Luego de que un evento trágico acabara con la perfecta vida de Hannah, ella se ve obligada a volver a Reseda, la ciudad donde creció. Ahora está en medio de una guerra entre dos dojos de karate, debe elegir entre sus amigos, tolerar que el chico que...
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Hawk
Demetri y yo nos encontrábamos sentados en el pasillo, recostados sobre los casilleros, esperando que Hannah saliera de la enfermería. Ambos teníamos una sola cosa en la cabeza desde hacía unos minutos atrás.
- ¿Qué era eso?- le pregunté a Demetri el cuál solo negó igual de confundido que yo- ¿operación de apendice?
- si, hecha por un carnicero que no sabía dónde quedaba- respondió con sarcasmo haciendo que rodara los ojos
Aquellas cicatrices en su vientre no salían de mi mente, a pesar de todo aún me preocupaba por ella. Evidentemente no eran de algo médico y tampoco parecían cicatrices de autolesión... ¿alguien se las había hecho?
[...]
Esperamos unos minutos mas hasta que finalmente Hannah salió, al vernos todavía afuera suspiró. Ambos nos incorporamos a su lado levantandonos del suelo y caminando junto a ella.
- ¿Qué te dijo la enfermera?
- Que evitara dormir durante las próximas diez horas, y que si me mareaba, sangrara por la nariz o vomitaba fuera urgente al medico- respondió la pelinegra a la pregunta de su primo- ahora ya no necesitas preocuparte por mi, pichón
- no me preocupas tú, me preocupaba que me culparan a mi si quedabas más tonta de lo que ya eres- contrataqué a su broma haciendo que ella rodara los ojos
- Si, claro
El timbre sonó, ella se frenó en seco junto a su casillero y comenzó a sacar algunos libros. Luego nos miró a ambos y nos escaneó con la mirada.
- ¿Qué hacen todavía aquí? Ya estoy bien, déjenme en paz- soltó irritada- ruego por espacio personal
- No hasta que no me digas que eran esas cicatrices- al escuchar las palabras de Demetri noté como Hannah se tensaba
De pronto sus gestos relajados y graciosos pasaron a volverse un seño fruncido, su piel se puso ligeramente palida. A su vez el pasillo se comenzaba a llenar de alumnos que cambiaban de una clase a otra o aprovechaban el tiempo para buscar clases en sus casilleros.
- ¿No te enseñaron a no preguntar sobre cicatrices ajenas?
- Eres mi prima, tengo derecho a preocuparme
Yo presenciaba atentamente la conversación, pero me sentía incapaz de aportar nada, de hecho estaba pasando desapercibido para ambos.
- No lo hagas, estoy bien- repitió la pelinegra en un tono que dejaba en claro que estaba de pesimo humor
- Hannah...
- No, dije que no quiero hablar de eso
Sus ojos se cristalizaron, estaba evitando llorar, intentó esquivar a Demetri pasando por un costado. Y entonces, luego de escuchar toda la charla en silencio, fue mi momento de actuar. Por impulso la tomé suavemente de la muñeca haciendo que se girara confundida y que sus libros cayeran.
