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Ninguna de las tres chicas tenía ánimos de ir a la escuela el día siguiente de recibir los regalos. ¿Y si fingían que estaban enfermas? No, eso sería demasiado sospechoso. Por otro lado podían evitar a los chicos, aunque sabían que ellos se encargarían de encontrarlas. Aunque cada quien tuviera diferentes actividades, donde estaba una podría estar más probablemente la otra, siempre estaban conectadas la una a la otra.

Las tres tomaron el desayuno juntas repasando lo que harían en el día y mirando en sus horarios calculando hasta que hora llegarían a casa.

– Creo que llegaré hasta la tarde.– Dijo Mirai mirando la hora.– Tengo hoy clase de música aparte que tengo que entregar los postres.– Agregó.

– Yo puede que más tarde.– Hana miro su teléfono con el mensaje del grupo de baile donde estaba.– Al parecer quieren hacer una presentación para los de nuevo ingreso en la escuela.– Finalizó tecleando su afirmación al grupo.

– Entonces ¿seré la primera en llegar?– Pregunto Yuusei al ver que el día de hoy solo tenía su clase de pintura y llegaba antes que sus dos amigas. – Esta bien... hoy haré la cena.– Dijo dejando salir un pequeño puchero.

Hana miro su reloj de mano casi escupiendo el café, se les estaba haciendo tarde para llegar a la escuela, así que apuro a sus dos amigas para no llegar tarde, hubiera deseado disfrutar mas de ese café. Mientras Yuusei condujo y Hana era la copiloto Mirai fue la que se encargó de poner la música en el camino mientras las tres cantaban en sincronía e incluso bailaban dentro de lo que el carro permitía.

De lejos las tres amigas miraron su escuela, sus paredes adoquinadas le hacían dar un aspecto de la escuela más elegante comparado a las demás que estaban cerca. Rodeado de un verde y fresco pasto, tener un enorme teatro y una biblioteca de envidia era lo que más se caracterizaba de esa escuela. Yuusei entro al estacionamiento del campus buscando un lugar decente al cual poner su auto, hasta que dio un freno demasiado brusco al ver al joven de cabello castaño, sonrisa que pudiera iluminar a todo el campus y pequeños hoyuelos decorando la comisura de sus labios. Ambas amigas miraron en la misma dirección que ella observando como Jimin y Yoongi también bajaban del mismo auto.

– Creo que debemos enfrentar las cosas.– Dijo Mirai al ver cómo ellos caminaban adentro de la escuela.

– Todavia podemos decir que estamos enfermas.– Agregó Yuusei estacionando el auto.

– Mirai tiene razón, tenemos que enfrentar las cosas.– Las tres sabían que debían de hacer algo, aunque no sirviera de mucho con ellos los tres eran más que persistentes.– Además ya avisamos que iríamos a nuestras demás actividades.– Finalizo Hana.

Las tres bajaron del auto disfrutando el aire fresco de verano en Seúl, caminaron hasta entrar en la escuela e inmediatamente la multitud de los otros alumnos las invadieron. Cada una fue hasta su propio casillero, se despidieron entre ellas tomando sus meñiques y entrelazándolas.

El día apenas estaba empezando y tenían que empezar con una buena actitud, aún sabiendo lo que tenían que hacer después.

Mirai llego a su casillero esperando tener un poco de alivio despues de sentir que se ahogaba en medio de tantos alumnos, el unico problema era que la estaban esperando. Jimin estaba esperandola recargado en el casillero de aun lado esperando a Mirai con una sonrisa, ella por otro lado suspiro al verlo. Sabia que tenia que hacer algo, mas por su amiga Yuusei que sabia que a ella le gustaba, pero por otro lado, al ver al chico de cabello rubio mejillas rosas y una sonrisa blanca y grande no tuvo el corazon para hacerlo, mas al verlo tan feliz como un niño pequeño al verla.

– ¡Noona! – Le dijo con alegria. Mirai le sonrio en respuesta dejando su mochila en el suelo para poder abrir su casillero, puso su clave y antes de que se agachara por su mochila Jimin la levanto ayudandola. – Yo te puedo ayudar. – Le dijo cargando la pesada mochila y dandole los libros uno por uno. Mirai observo como Jimin le pasaba los libros con una sonrisa haciendo que sus ojos se desaparecieran. – Espero que te hayan gustado los chocolates noona. – Agrego, haciendo que ella bajara la cabeza. La verdad era que ni siquiera habia leido la nota con la que iban los chocolates, pero incluso antes de que pudiera responderle, el timbre sono haciendo sobresaltar a Mirai, aunque despues ella lo uso como una escapatoria para irse a su salon.

- ¡Gracias! - Grito, casi corriendo a su salon. Si, al menos ya lo habia visto, pero sabia que el chico de mejillas regordetas y sonrojadas la volveria a buscar, pero por el momento su unica preocupacion era prestar atencion en clase.

Por otro lado, Hana ya estaba en su respectivo salon esperando a que el maestro entrara por la puerta y diera inicio a su clase, aunque quien de verdad entro en su salón fue Yoongi junto con dos cafes helados en sus manos. La joven de cabello rojizo quiso esconderse en su pupitre al mirar como Yoongi tomaba asiento en el pupitre de enfrente con una pequeña sonrisa.

– Vi que llegaron temprano y probablemente no tomaste el suficiente café.– Dijo extendiéndole el vaso con café helado.

– ¿Como supiste...? – El pelinegro se encogió de hombros.

– Me lo supuse al saber que te gusta tanto el café como a mi.– Agregó. El pelinegro sonrió al ver como Hana tomaba del café que le había llevado, si, Min Yoongi no era el tipo de persona que fuera demasiado romántico pero eso lo expresaba en la dedicación que le dedicaba a Hana, como la miraba o simplemente en los detalles de llevarle su café favorito.

– Gracias.– Le respondió con una sonrisa. – No solo por el café, tambien por el demo que enviaste. – La sonrisa de Yoongi se extendió cuando mencionó el regalo, una parte de el quería tener aunque sea una ligera esperanza. – Pero sabes que no es necesario que hagas esos detalles.– En realidad Hana quería que esto parara aunque el pelinegro fuera lo ultimo que quisiera hacer.

Pero antes de que Yoongi respondiera algo, la presencia del maestro se hizo presente haciendo que se levantar de su asiento y caminara a la salida. – Disfruta del café.– Fue lo que le dijo antes de irse.

Paso el día y a las tres amigas se les hizo el día rápido, más a Hana y a Mirai. Fue hasta que llego la hora del lonche y las tres se reunieron en el comedor, ellas casi siempre tenían una mesa en la que siempre se sentaban y tras tomar la comida que ese día servían, se sentaron con la intención de comer algo.

Fue hasta que la voz de Hoseok invadió casi todo el comedor. – ¡Yuusei!– Grito con emoción al verla. Los ojos de las tres se abrieron de sorpresa cuando Hoseok con toda la decisión empezó a caminar hacia ellas. Tanto el corazón de Hana como el de Yuusei empezó a latir muy rápido, Yuusei no quería hacerlo sentir mal más sabiendo que si amiga estaba enfrente y casi toda la escuela los estaba viendo. – ¿Si recibiste las flores?– Le pregunto sentándose aún lado de ella.

– Gracias, pero sabes que no tienes por que hacer eso.– Respondió lo más sería que pudo.

– Me lo has dicho varias veces, pero me acordé de ti cuando las vi.– Agregó con una sonrisa. Los ojos del castaño se iluminaban con cariño cuando miraba a Yuusei en cambio ella sólo bajaba la mirada, no tenían el valor suficiente para poder rechazarlo como ella quería. En cambio Hana dejo de comer al ver la escena e incluso tomó algo de té para desacer el nudo en la garganta que se estaba formando, pero ni la dulzura de ese té pudo mandar aunque sea algo de alegría a su cuerpo.

Y eso solo el principio.


WUUUU esto es solo el inicio 7u7

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Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora