ÍNCUBO [KØOKTÆ]

5

Satán acariciaba el sedoso cabello del menor acostado en sus piernas, sintiendo su cálida presencia, sintiendo lo único que le quedaba de su pasado con el amor de su vida.

-Ah, tan dulce como ella...- Susurró sin dejar de mirar a Taehyung.

-¿Cómo era?- Preguntó acomodándose en sus piernas para mirarle acostado.

-Su cabello era rubio y suave, como el tuyo- Sonrió - Su piel era pálida y sin ninguna imperfección...- Suspiró- Como la tuya.- Sus labios eran gruesos y rosados y sus ojos eran pura luz marrón- Pasó sus caricias a su rostro, pasando su índice por su mejilla- Tal y como tú, realmente eres idéntico a ella-

Taehyung río y se levantó, pasando ambas piernas por su cintura y abrazando su cuello.

-¿La extrañas?- Preguntó

-Sí- Río nostálgico, pasando sus manos por su cintura- Es lo único que echo de menos-

Taehyung miró sus ojos negros y se acercó más a él. - Pero ahora me tienes a mí- Se acercó más, haciendo que sus respiraciones chocarán- Estoy aquí, contigo y siempre va a ser así...-

Satán bajó su mirada a sus labios y abrazando al pecado, tal y como siempre había hecho, lo besó.

Taehyung continuó el beso, el cual era lento y sutil, suave y sin prisas.

El rubio se separó con la misma lentitud y escondió su rostro en su cuello, abrazandole fuerte.

- Eres mi padre, esto es pecado, ¿no?- Susurró entre risas.

-Vinimos al mundo para pecar, no para retener deseos en orden de un Dios que nos abandonó- Respondió acariciando su espalda.

-¿Por que te expulsó de su reino?-

-Por tener opiniones propias y no seguir reglas de alguien que se cree superior a mí-

Taehyung volvió a mirarle
-Te admiro- Sonrió - Quería pedirte algo...-

-¿Que quieres?- Siguió jugando con su espalda.

-Necesito hablar con Jimin- Continuó
-A solas-

-¿Para que?- Frunció su ceño y paró sus movimientos

-¿No confías en mí?- Se acercó nuevamente, sonriendo cerca de su rostro- Solo quiero hablar con él, somos buenos amigos y ya que no puedo salir de aquí, me gustaría que le hicieras venir-

-Confío en tí- Se acercó más y volvió a besar sus labios en un casto beso.

-Gracias- Lo abrazó antes de separarse- Te quiero- Susurró coqueto antes de levantarse.

Satán río inevitablemente e hizo pasar a los dos demonios que vigilaban detrás de la puerta.
-Quiero a Jimin aquí, ya-

Asintieron y se fueron en busca de él.

-Os dejaré solos diez minutos, después volveré y acabaremos lo que hemos empezado- Se levantó y caminó hasta Taehyung, entrelazando sus manos con las suyas- ¿Que te parece?-

-Me encantaría- Sus mejillas se tornaron rojizas y agachó su mirada sonriendo tímido.

-Perfecto- Dijo antes de besar su mano y caminar hasta la puerta- Recuerda, mañana a las seis y media de la tarde, comienza tu entrenamiento-

-Claro- Asintió

Sonrió una vez más y cerró la puerta, dejándolo solo.

En el mismo instante en el que se fue, Taehyung borró su sonrisa y pasó su mano varias veces por su boca con desespero para después escupir con asco.

Se sentó en el trono de su padre y reposó su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos y suspirando. Paciencia, solo necesitaba paciencia.

-Aquí lo tienes- Abrió sus ojos viendo a los dos demonios con Jimin en el medio. -Tienes 10 minutos exactos-

-Gracias- Se levantó y caminó hasta Jimin, abrazandole.

-¡Jimin!, te extrañé- Dijo alegre mientras la puerta se cerraba.

-¿Que coño haces?- Susurró Jimin, apartando a Taehyung de un empujón y girándose para asegurarse de que la puerta estaba cerrada.

-Escúchame- Volvió a su seriedad- Te necesito-

-Me importa una mierda si me necesitas, te dije que no volvieras a llamarme- Apuntó con su dedo amenazante - No quiero saber nada de tí ¿que parte no entiendes?-

-No es por mi joder, escúchame- Agarró sus hombros y lo miró fijamente- Es por Jungkook-

-Ni se te ocurra mencionarlo, está pudriéndose aquí por tu maldita culpa-

-Voy a sacarlo de aquí-

Jimin comenzó a calmarse y frunció su ceño ante su respuesta -¿Que tu que?-

- Y te necesito para ello, por favor- Suplicó- Realmente te necesito-

Jimin lo apartó nuevamente y suspiró
-¿Que quieres?-

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9:30 am

-Buenos días- Dijo Jimin, viendo a Asmodeo salir de una de las puertas que llevaba a las jaulas.

-¿Buenos días?- Frunció su ceño, cerrando la puerta con llave
-No existen los buenos días-

-Quizás sí- Respondió acercándose a él.

-¿Que haces aquí?- Comenzó a caminar y Jimin imitó sus actos.

-Taehyung quería verme, somos viejos amigos y ya sabes- Río- Hijo de Satán, aquí él puede pedir lo que quiera-

-Tiene suerte ¿no?-

-Sí- Jimin mordió sus labios nervioso y agarró el brazo del pelirrojo, deteniendole.

"Tienes que seducirle, no será difícil, es el rey de la lujuria. Quítale la ropa y agarra su llavero, con ello podemos abrir la celda de Jungkook. Si yo lo hago, no funcionará. Soy el hijo de Satán, por pánico no me tocaría ni con un puto palo"

-Y-yo...- Susurró- Tengo una herida que necesito curar antes de que empeore y mis poderes se han estado debilitandose últimamente, no puedo hacerlo yo mismo-

Asmodeo se giró y observó a Jimin alzando su ceja -¿Quieres que te cure?-

-Por favor- Respondió

- Está bien, muéstrame la herida- Cruzó sus brazos a la espera.

-N-no...- Miró sus ojos y sonrió coqueto - Aquí no- Agarró su mano y lo llevó hasta un lugar más privado.

Una vieja habitación no muy grande, que utilizaban para torturar humanos. Pero debido a su tamaño, llevaba años sin uso. Dos camillas se encontraban en el centro y varios aparatos de tortura colgaban del techo y algunos estaban en la pequeña mesilla negra.

-Bueno, ¿ya puedes mostrarme?-

-Sí, claro- Jimin tragó saliva y comenzó a quitarse la camisa sin dejar de mirar a Asmodeo, el cual se encontraba observando cada uno de sus movimientos.

Terminó y la tiró al suelo.
-Es aquí- Dijo apuntando justo debajo de su ombligo, tenía una mancha morada con muy mala pinta.

-Bien- Raspó su garganta y se acercó a Jimin. - Va a dolerte, ya lo sabes-

-No importa- Sonrió y agarró su mano, colocándola en su pecho y bajándola lentamente hasta la herida.

-¿Que estás haciendo, Jimin?- Preguntó sintiendo el calor comenzar a hacerse presente.

-¿Te pone nervioso tocarme?- Preguntó, bajando más su mano, llegando a su vientre.

-No es eso- Respondió acercándose a él- Pero yo no soy de hierro Jimin y te advierto, si sigues provocándome voy a follarte pese a tus súplicas para que me detenga-

-¿Y si no quiero que te detengas?- Mordió su labio coqueto y bajó más su mano, colocándola en su propia entrepierna.