Queen of Disaster ⋆° RadioDust ◌*̥

22° The night we met

Alastor se le quedó mirando por unos segundos. Contemplar esa amargura en su semblante era algo duro y le causaba la misma clase de dolor. Aún así, sabía que había llegado el momento de hablar y que no podía posponer más aquello.

Dejó pasar a Angel y cerró la puerta. Cuando ambos se quedaron solos allí dentro, Alastor avanzó hacia el centro de la habitación para tomar asiento en la punta de la cama y agachar la mirada. Ese día tampoco tenía la capacidad de sonreír ya que los malos presentimientos lo estaban acechando desde hace bastante tiempo.

Angel se quedó de pie a un par de metros de él. Su cuerpo aún temblaba por las cosas que Mimzy le mostró horas atras. Agitó su cabeza y apretó sus puños en señal de que debía ser fuerte y enfrentar a Alastor aunque hablar del tema fuera doloroso y le generara una terrible ansiedad.

—Mimzy quiere que me aleje de ti. En realidad, eso es lo que todos quieren... Le haría bien a tu imagen.

Pronunció con una voz temblorosa y débil. Hubiera deseado no escucharse tan roto, pero ya no podía ocultar sus sentimientos como antes, mucho menos si se trataba de Alastor.

—Quiere chantajearme. Es una maldita demente y en este punto no sé si quiere ayudarte o perjudicarte. Ella solo quiere que nos alejemos.

Sintió sus labios temblar, se sentía inseguro y desprotegido ante el nuevo escenario, ante esos nuevos conflictos. En realidad, todo eso siempre pudo suceder. Pero era la primera vez que Alastor y él hablarían francamente sobre su futuro y su relación. Y aunque estaba tratando de ocultarlo, a Angel le aterraba saber qué era lo que Alastor pensaba al respecto de ellos dos como pareja. Si tenían futuro o solo eran algo que se disolvería con el viento.

—Si ella muestra mi pornografía más oscura, jamás podremos estar juntos de forma pública, ni siquiera como amigos. No podremos estar cerca de ninguna forma. Yo solo te mancharía y nadie te tendría respeto por estar conmigo.

Enunció de forma ordenada cada una de las amenazas de la rubia. Lo tenía acorralado de varias formas. Y aunque a Angel no le importara lo que pensara el infierno de él, si le preocupaba cualquier tipo de decisión que tomara su pareja al respecto de esa clara amenaza hacia su reputación y persona.

El ciervo se lo veía venir luego de haber discutido con Mimzy la última vez que la vio. Y lo pensó por mucho tiempo. Desde esa vez, no dejó de cuestionarse y de pensar sobre el problema ni por un minuto. Al final, él era el que debía tomar las riendas del asunto e informarle cuáles serían sus acciones a su pareja.

—Angel. He pensado demasiado en esto y he tomado una decisión.

Alastor apagó cualquier rastro de radio de su cabeza y de su voz. Cada palabra comenzó a surgir con su tono natural de humano, logrando que Angel lo mirara y comenzara a sentir que iba a desmoronarse ante él.

Esa voz... Esa nostálgica voz que aún estaba en su memoria. Quería que parara, no sabría si iba a resistir cualquier oración de su parte si le hablaba como el humano que fue alguna vez. Lo miró destrozado y sintió sus rodillas temblar ante toda la ansiedad que estaba creciendo desmedidamente dentro de él.

—Yo... No puedo abandonar este sueño.

Angel bajó la cabeza bruscamente y sus hombros temblaron por lo doloroso que se había sentido escuchar esas palabras. Sintió su garganta abrumarse ante la sensación de agobio y de falta de aire. Como respuesta, se mordió los labios para intentar frenar su ansiedad y miedo. Sin embargo, Alastor continuó porque no era todo lo que tenía para decir.

—Es todo a lo que he aspirado como demonio desde que llegué aquí. Y en serio me esforcé por conseguirlo. No deseo renunciar a esta oportunidad. Y sé que jamás vas a entenderlo, pero no es algo que quiero concebir.