Había pasado una semana de eso. Una larga semana para todos, ya que por un lado parecía que las cosas mejoraban del lado de las chicas. Era un día sábado por la mañana, la mayor de ellas ya estaba despierta todavía con su cabello alborotado preparando mezclas y decorando sus postres. Dejo salir un largo bostezo y tallándose los ojos busco su teléfono para ver exactamente cuáles pedidos eran más importantes que otros, sonreía mientras miraba su aplicación de notas en el teléfono, parecía que había tenido más éxito, además de sus clientes regulares había algunos nuevos que apenas llevaban una semana comprándole. Separó sus pedidos en dos grupos, en los que quedaban más cerca y los que le tomaría más tiempo llegar, el último grupo lo decidió hacer primero para ser puntual con ellos. Dejo el teléfono aún lado para concentrarse en lo que le quedaba por hacer aún, puso algunos ingredientes dulces en la licuadora para después encenderla poniendo sus manos en las orejas para ensordecer un poco el ruidoso ruido que causaba el aparato, fue tanto que no se dio cuenta que una somnolienta pelirroja salía de su habitación hacia el ruido exacto, todavía con sus ojos entrecerrados y su cabello hecho una maraña a tientas buscó el botón para apagar la licuadora.
— Mirai, son las cinco de la mañana.— Dijo frunciendo el ceño y estirando sus brazos.
— ¡Me retrase en el proceso! Pero ya casi termino.— Aseguró con una sonrisa aunque dudo que Hana la hubiera visto por que aun no abría por completo los ojos, solo vio que se dio media vuelta caminando a su habitación. Aunque en el camino se encontró también a la pelinaranja saliendo de su habitación, todavía abrazando a un peluche de dinosaurio que tenía desde pequeña.
— ¿Que día es?— Pregunto con voz apagada.
— Es sábado.— Respondio Hana. Y aunque ella trataba de ir a su habitación, Yuusei la interrumpió al jalarla hacia ella y caer sentadas en el sillón. — La quiero golpear.— Agregó frunciendo el ceño.
— ¡Te escuche!— Grito Mirai desde la cocina. Yuusei solo sonrió y se terminó por acostar en el sillón para volver a dormir. Hana los miro incrédula por lo rápido que se había dormido, incluso juraba que ya estaba roncando en cuanto volvió a cerrar los ojos. Aun así, se levantó del asiento y volvió a ir con la pelinegra.
— ¿Quieres que te acompañe a repartir?— Pregunto mientras encendía la cafetera. Quizás estaba dormida, pero aun así podía preparar su café.
— Vuelve a dormir si quieres, ya casi termino.— Respondio trayendo consigo la canasta que usaba para sus repartos.
— Ya encendí la cafetera, ya no hay retorno.— Dijo haciendo sonreír a Mirai.
— Tu solo lo que quieres es un postre gratis.— Dijo con dramatismo mientras fingía llorar.
— No, pero no me molestaría recibirlo.— Agregó haciendo que Mirai abriera la boca indignada y riéndose.
Hana prefirió quedarse despierta y tomar su café en compañía de Mirai, claro, con Yuusei todavia dormida en el sillón. La pelinegra miraba de reojo a su amiga por unos instantes, sabía que había sido una semana difícil para ella y aunque parecía que estaba mejorando y estaba bien podía sentir todavía ese aire de tristeza a su alrededor, le dolía verla así y claro incluso aunque ella no le dijera en su mente había golpeado mil y unas veces a Hoseok.
— ¿Que?— Preguntó Hana. Parecía que ya había notado que Mirai la había estado observando. Ella negó con la cabeza y tomó un sorbo de su cafe. — Ibas a decir algo.— Agregó.
— Que las galletas están muy buenas, deberías comprar más de estas...
— Mirai...
— Solo quiero saber si estás bien.— Dijo con sinceridad. Miro la taza con el café medio vacío y jugo un poco con sus manos.— No por que estes con nosotras tienes que estar bien.— Agregó.
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Amor no correspondido
FanfictionLa amistad no se le puede dar a cualquiera y menos quebrarse por cualquier cosa. Mirai, Hana y Yuusei son el ejemplo claro de eso, nadie las podrá separar, ni siquiera que tres chicos estén enamorados de ellas. Pero esto es un amor no correspondid...