Queen of Disaster ⋆° RadioDust ◌*̥

16° Love song

La siguiente celebración llamó la atención de más de uno del grupo. Quedaban pocas, los tratos finales eran los más importantes en cuanto a poder. Todo indicaba que Alastor terminaría de cerrar los contratos de la zona y obtendría el reconocimiento merecido. Aquella noche, el público que conformó el salón era únicamente femenino por el lado norte. Esa zona era exclusiva para las aristócratas, princesas y duquesas del territorio.

—Muy pronto podremos volver al hotel, en cierto sentido es un alivio. Extraño el ambiente. Nunca podría acostumbrarme a esto.

Vagatha recogió su cabello y luego de eso, sujetó la mano de Charlie a su lado. La princesa bebió algo de su copa y encontró a Alastor entre la multitud lejana, parecía mucho más ocupado que de costumbre. Y eso era porque recibía más atención de la usual, todas las mujeres de distinta raza lo rodeaban como si fuera el ultimo demonio hombre del infierno.

La rubia se encerró con Vaggie, ambas a solas se miraron entre sí y se sorprendieron ante el atractivo natural del demonio radio.

—Alastor está logrando fácilmente su cometido. No pensé que sería así de fácil.

Continuó la morena, sin comprender que era lo que todos veían en alguien como él. La princesa del infierno bebió todo su trago de un sorbo y ya con las mejillas rojas y algo somnolienta, recostó su rostro en el hombro de su novia.

—Lo único que he aprendido es que todos los nobles son groseros. Y que tengo que ser una hipócrita si quiero llevarme bien con ellos. No sé cómo lo hace papá, él simplemente los domina a su antojo. Admiro su experiencia y su increíble carisma.

—Charlie, tú no tienes que cambiar tu esencia por ellos.

Vaggie acarició un poco su cabello, abrazó su cuerpo pasando una mano por su espalda y luego acercó su rostro al de ella para incrementar la intimidad del momento. La rubia abrió los ojos y se le quedó mirando, ya que su novia lucía hermosa con ese maquillaje oscuro y el vestido de encaje que eligió para la ocasión. La morena tomó su rostro con una de sus delicadas manos y le sonrió complaciente.

—En realidad, tú eres la que puede causar un cambio en toda esta sociedad. Es admirable que no seas como ellos. Y amo que seas diferente, que jamás te hayas dejado llevar por su corriente.

Charlotte le devolvió la sonrisa con aquella esperanza que siempre cargaba en su corazón y se acercó para robarle un tibio beso en los labios. Allí, en medio de toda esa alta clase, podía existir una flama de buenos deseos y también la posibilidad de que hubiera un cambio en el futuro gracias a la princesa, quien poseía unos principios muy diferentes al resto y quizá era la persona más humana de todos los presentes, paradójicamente.

Ambas se quedaron en aquella parte del salón. Por otro lado, Angel obligó a Husk a seguirlo por el rincón opuesto de la fiesta. La enorme estructura estaba divida en dos y para no aburrirse en esa mierda de lugar, al menos debía recorrerlo.

La verdad era que Angel necesitaba ver a Alastor, al menos a la distancia. Pero no podía reconocer algo así, tenía que ser un secreto. Vigilarlo e ir a la par de él en esas fiestas podría costarle caro, necesitaba estar lejos. Por eso pensó que mirarlo desde la distancia no era mala idea, solo para saber su ubicación, solo eso y nada más…

Se detuvo al atravesar la división, soltó a su compañero quien estaba siendo arrastrado por el brazo mientras que Niffty seguía el paso detrás de ellos. Allí encontraron hombres y mujeres, los cuales giraron a verlos con una mirada acusatoria, sus ojos fueron como flechas despiadadas directo a Angel, quien en una ocasión normal solo volvería a insultarlos por lo bajo.