Pérdidas

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El bosque parecía iracundo

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El bosque parecía iracundo. Era de esos días en que traía consigo noticias que Isadora no podía pasar desapercibido. Se fijó en la copa de los arboles, su vista viajó hasta donde podía hasta que su cuerpo se sintió vigilado. Era una sensación familiar que no le causaba ningún tipo de temor, pero sí que resultaba una advertencia.

—Un mensaje en el lago hubiera sido suficiente —musitó mucho antes de si quiera mirarla a la cara.

—Quizás, pero hay mucho que conversar —respondió Amilava.

Isadora la observó intrigada.

—Por lo pronto, necesito que hables con Naheim. Deben regresar, ahora —Pidió Amilava.

La madama notaba la desesperación en la voz de la diosa, no le gustó.

—¿Hay alguna razón por la que me pide con urgencia que hable con él? —inquirió.

—No pueden esperar que aguarde por una pelea formal. Además, ellos están próximos a llegar. Necesitarán de todos. —comunicó la diosa.

—Entiendo, les haré saber.

—Isadora... —La detuvo antes de que pudiera marchar—. Nos reuniremos al final.

La madama asintió con la cabeza. Entendía la implicación en la voz de Amilava aunque le generaba expectación. Hacía mucho que los dioses no se reunpian y mucho menos con ellas. No dudaba que en sus capacidades para ver más allá, habían visto algo que ameritara reunirse. Aun así no perdía tiempo, sus pies fueron a dar contra la puerta a la queuna vez llevó a Evy y los suyos.

 Aun así no perdía tiempo, sus pies fueron a dar contra la puerta a la queuna vez llevó a Evy y los suyos

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Las palabras eran conocidas para Naheim, las había dicho en algún instante cuando Evy lo necesitó. Esa vez Seseria las recitaba para él, sería la segunda persona en hacerlo y la primera vez que no sentiría ningún tipo de resentimiento. Notó la mirada afable de la anciana una vez que terminó su cántico.

Seseria sonrió y asintió con la cabeza.

—Eso será suficiente —musitó.

—Gracias.

Ella negó repetidamente.

—Nosotros cuidamos de nosotros, o al menos así es como debe ser —dijo—. Es hora de regresar. ¿No es así?

Las lunas de EvyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora