13° Cristal

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Pudo percibir todo el miedo que desprendía su cuerpo y lo disfrutó a cada segundo que pasaba. Valentino volvió a colocar ambas manos sobre los hombros de Angel, saboreó su forma de temblar y sonrió con ganas de carcajearse ante su patético estado. A su lado, el notable brillo de una pantalla de televisión se hizo presente. Vox se cruzó de brazos al costado de su pareja y formó una sonrisa despiadada junto al proxeneta.

Oh... mira como tiembla. Ya no se ríe con tanta confianza como la última vez, Val.

Por su bien, es mejor que no esté riendo. Le desfiguraría el rostro de un puñetazo si volviera a burlarse de mí.

Ambos intercambiaron una risa cruel, Valentino se atrevió a bajar sus manos y comenzar a delinear el delgado cuerpo de Angel entre sus brazos. Paseó sus largos dedos por sus caderas, apretó cada zona de piel expuesta y masajeó con morbo sus homoplatos y vientre. Angel jadeó con horror y una auténtica expresión de pánico y desagrado cuando llegó a su pecho y mantuvo su pelusa sujetada entre sus enormes manos con la sola intención de sofocarlo y brindarle una sensación de agobio.

Valentino lo jaló contra su cuerpo, apretó sus pechos de pelusa y lo asfixió con la fuerza bruta de sus brazos como si se tratara de una muñeca sin posibilidades de liberarse.

"Suéltame"

"Me das asco"

"Aléjate de mi"

Cada pensamiento se retorció con sufrimiento en la mente de Angel, quien no dejó de temblar entre sus manos y bajó la cabeza dejando que todos sus mechones de cabello blanco cubrieran su rostro y oscurecieran su mirada. Volvía a estar en manos de ellos dos, la situación era terriblemente desesperante y no tenía idea a qué jugarían con tal de saciar su hambre de venganza y humillación.

Valentino frotó el suave pecho de su ex trabajador entre sus dedos, lo hizo jadear sensible ante ese nefasto tacto y, luego de eso, miró de reojo a Vox con tal de que disfrutara junto a él de la tortura psicológica que le regalaría a la zorra que tenía dónde quería. Le sonrió con entusiasmo y coquetería al verlo, casi alegre por las vueltas del destino.

Nadie se burlaba de Val y salía intacto en todo el infierno. Pudo darse cuenta de que el contrato con Alastor era falso y que solo quedó como un imbécil al creerse el teatro y la treta que le montó para disolver su contrato propio con Angel. Tenía tanta rabia por eso que no sabía cómo manejarlo y, por eso, tal vez un castigo lento sería lo ideal.

—¿Qué debería hacer con una perra traidora? ¿Debería vengarme? ¿Debería arrancarle todos los brazos y dar un espectáculo frente a los nobles? ¿O deberíamos violarlo en frente de todos? A nadie le importaría que yo hiciera eso, saben de lo que soy capaz.

Emitió una estrafalaria carcajada y volvió a enfocarse en el cuerpo de Angel, bajó una mano para manosear la delgadez de su vientre plano y luego dirigirse a sus temblorosos muslos. Acarició con tranquilidad, abusó de su poder y no dudó en aterrorizarlo con esos contactos que violaban todo su espacio personal.

La araña sintió sus ojos llenarse de lágrimas, era el fin. Harían una carnicería con su cuerpo y a esos ricos de su alrededor no les importaría en lo más mínimo, sollozó del horror ante cada idea cruel que brotaba de los labios de Valentino. Sus rodillas temblaron con inestabilidad mientras el contrario lo estrujaba con deseo de establecer que aún seguía teniendo el control sobre él, sobre su mente, su cuerpo y sus deseos. Los hilos de humo rojo rodearon sus muñecas, su cuello y la extensión de sus piernas como cadenas invisibles.

Y por sobre todas las cosas, disfrutarían del espectáculo. A ellos no les interesa la seguridad de una prostituta vulgar como lo es Angel Dust.

Queen of Disaster ⋆° RadioDust ◌*̥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora