Luego de que un evento trágico acabara con la perfecta vida de Hannah, ella se ve obligada a volver a Reseda, la ciudad donde creció. Ahora está en medio de una guerra entre dos dojos de karate, debe elegir entre sus amigos, tolerar que el chico que...
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El estado de Hannah comenzaba a mejorar, ya habían pasado dos días y aunque aún no despertaba algunos doctores creían que lo haría pronto. Mientras tanto en el valle las cosas comenzaban a volver a la normalidad, la escuela volvería a abrir sus puertas ese mismo día y con una política muy estricta sobre el contacto entre alumnos y las peleas.
Por otra parte las cosas para los chicos aún seguían tensas.
Tory no había siquiera pisado el hospital, estaba demasiado ocupada cuidando a su madre y trabajando la mayor cantidad de turnos posibles, además no se atrevía, se sentía culpable.
Miguel solo dejaba el hospital para bañarse, al igual que Demetri. Incluso quisieron negarse a volver a clases, ambos querían quedarse a esperar que Hannah despertara pero Carmen y Karen los obligaron a asistir.
Por otra parte, Miyagi-do se había disuelto, Samantha se recuperaba de las heridas que Tory le había provocado en la pelea, y Robby había sido atrapado y enviado a la correccional.
[...]
- Karen, ha pasado tanto tiempo- la voz chillona de Sasha retumbó por la habitación
Los padres de Hannah se abrieron paso bajando del ascenso. Se suponía que estarían en el Valle el mismo día del accidente pero llegaron dos días después.
La primera en saludar a la madre de Demetri fue Sasha, con su cabello negro perfecto y su cara sin ninguna arruga, mancha o imperfección, casi como una muñeca. De hecho en New York la gente que no la conocía solía creer que era hermana de la chica, sin duda su cirujano plástico había hecho un buen trabajo.
Luego fue el turno de Hector, el cual andaba con su auricular de llamadas pegado a la oreja como si fuera parte de él. El hombre también tenía el cabello negro, pero a diferencia de su esposa en su rostro si se podían apreciar sus casi cincuenta años.
- Crei que llegarían ayer en la madrugada a más tardar- increpó Karen quien estaba sentada en la sala de espera, sus ojos tenían ojeras por haber estado toda la noche despierta
- Tuve un caso de urgencia y no podía dejar a mi cliente- respondió despreocupado el hombre - vamos Karen, no pongas esa cara, la niña está coma, no es como que le afecte mucho si estamos aquí o no
Karen lo miró incrédula, le parecía insensato que aquel hombre sintiera tan poca preocupación por su hija, pero peor aún que su hermana no dijera nada.
- ¿Y dónde está ella?- habló Sasha
- En la habitación de allá- señaló- pero los doctores están haciendo algunos estudios así que pidieron que no entre nadie
