Capítulo 10

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Holi, hago una breve aparición para decir que este capítulo narra un ataque de ansiedad, así que te sientes incómodx o simplemente no quieres saber nada del tema, quizás lo mejor es que te saltes este capítulo. <3

Espero estén bien y que todo siga así o que las cosas mejoren.

¡Besos!

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C A P Í T U L O 10

"Estoy bien."

ARCHER ROWE

1 mes después...



Tenía cierta relación de amor-odio con la idea de querer madrugar casi todo el tiempo. Por una parte, me gustaba el silencio que se producía cuando la mayoría de la gente dormía y el ruido se detenía; por otra parte, lograba conciliar el sueño después de media hora de ver un punto fijo en la pared. Esto me dejaba con, aproximadamente, cinco horas de sueño.

Madrugar no era la decisión más sabia. Despertaba hecho una bestia debido a que las mañanas y yo no nos llevábamos bien, sumado a que tenía que pasar gran parte de la mañana con jaquecas que me hacían querer golpearme con un sartén para así dormir más tiempo.

A pesar de los malestares y molestias, decidía madrugar casi todos los días.

Me quedaba afuera del departamento, sentado en la escalera de incendios, entre tanto, fumaba un cigarrillo y veía las estrellas durante un rato mientras escuchaba mi canción favorita en repetición. Era relajante. Me daba un poco de esperanza verlas; era como si me dijeran que no estás solo en el universo, aunque así lo parezca a veces. Me hizo entender que necesitamos de la oscuridad para poder brillar.

Ese día, no tuve la fuerza suficiente como para poder caminar hasta mi cama. Entonces, me prometí que descansaría mis ojos en el sofá de la estancia sólo por un momento antes de levantarme e irme a mi habitación. Cinco horas después, desperté con el cuello torcido, mi espalda doliéndome y con mi cabeza y pecho con planes de aniquilarme.

Volví a verme una última vez en el espejo del baño, busqué algún otro lugar en mi piel que necesitara de ser curado. Cuando logré ubicar otro hematoma en mi costado izquierdo, llevé la bolsa de hielo a ese lugar en específico y esperé el tiempo necesario para que la herida sanara más rápido. Solté un pequeño quejido al tiempo que me estremecí en cuanto lo helado de la bolsa llena de hielos entró en contacto con mi piel.

Una vez que terminó el tiempo necesario para curar el hematoma, lancé la bolsa al lavamanos y me puse una camiseta gris.

Camiseta gris. Buzo negro. Chaqueta de mezclilla. Jeans desgastados y rotos. Tenis blancos, sucios y casi rotos.

Intenté sonreír ante la vista que el espejo me presentó una vez que estuve listo para salir; sin embargo, sólo salió una sonrisa mediocre que intentó conformarse con lo que había. Para evitar llevarme más decepciones, preferí dejar de mirar mi propio reflejo en el espejo antes de lamentarme por el semejante desastre que era.

El sol, las estrellas y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora