El día había llegado. No podía permitirse ni un solo segundo más. Tras el asesinato de los padres de Taehyung, estuvo dos días soportando el llanto del menor pero él cada vez estaba más y más débil. Curioso ¿no? Se supone que el que debería estar en ese estado era el humano pero las cosas nunca son lo que parecen y la vida da muchas, muchas vueltas. Definitivamente, tenía que acabar con ese martirio que lo llevaría a la muerte.
Así que ahí se encontraba, frente a las puertas del infierno con Taehyung esposado y llorando a su lado.
-Vamos- Le dió un empujón haciendo que se moviera y quedara delante de él.
Las puertas negras y enormes se abrieron y dos demonios altos y fuertes se posaron a cada lado, mientras una mujer de pelo rojo y largo, avanzaba en el centro.
-Tengo al humano- Dijo empujándolo más, haciendo que cayera de rodillas frente a ella.
-Padre va a llevarse una grata sorpresa- Sonrió mirando a Taehyung para luego mirar a Jungkook- Buen trabajo, hermano-
-No ha sido fácil, Lilith-
-Y por ello, serás el príncipe de esta pocilga- Se acercó a él y estrechó su mano- Bienvenido, será un placer trabajar junto a tí-
Jungkook estrechó su mano también y miró a Taehyung detrás de Lilith, él ya se encontraba observándole y llorando silenciosamente.
-¿Que va a hacer con él?- Preguntó
-Lo entrenará, es más poderoso de lo que creemos- Pausó y miró a Taehyung también- Hijo de Lucifer- Sonrió - Hay que sacar provecho de sus dones-
Jungkook había dejado de escuchar, sus ojos estaban conectados a los de Taehyung.
-Llevarlo dentro- Dijo Lilith y en ese momento, Jungkook volvió en sí.
Los dos hombres avanzaron hasta Taehyung pero antes de que lo hicieran; se levantó del suelo y corrió escuchando los gritos detrás de él.
-¡NO DEJEÍS QUE ESCAPE!- Gritó Lilith
Taehyung corrió más hasta llegar a Jungkook, pasó sus muñecas atadas alrededor de su cuello y lo besó una última vez.
Jungkook se quedó estático, sintiendo los labios del rubio sobre los suyos hasta que uno de los demonios agarró a Taehyung por detrás, separándolo de él y comenzando a arrastrarlo para llevarlo dentro.
-¡Jungkook! ¡Por favor! ¡Jungkook!- Gritaba una y otra vez Taehyung.
Jungkook seguía en shock, el humano seguía mirándole mientras gritaba y se alejaba más de él. El mundo pareció detenerse.
Y de repente, sonrió.
- Ha sido un placer, Lilith. Nos vemos- Se giró con la misma sonrisa, comenzando a alejarse unos cuantos pasos hasta detenerse.
-Ah-Sonrío más -Jodido humano- Susurró antes de darse la vuelta y clavar su cuchillo directamente en el corazón de Lilith. Acto seguido avanzó hasta los demonios que sostenían a Taehyung y sacó un cuchillo más de su cintura, cortando sus cabezas al unísono.
-Nos vamos a casa- Le dijo sonriendo y otorgándole su mano.
Taehyung sonrió y agarró su mano, levantándose del suelo y comenzando a correr junto a él, sin desenlazar su agarre.
Corriendo de sus destinos, huyendo de sus realidades, ellos contra todos los demás, peleando, luchando, sangrando y llorando; pero juntos.
Aplazando lo inevitable.
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ÍNCUBO [KØOKTÆ]
FanfictionJungkook es uno de los íncubos más poderosos y lujuriosos. Taehyung, un humano más arrastrado a su mundo de placer y terror. CONTENIDO DELICADO, LEER CON PRECAUCIÓN; Sobrenatural [Demonios, brujos, ángeles etc], sexo explícito, asesinatos detallados...