Capítulo 12

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La mañana siguiente Tobio había despertado primero y pudo apreciar lo lindo que era Hinata en las mañanas, con su boca medio abierta y sus cabellos todos desarreglados lograban hacer ver muy adorable al menor, su piel se veía tan suave que quiso besar cada parte de ella.

Tobio se sentía tan lleno con Hinata, era muy raro, con solo verlo quiso retenerlo para él, sonaba muy tóxico y todo pero era una realidad, quería apreciar cada estado de Hinata, cada reacción, aún gruñón y malhumorado, le gustaba.

Le gustaba mucho y quería cuidar de él.

Tobio no se resistió y pasó sus dedos por el labio inferior de Hinata quien por el contacto frunció su seño y Tobio casi muere de amor por esa simple acción, así que sin mucho que pensar, empezó a dejar varios besos por los belfos del menor quien con cada contacto de piel comenzó a despertar.

—Mmm...Tobio.— Dijo soñoliento mientras intentaba moverse pero el mayor lo tomó por sus caderas y lo pegó más a su cuerpo.

—No te muevas Shoyo, me gusta tenerte cerca.

Hinata pasó de soñoliento a ser un tomate, podía jurar que su sonrojo llegaba hasta la punta de sus pies, le pareció tan bonito la forma en que Tobio dijo aquellas palabras.

Pasó sus manos por su cabello y dejó que el mayor hiciera lo que deseara con él.

Tobio no pudo estar más feliz por esa acción y empezó a dejar un montón de besos por el cuello del menor, quien cada vez que sentía los suaves labios de Tobio soltaba un jadeo.

Tobio mordía, succionaba y marcaba, iba dejando claro a quien pertenecía Hinata.

Tobio se intentaba controlar pero al sentir el pequeño bulto entre las piernas de Shoyo y oír sus pequeños jadeos no pudo resistirse. Empezó a ir bajando por su lindo cuello para luego sacarle la camisa al menor mientras dejaba cortos besos por todo su abdomen. Le encantaba el cuerpo de Hinata, le parecía una maravilla.

Los suaves gemidos de Shoyo era lo que sonaba en esa habitación, los besos y caricias de Kageyama tenían mal al menor quien gemía sin pudor alguno.

Tobio quito los boxers de Hinata, dejando afuera su muy lindo miembro. Le dio besos y caricias por toda su extensión, mientras solo podía gemir en respuesta, la sensación que le brindaban los labios de Tobio era única, quería embriagarse con ellos.

Tobio veía atentamente a Hinata mientras metía su pene en la boca, subiendo y bajando, succionando y pasando sus manos por las delgadas piernas del chico.

Todo le parecía tan sucio y hermoso a la vez.

Hinata era coqueto, lindo, todo en él era perfecto.

—Ah Tobio...~

Tobio se le pararon hasta las orejas por oír su nombre de esa forma tan lasciva.

—Tobio... mgh~

—Dime que quieres, bebé, te lo daré todo.

—Tobio por favor~

—Dime que quieres, Shoyo.

Una nalgada resonó en la habitación.

—Tobio... Quiero ¡ah!~

Tobio no paraba de darle placer con más placer y menos cuando sus manos lo tocaban de esa forma tan descarada.

Tobio succionaba su miembro, lo lamia y lo hacía suyo con su boca.

Jodida boca tenía Kageyama Tobio.

Hinata no aguantaba, iba a correrse.

—Te quiero a ti Tobio, ah~

Un gran gemido acompañado de un fuerte orgasmo fue lo último que dejó a Hinata delirando.

El mayor tomó la dulce esencia del menor y lo acercó haciéndolo sentarse entre sus piernas mientras era abrazado por él.

—Tobio...

—Dime, pequeño.

Las manos de Tobio subían y bajaban por la desnuda espalda de Hinata, de vez en cuando tocaba sus muslos haciendo que éste se removiera en su regazo, le parecía muy tierno de parte de Shoyo ese tipo de actitudes.

—Tobio, sé que no llevamos mucho tiempo conociéndonos pero por favor, no te vayas de mi lado.

Tobio sintió como su corazón se paraba, sentía lo triste y desolado que eran las palabras de su pequeño y quería quitar todo dolor que cargaba en ellas.

—Hinata.

El menor miró a Tobio con miedo de lo que dijera, porque él dijo que le gustaba pero ¿Y si dejaba de gustarle? Hinata era consciente que tenía una muy mala actitud y tenía miedo de aferrarse al mayor y que éste se fuera dejándolo de nuevo con un corazón roto.

—Shoyo te estoy hablando, mírame.

Le tomó de su quijada y alzó la mirada del menor.

—Quiero que te metas algo en tu linda cabecita, no pienso alejarme de ti, aun siendo un desastre voy a permanecer a tu lado, te dije que me gustabas y no es como si a mí me gustara cualquiera, entiende, que no quiero compartirte y mucho menos ahora que sé lo sensual que suena mi nombre entre tus gemidos.

—¡Tobio!— Hinata le dio un golpe a Kageyama mientras este se reía.

—Perdón, perdón, fue necesario.— Le dio un suave beso que hizo que ambos corazones latieran fuertemente.

Eran la perdición del otro y no eran conscientes.

—¿Quedó claro, Shoyo?

—Muy claro, señor Kageyama.

—Dime así nuevamente y te voy hacer gritar.

—Inténtalo.— Dijo pícaro mientras aún desnudo se movía por encima de los pantalones de pijama del mayor.

—Me encantaría continuar, pero haremos las cosas bien y en este momento mi lindo y pequeño príncipe tengo hambre, así que vamos por algo de comer.

El mayor intentó levantarse pero Hinata no lo dejó.

—Tobio, hoy quiero cocinarte yo...— Le comentó con algo de pena y Tobio no pudo estar más feliz por eso.

—Claro bebé, pero deberías ir a bañarte.

—Obvio, no andaré lleno de semen, que asco.

—Pero...

—Nada, me iré a bañar, recoge las sabanas.

—Mmno, las guardare de recuerdo.

Hinata arrugó la cara y Tobio soltó una fuerte carcajada.

—Eres un sucio.

—Tal vez.

—Más vale que sea solo conmigo porque te advierto Tobio, soy muy celoso.

—No me molesta que lo seas.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Sólo conmigo?

El mayor quiso hacer a Hinata suyo en ese momento. Pellizcando su nalga le respondió:

—Solo contigo, mi príncipe.

Ambos se dieron varios besos para seguir con su día, Hinata se dirigió al baño para tomar una buena ducha mientras Tobio quitaba las sabanas y las ponía a lavar.

Ambos sin saberlo sonrieron a la nada, pensando en el otro.

Aún no se decían que se querían pero ¿Realmente no era obvio?

Tobio quería a Hinata.

Hinata quería a Tobio.

Pero ¿Eso era suficiente para estar juntos?

𝖲𝗍𝗒𝗅𝗂𝗌𝗍 // 𝖪𝖺𝗀𝖾𝗁𝗂𝗇𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora