𝖲𝗍𝗒𝗅𝗂𝗌𝗍 // 𝖪𝖺𝗀𝖾𝗁𝗂𝗇𝖺

Extra 1

2 meses antes de la boda de Bokuto y Akaashi.

Sentía que el aire le faltaba, que lo consumían las paredes, que el callejón era más pequeño de lo usual, que sus piernas no daban para correr más, que moriría, eso sentía Shoyo Hinata en ese preciso momento.

Sus piernas se sentían totalmente débiles, no era para menos teniendo en cuenta que llevaba corriendo algunos minutos y él no era específicamente alguien en forma.

—Te encontré.— Pronuncio una voz detrás de él. Shoyo pensó que estaba muerto, que se repetiría la misma situación, que no había marcha atrás, que estaba manchado, sucio, que iba a ser usado nuevamente, que no servía, que solo era un hueco vacío.

—A-Aléjate.— Pidió nervioso Hinata dándose la vuelta encontrándose con la mirada de aquel hombre desconocido.

—No puedes huir bonito, estás cansado, así que no hagas esto más difícil, que me prende.

Hinata deseaba vomitar o morir en ese instante, y la segunda opción se veía mejor que la primera.

Hinata se sentía acorralado, el desconocido se acercó lo más que pudo, estrelló el débil cuerpo de Shoyo hacia la pared, haciendo que Hinata soltara un débil sonido. Le dolía todo, no tenía fuerzas para impedir cualquier cosa. Shoyo se puso a llorar.

Aléjate, aléjate, no me toques, aléjate, aléjate, aléjate.

Repetía, pero nuevamente nadie lo escuchaba.

—¿¡Pero que mierda!?— Gritó una tercera voz, desconocida para ambos.

—Ayúdame...— Soltó Hinata en un tono de voz tan débil pero audible para la otra persona.

El chico se lanzó contra el desconocido que tenía atrapado a Hinata.

—¿¡Que haces imbécil de mierda!?— Gritó el chico golpeando en la cara al otro.

El desconocido que quiso intentar algo con Shoyo gritó molesto y se fue de ahí después que el otro le advirtiera que le llamaría la policía.

—Dios mío ¿Te encuentras bien? ¿Te hizo algo?— Preguntó el joven acercándose a Shoyo.

Hinata sintió que podía volver a respirar con tranquilidad, pero de todas formas no se sentía seguro, no ahí.

—Tobio...

—¿Quién es Tobio? ¿Dónde vives? ¿Quieres que te lleve? Es mejor que no andes solo chico, ven, súbete a mi espalda.

—¿Me harás algo?— Preguntó tímido Hinata.

El chico sonrió. —Posiblemente venda tus órganos después de matarte.— Ambos rieron.

—Vivo a unas 3 calles de aquí.— El chico asintió y permitió que Hinata se subiera a su espalda empezando a caminar.

—¿Puedo preguntar cómo pasó eso?

—Estaba comprando unas cosas en la tienda más cercana, cuando salí, el señor me empezó a seguir, yo empecé a correr, pero... Ahora estoy bien gracias a ti.

El joven siguió caminando sin decir nada, realmente no le molestaba ayudar, y menos en una situación como esa.

—Creo que llegamos ¿Es por aquí?— Preguntó al estar en la zona donde Hinata le había dicho.

—Sí, es el edificio de al frente.

El joven observó y casi se cae de la sorpresa, sí que era un edificio enorme, y se notaba caro...

—Oye, te voy a subir a tu apartamento ¿Vale?

—Vale.

El portero quien siempre simpatizaba con Hinata lo miró algo sorprendido, no era común que él estuviera en esas condiciones y menos con cualquier chico.