❖❖❖C A P Í T U L O 12
HEATHER BAILEY LEVANDER
Bajé las escaleras de la libería con una pila de libros entre mis brazos, a duras penas lograba ver los escalones sin tener que tropezar. Parecía una niña pequeña con cientos de libros que, juntos, eran más altos que ella; no me importó tanto parecerlo, los últimos escalones los bajé entre brincos.
Archer se encontraba parado junto a una de las mesas que ponían dentro del lugar para que las personas pudieran sentarse a leer los libros que les llamaran la atención. Vi al chico moreno con heterocromía a su lado, eran amigos. Ese chico siempre estaba en la librería. Según mis observaciones, aquel chico era de nuestra edad o unos pocos años mayor que nosotros, pero debía estar estudiando; sin embargo, parecía vivir en esa librería antigua.
Recargué mi barbilla sobre el último libro de mi torre para evitar tirar la hoja que hice desde hacía días para decidir a qué carrera aplicar.
Cuando ambos chicos se dieron cuenta del peso que llevaba encima, Archer fue conmigo para llevarse los libros y dejarlos sobre la mesa. Rio al verme batallar contra el peso de cincuenta libros entre mis brazos, mientras tanto, me dediqué a sobar mis antebrazos para quitar las marcas rojas con la forma de las cubiertas de los libros.
Dejé el pedazo de papel sobre la mesa en lo que me encargué de arreglar mi suéter arrugado y las marcas de los libros en mis brazos. Archer la inspeccionó con la mirada, torció la cabeza para poder leer lo que decía, le di un golpe en el brazo para que dejara de hacerlo, él soltó una risotada que luego fue acompañada por la de su amigo.
—¿Qué es eso, Bailey?
Me encogí de brazos.
—Una lista... —hablé sin darle demasiada importancia, mantuve la mirada en mis brazos—. Nada importante.
Lo próximo que vi fue como Akio se estiró para tomar mi hoja de papel. Sus ojos disparejos bailaron por los puntos de cada una de las letras. Se enderezó y su voz llegó a mis oídos:
—Medicina, derecho, matemáticas, biología marina —enlistó en voz alta, fingiendo ser un rector de colegio. Me estiré hacia él para arrebatarle la hoja y darle un golpe en la nuca—. ¡Ey! ¡Di no a la agresión, Heather!
Ambos chicos se rieron en lo que Archer se colocó detrás de mí para seguir leyendo mi lista de carreras a las qué aplicar.
—¿Qué planeas hacer? ¿Lanzar una moneda que te ayude a decidir lo que quieres estudiar? —cuestionó en voz baja, con una sonrisa jocosa.
—Por supuesto que no. —Doblé la hoja y la metí en mi bolsillo—. Para eso hago una lista. Tomo un lápiz, cierro los ojos y voy recorriendo la lista con el lápiz, en la carrera en la que pare, es a la que aplicaré —lo miré antes de encogerme de hombros—. Es un buen método si no sabes qué estudiar.
El chico me miró con el ceño fruncido para luego hacer un mohín.
—Ninguna de esas carreras te gustan.
—Es mejor que nada.
Y, en mi mente, eso era lo correcto.
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El sol, las estrellas y tú
Ficção Adolescente"Éramos una perfecta combinación de nuestros miedos más hermosos y nuestras peores fantasías." BORRADOR ✺ FERNANDA ARCURI ✺ 2 0 2 0