23° Angels like you

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Se mantuvo sentado en la orilla de la entrada del hotel. Abrazó sus piernas con sus brazos superiores y mantuvo su celular a un lado de su cuerpo mientras escribía un mensaje pausadamente. Eran palabras simples, pero significaban mucho. Él... Necesitaba ayuda y sanar el dolor de la única forma que conocía.

Angel enterró su rostro entre sus rodillas, ocultó su expresión dejando que el cabello también inundara su semblante y cubriera toda su visión. Las bolsas de cocaína estaban regadas al costado contrario del celular y estaban por la mitad, habían sido consumidas con mucho descuido y el viento se estaba llevando el contenido del polvo blanco poco a poco. Escribía un mensaje en su celular sin mirar, como si supiera de memoria deletrear una clase de mensaje tan desesperado. Tal vez porque no era la primera vez que se humillaba así y volvía a sus brazos llorando porque alguien le había roto el corazón.

Cuando alguien lo lastimaba, las cosas siempre terminaban así. Por eso mismo su relación eran veneno puro y encontraba felicidad en solo un par de caricias porque estaba desesperado por tener esa clase de cariño, aunque fuera falso.

Su mano inferior contraria sostenía un cigarro que se estaba consumiendo, los hilos rojos de humo se deslizaban entre sus cabello y cuerpo. Angel sentía ese olor familiar y esa reconocible sensación de que todo estaba perdido y ya no había forma de repararlo.

No pudo alzar la cabeza ni mucho menos, mantuvo su semblante oculto entre sus rodillas y tembló demasiado afectado y destruido. Habían vuelto al hotel Hazbin. Él estaba en la entrada y estaba sentado allí desde hace horas. No estaba pensando con claridad debido a las drogas y al sufrimiento de su alma. Pero una cosa estaba clara. Su momento de poca lucidez le había dado el valor y el impulso para regresar a su antigua vida donde las cosas no dolían tanto.

"Quiero volver. Déjame volver."

Se sabía el número de celular de Valentino de memoria. Era como si estuviera tatuado en sus recuerdos. Terminó de escribir y solo quedaba enviar el mensaje. Volver a sus brazos cuando lo herían se había vuelto algo habitual. Hasta sentía que el proxeneta podía brindarle amor. Sexo, dolor, drogas y dependencia. Tal vez todo eso era dulzura para Val. Y agradecía que al menos él nunca le hubiera pedido que cambiara. Angel como producto era ideal con su forma de ser. Valentino lo amaba porque era una zorra vulgar sin futuro. Y eso estaba bien.

Si. Volver a sus brazos llorando para mendigar afecto y jamás volver al Hazbin, huir de todos y volver a su vida anterior, intentar hacer otro contrato con Val, entregarle su alma y hacer como que Alastor jamás existió... Todo eso sonaba tan bien en su nebulosa mente perdida en adicciones y sufrimiento. Al menos Valentino nunca lo dejaría. Al menos podría sanar ese dolor con trabajo y volver a apagar sus sentimientos. Angel pensó amargamente que de alguna manera, Val lo iba a proteger para que nada de eso volviera a pasar. Para que nadie le volviera a dañar el alma porque creer en el amor era un caso perdido.

Angel lo perdió todo. Arriesgó y no ganó. Y era un estúpido por haber creído que las cosas serían diferentes con Alastor.

Alguien corrió el celular de su mano casi de una patada.

Husk pudo ver en el suelo el aparato, leyó el mensaje y las intenciones que traía esa súplica escrita. Se llenó de tanta cólera que alzó su pie y lo estampó contra la pantalla del celular. Lo destrozó por completo y lo dejó allí, totalmente inhabilitado para poder hablar o mandar mensajes. Se giró hacia Angel y le gruñó fuera de sí ante la semejante idiotez que había estado por cometer.

¡¿Qué mierda se supone que estás haciendo?! ¡¿Te volviste completamente loco?! ¡¿Eres estúpido o qué?!

Gritó todo de forma descontrolada. Angel había sufrido en todo momento desde que pisó el hotel la primera vez. Cada vez que volvía de su antiguo trabajo, lloraba en la barra mientras bebía alcohol hasta perderse. Llegaba lleno de golpes y en condiciones espantosas y hasta a veces no llegaba a abrir las puertas de entrada porque se desmayaba a centímetros de entrar debido a su agotamiento extremo y a su fuerte y descuidado consumo de drogas. Todos esos excesos se debían a qué trabajar activamente para Valentino era una tortura y un suplicio que solo se podía soportar estando colocado. ¡¿Por qué demonios querría volver a ser su esclavo?! ¡¿En qué estaba pensando luego de todo lo que tuvo que pasar para ser libre gracias a Alastor?!

Queen of Disaster ⋆° RadioDust ◌*̥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora