hay en la lista?- preguntó Diana

Yo dejaría que se fijara en mi personalidad, mi forma de ser. Que se ría de mis bromas, que sonría hasta cuando ve mis desastres, que se enamore de mi retorcida mente y sus pensamientos alocados, que me quiera por mí, no por un plato que acabará en menos de un día- la pelirroja suspiró mientras terminaba de decir todo, yo solamente sonreía por todo lo que había dicho. A mi mamá le habría encantado conocer a Anne

El señorito Gilbert- me susurró Doroteo mientras me codeaba

¿Ah?- susurré de vuelta, haciendo que Dorotea se riera por mi expresión

Pero la comida si importa- la de rosa siguió con su idea. Anne solo pudo sonreír falsamente- ¿no creen que Gilbert está más guapo ahora que está triste?

Eso es cruel Ruby- dije yo- es como si dijeran que me veo más linda desde que murió mi madre- la miré algo ofendida

Oh.... Lizzie, no fue mi intención- se disculpó la pequeña rubia

No te preocupes, Ruby- le mostré una sonrisa triste

Oh, menos mal- suspiró Ruby

Ruby y Gilbert sentados bajo un árbol- por la puerta de la cocina aparecieron Minnie May y Leo mientras cantaban ese pequeño fragmento

Minnie May, estamos ocupadas- Diana le reprochó a su hermanita

Estamos ocupadas- la menor la imitó con una voz chillona

Estás mirando- le recordó la pelinegra- te dije que podías sentarte con nosotras si no hablabas, así que no interrumpas o te irás a acompañar a la tía abuela Josephine y a la señora Vanderbilt en su sesión de lectura

Los dos se irán- dije yo también mirando a Leo

¡No!- exclamaron ambos pequeños

La tía Josephine ingresó a la cocina con su típica postura y su elegante vestido negro. Portaba una exprés sería en su rostro y eso pareció intimidar a los dos rubios

ELIZABETH | Gilbert Blythe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora