-30-

29 3 40
                                    

Desde la mañana parecía que iba a hacer un buen día. Las chicas habían despertado desde la mañana, las tres parecían a ver descansado bien, ya que se habían levantado algo mas tarde de lo normal. En cuanto la pelirroja despertó, miro la pantalla de su teléfono mirando que ya tenia un mensaje del castaño, tenia el tiempo de relajarse ya que ese dia no tenían muchas clases y pensaba ninguna de las tres ir, mas al tener la presentación en esos mismos días. Hana se levanto de su cama con una sonrisa en su rostro, le contesto el mensaje rápidamente y miro en su mueble aun lado de su cama una pequeña foto que se habían tomado el dia anterior, tomo la foto para volver a verla y sonreír al recodar como había pasado una persona que sacaba fotos en una cámara antigua que las imprimía en ese mismo instante y aunque esas cámaras ya se habían vuelto a usar y eran algunas nuevas, esta persona tenía de las primeras que se habían sacado. Y mientras admiraba la foto, escucho como tocaban la puerta de se cuarto, cosa que en menos de un minuto guardo la fotografía en el cajon del mismo mueble para ponerlo abajo de unos cuadernos y de libros que tenia a medio leer.

— ¿Estas bien? — Hana volteo al ver como la cabeza peliengra se asomaba por la puerta. La pelirroja asintió con la cabeza invitándola a entrar por completo a su cuarto. Ella acepto y entro dejando ver su melena color negro todavía revuelto indicando que se acababa de levantar, camino hasta donde estaba Hana y aprovecho acostándose en la cama de la pelirroja. — Pensé que seguías dominada. — Agregó Mirai mientras cerraba sus ojos.

— Ya es algo tarde, pero quería descansar.— Respondió encogiéndose de hombros y riéndose al ver como Mirai estaba a segundos de volver a dormir. — Deberiamos desayunar.— Sugirió, mientras la pelinegra asentía con la cabeza con algo de pereza. — ¿Terminaste de hacer tus postres?— Este era un día diferente, siempre Mirai lo hacía en fin de semana, pero esta vez había tenido tantos pedidos que tuvo que dividirlos a la mitad para que el fin de semana no fuera saturado y no estresarse.

— Termine noche, pero solo falta repartirlos. — Respondió estirando sus brazos para evitar dormirse.

— Quizás Yuusei te pueda ayudar. — Agregó como una idea. Incluso Hana había recordado que el día anterior la pelinaranja le había llamado y su batería había muerto. Aunque solo Mirai hizo una mueca al pasar primero por el cuarto de Yuusei y mirar que ya estaba vacío, cosa rara ya que por si de ella fuera todavía estuviera dormida.
— ¿Sigue dormida? — Pregunto sacando a la pelinegra de sus pensamientos.

— Creo que no esta. — Respondió. Hana frunció el ceño ya que eso no era normal en ella. Tomó su teléfono y le mando un mensaje a su amiga para averiguar en donde estaba. Aunque las tranquilizó al ver como les contestó de manera rápida diciendo que estaba dando los últimos detalles a la pintura de la exposición. — Esta bien si voy sola, no te tienes por que preocupar.— Agregó dandole a entender de que ella podía hacerlo sola.

— ¿De verdad? No hay ningún problema si te acompaño solo un poco.— Dijo Hana al ver como Mirai se levantaba de la cama. Aunque ella solo negó con la cabeza.

— Tienes la presión de la presentación en estos días, aunque no lo dejes notar estas nerviosa por eso, aunque sabemos que va a salir todo bien.— Dijo enfatizando las ultimas palabras. La pelirroja sonrió poniendo los ojos en blanco. Siempre se alegraba de que ambas de sus amigas tuvieran la certeza de que todo saldría bien.

Ambas se encaminaron hacia la cocina para preparase algo de desayunar, todavía extrañadas de la ausencia de Yuusei, aunque ya tenían en claro en donde estaba, en el interior sentía que ese seria mas que un dia agitado.

Mientras que por otro lado, estaba la pelinaranja afuera de los apartamentos de los chicos, cosa que le pareció eterno al estar esperando al rubio. Ya le había mandado mensaje e incluso llamado para que se apurara, pero no era que Jimin fuera lento, si no que ese dia, Yuusei estaba mas nerviosa de lo normal. Sus uñas ya habían sufrido ese daño al notar como estaban cortas y mordidas por la ansiedad, aunque se relajo un poco cuando miro el cabello rubio de Jimin bajando por las escaleras del lugar.

Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora