Amor no correspondido

~9~

Después de un tiempo, la música cambio de ritmo a una más calmada. Había más silencio en los asientos de atrás del auto de Hana, ahora había dos pequeñas dormidas. Parecía que el se habían agotado después de divertirse tanto en el parque del diversiones, Hana las miro por el espejo retrovisor y sonrió con ternura.

– Si que tienen energía.– Hablo el castaño mirando los asientos también. Estiró su brazo para poder alcanzar quitar el cabello del rostro de ambas, parecía que les picaba.

– Lo se, por eso siempre vengo sola con ellas.– Aún así la pelirroja no tenia de otra opción, además quería a las niñas y no le molestaba cuidarlas aunque terminara cansada. Ambos permanecieron en silencio mientras sólo la música sonaba en las bocinas de auto, hasta que llegaron a los apartamentos. La pelirroja estacionó su auto y pensó en despertar a las dos pequeñas, pero Hoseok la detuvo bajándose también del auto. Tomó a una de las niñas en sus brazos, la pequeña se acomodaba abrazándolo mientras que el castaño reía con ternura. Hana abrazo a la otra de la misma manera y ambos caminaron hasta su apartamento,tocaron la puerta y cuando se abrió la mamá de las pequeñas los dejó pasar con una sonrisa.

Ambos dejaron las niñas en su habitación, aunque Hoseok se quedó más tiempo cuando Sun se despertó y no quería que se fuera. Mientras eso pasaba Hana fue con la madre de las pequeñas para decirle que se habían portado bien y que todo estaba bien.

– Parece que les agrado tu amigo.– Dijo. Ambas sentadas en un minibar que tenía instalado por si llegaban visitas.

– Se la pasaron bien. – Sonrió al recordar la escena en el carrusel. Mientras la señora servia algo de vino en una copa dándosela a Hana, ella solo negó con la cabeza y la dejó en la barra. Ella solo se encogió de hombros, aun así pensaba que Hana se tenía que relajar más.

El castaño salió de la habitación de las niñas con una sonrisa en sus labios. – Te espero en el auto.– Dijo pasando hasta la puerta y despidiéndose de la mamá de las pequeñas. Hana solo asintió con la cabeza com una sonrisa, ahora estaba más que nerviosa más al saber exactamente a donde irían.

– No puedo creer que haré esto.– Se dijo para si misma. Tomó la copa de vino tinto y de un solo trago se lo tomó y pasó haciendo una cara extraña, la realidad ella no era buena bebiendo. Tomó sus cosas y se despidió de la misma manera, sintió su pecho un ardor gracias al alcohol que tomó de un solo trago pero aun así solo sacudió su cabeza y camino hacia el auto.

Hoseok estaba donde le dijo, estaba esperándola en el auto recargado en él, tenía su teléfono en la mano mientras que la otra estaba guardada en el bolsillo de sus jeans azules. El castaño al mirarla le sonrió y le pidió las llaves de su carro ya que el manejaría, ella acepto tomando el asiento del copiloto. Se sentía rara, no sabía si era por que el vino había hecho efecto tan rápido en ella o solo que se sentía más feliz y relajada al estar con él, tenía ganas de ser ella misma.

– Al mirar que te gusta cantar, iremos a mi karaoke favorito.– Dijo. Ella asintió con la cabeza, en realidad estaba ansiosa. Siempre había querido ir a un karaoke, pero por los horarios que tenían sus amigas casi no tenían tiempo de salir las tres a pesar de que vivían donde mismo.

El lugar se miraba pequeño por fuera, solo como un simple restaurante, pero lo que de verdad era sorprendente era el interior de este. Eran varias habitaciones divididas en secciones, incluso había personas esperando su turno para entrar aquí. Hoseok le indico apuntando con su mano a la sección que entrarían ellos, mientras que a Hana le sorprendió que no tuvieron que hacer fila o esperar un turno. Pero por otro lado agradeció que la sección fuera espaciosa, había un menú en la mesa, luces decorando el lugar y una gran pantalla enfrente de ellos junto con un gran repertorio de canciones.