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El dia por fin habia llegado, y aunque Mirai estaba nerviosa, sabia que podía hacerlo. Miro su reflejo mientras trataba de terminar de arreglarse para poder tener un poco de paz en su mente, asi que mientras estaba haciendes su maquillaje respiro profundo mientras cerro los ojos, hasta que escucho que abrían la puerta del camerino donde estaba.

— ¿Esta bien que te felicite antes de tiempo? — Preguntó Hana entrando y sentándose junto con ella mientras ella terminaba de arreglarse. Ella solo le sonrió mientras la miraba de reojo.

— ¿Y si eso me da mala suerte? — Dijo en broma mientras hacia a su amiga reír. Aunque de pronto ella también dejo de reír para respirar profundo y jugar un poco con sus manos. — Hana, ¿de verdad hay mucha gente afuera? — Pregunto nerviosa.

— No es algo que no puedas manejar Mirai. — Respondio su amiga tratando de tranquilizarla. Se levanto de su asiento mientras camino hacia atrás de ella abrazándola por la espalda. — Yo se que lo harás genia, y tranquila, se que también Yuusei piensa lo mismo a pesar de que no este aquí hoy.— Agrego. Y aunque Mirai se encontraba algo decaida de que ella no estuviera ahi, sabia que también tenia otras cosas por hacer que para ella también era beneficioso.

Diciendo eso, la pelirroja se despidió de ella con un fuerte abrazo y repitiéndole que lo haría bien. Despues de caminar fuera de los camerino se encontró con Yoongi que iba hacia donde estaba Mirai, en donde a pesar de que trato de ocultarlo, trata una flor con el. Hana solo le sonrió mientras le indicaba mas seguro en donde se encontraba ella.

— Estoy segura de que an ella le gustará.— Le dijo. Aunque solo el chico le sonrió de vuelta, caminó hacia el lugar donde estaba Mirai y soltó el aire que tenía retenido en sus pulmones por los nervios que el mismo no sabía que tenía.

Toco la puerta y espero pacientemente hasta que Mirai abrió la puerta mirándolo con ojos sorprendidos. Ella todavía tenía su cabello con algunos tubos para resaltar sus rizos e de manera automática se llevó sus manos a la cabeza.

— Lo siento, no quería interrumpirte solo quería...

— Está bien, gracias.— Dijo en un susurro. Ambos se quedaron en silencio mientras se miraban y Mirai observaba las flores que tenía en su mano. —¿Quieres pasar?— Preguntó. El chico sorprendido por la propuesta asintió con la cabeza mientras ella le abría la puerta por completo.

— Gracias.— Dijo el chico ya adentro. Miro alrededor y Mirai se sentó en donde se encontraba antes, con sus manos empezó a quitar los tubos del cabello haciendo que esta vez sus rizos se miraran más definidos y pronunciados. Mientras que el chico se sentaba en la siguiente silla y la miraba en silencio, hasta había olvidado que llevaba consigo unas flores en donde las dejó aún lado de ella. — ¿Nerviosa?— Preguntó en un intento de romper el hielo.

— Demasiado, siento que me voy a desmayar.— Dijo de manera rápida haciendo al chico reír, en donde sin que se diera cuenta ella, Yoongi se acercó más y puso su mano sobre la de ella haciendo que volteara a verlo.

— Recuerdas todo, yo lo sé, así que no tienes por que preocuparte.— Respondió en un intento de reconfortarla.

— Pero, ¿y las personas?— Dijo mirando aún así la unión de sus manos. Yoongi las tomó con más fuerza pero sin lastimarla hasta que otra vez lo miró a los ojos. — Confió en ti.— Agregó. Mirai sintió un golpe a la realidad.

No podía creer que Yoongi, su crush desde hace tanto tiempo estaría ahí junto a ella, con un ramo de girasoles y dándole conforte y ánimo. Ni en sus sueños más locos ella se pudo imaginar estar así, con el, con el mismo chico que le robaba suspiros y sus más dulces pensamientos.

Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora