Queen of Disaster ⋆° RadioDust ◌*̥

25° Mi verdad

Tanto Angel como Cherri corrían por las calles de la ciudad con la sola intención de llegar al escenario principal. La situación era caótica porque poco después de que las palabras de Alastor llegaran a todo el mundo, todas las televisiones y sitios de internet desde los celulares apagaron su transmisión repentinamente y comenzaron a viralizar partes fuertes de las películas pornográficas de Angel. Él mismo comenzó a escucharse desde cada pantalla televisiva y anuncios electrónicos de los alrededores. Se tapó los oídos con horror al darse cuenta de que sus gemidos se escuchaban fuertes y claros. Esa pesadilla se estaba haciendo realidad.

Cherri lo jaló consigo y trató de evitar que se detuviera para comprobar la reacción de la gente. Estaba al tanto de la situación. Si alguien se le acercaba con intenciones de agredirlo o burlarse los reventaría a bombas sin dudarlo. Los grupos de pecadores se quedaban boquiabiertos al admirar las pantallas y al comprender que Angel estaba actuando de esa forma aberrante, morbosa y... sexy.

Lo vieron pasar junto a Cherri y comenzaron a gritarle, pero nada de insultos o mierdas que lo rebajaran por su ex empleo con Val. Sino todo lo contrario. Ninguno de esos pervertidos eran como las personas de la realeza, eran almas comunes y corrientes que de seguro habían cometido peores actos que él para descender al infierno.

—¡Eres ardiente! ¡¿Cuánto cuesta una noche contigo?!

—¡Tu porno nunca falla, Angel! ¡Me la pusiste dura como piedra!

Se volteó hacia la gran cantidad de demonios que le lanzaban halagos. Comenzaron a adorar su físico y sus capacidades y muchos le silbaban con intenciones de coquetearle. Por supuesto, ellos eran pecadores muy alejados de la realidad absurda e hipócrita de la alta clase. No tenían problema en admitir que les gustaba Angel, no eran unos falsos que aparentaban nada. Tal vez eran unos pervertidos asquerosos pero, de alguna bizarra manera, Angel agradecía esa brutal honestidad antes de ser basureado por ser lo que era.

—¡Cuánto por una chupada, Angie!

Los acorralaban en cada rincón. La araña se detuvo para retroceder ante sus fanáticos acosadores. Ya no recordaba la sensación de ser admirado, fue crucificado y juzgado tan mal por tanto tiempo en esas fiestas que se había olvidado por completo que era una estrella entre los pecadores corrientes. La sensación de no tener que ocultar su naturaleza lo alivió.

—Esos si son fans fieles.

Mencionó Cherri al sonreírle de lado y apartarlo del camino sosteniendo su mano. Dentro de todo, era una caricia al espíritu y luego de sufrir tanto rechazo y odio, era satisfactorio aún tener personas que lo admiraran. Angel corrió a su lado, atravesaron la multitud de personas que seguían admirando su cuerpo en cada película porno transmitida y ambos se sonrieron con malicia al entender que el plan de la zorra de Mimzy había resultado desastroso y un fracaso para ella. Al menos ningún pecador corriente lo dejaría de respetar por eso. Y Alastor gobernaría para la mayoría de ellos.

—Lo olvidé por completo. Almas como nosotros disfrutamos de esta clase de cosas. No somos como esos ricos bastardos. Ellos se horrorizarían por las malas apariencias.

Y por el contrario, los que fueron humanos solo lo admirarían como a una estrella porque era más caliente que el infierno. Angel se detuvo en una esquina donde los pecadores solo querían sacarle fotos a su reluciente y perfecto cuerpo, posó para ellos con una sonrisa despiadada. Pero Cherri volvió a hacerlo entrar a la realidad. Señaló hacia adelante, solo quedaban un par de calles para llegar y podían notarlo por la destrucción que surgía desde el centro.

Ella lo incitó a qua tomara la delantera y trató de detener de alguna manera a todos esos hombres que trataban de seguirlo porque, en ese momento, les estaban robando el tiempo. Con eso en mente, Angel corrió a todo lo que le daban las piernas hasta que llegó al estadio.