Tonks y el no

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-Remus Lupin, te amo – dijo Tonks mientras se levantaba de la mesa mirando directamente a los ojos preocupados del hombre frente a ella-, hemos pasado el suficiente tiempo juntos para saber que te quiero hoy, mañana y siempre a mi lado, ¿te casarías conmigo?

-¿Qué? No, no, no, no, Dora no.

Tonks sintió como su corazón dolía, Remus estaba diciendo que no.








ESE DÍA EN LA MAÑANA.

Teddy, Alastor y Hope estaban sentados en la mesa, la hora del desayuno había llegado mas temprano que de costumbre, ellos tendrían que aprovechar el día tanto como pudieran, sus padres viajarían por la tarde para poder disfrutar un tiempo a solas mientras ellos disfrutaban de ser los consentidos de su abuela Andrómeda solo por un par de días.

Remus y Tonks terminaban con el jugo y el tocino cuando un manotazo los hizo voltear hacia la mesa donde estaban sus hijos.

-NO. Toques. Mi. Comida -decía Teddy mientras apuntaba a Alastor amenazante.

-¡No me pegues! Además, tú siempre haces lo mismo, tonto.

-Teddy solo está gruñón porque no ira a Francia con Victorie este fin de año.

-No me digas que esperabas darle un beso cuando la última campanada sonara -Alastor se burlaba haciendo sonidos de besos cerca de su hermano.

-Basta -Teddy contestó con un golpe en el hombro de su hermano que este contesto de inmediato

-¡Suficiente! -gritó la voz ronca de su padre.

-Basta los dos -continuó su madre-, la luna llena esta lo suficientemente lejos como para que ustedes tengan una excusa para su comportamiento. Así que pídanse una disculpa, ahora.

La disculpa se repitió tres veces hasta que ninguno de los tres hizo muecas.

-Cariño, voy a necesitar tu anillo de bodas – dijo Tonks mientras tomaba un poco de tocino.

-Claro, puedo preguntar para qué.

-El otro día mientras estaba en el colegio el amable profesor Neville necesitaba ayuda con una especie de tierra que hace algo fascinante con las plantas del invernadero tres, así que le ayude, pero mi anillo se ensució. Él me dijo que le había pasado lo mismo y lo único que funciona en este caso es que los duendes lo pulan, he pensado que sería buena idea.

-Excelente, en realidad -A Remus solo le caía como anillo al dedo casi literalmente-, puedes dejarlos antes de que nos vayamos y podemos ir por ellos cuando regresemos.

-Las mejores mentes piensan igual. Lo mismo había pensado.

Mientras Remus se quitaba su anillo para entregarlo, Hope no pudo evitar ver que el anillo de su madre estaba en perfectas condiciones, ni una sola nota de necesitar ser pulido.

-¿Es la primera vez que te lo quitas? -pregunto Teddy señalando la marca del anillo en el dedo de su padre.

-No, antes de cada transformación y cuando Pancho me lo roba.

Todos compartieron una sonrisa, Alastor que hasta ese momento había estado muy callado, se tomó un momento para ver a su familia. Teddy con el cabello azul riendo como solo él podía, mostrando los dientes y un pedazo de waffle, Nym con una sonrisa mucho más mesurada, exactamente como la que tenía su padre en esos momentos y por ultimo su mamá, ella tenia una chispa en los ojos, como si estuviera planeando una travesura, se reía como Teddy.

-Hablando del viaje -Remus tomaba un poco de su taza de café para hacer una pausa-, ¿ya tienen todo listo, chicos?

-La respuesta corta es no -dijo Alastor saliendo de sus pensamientos.

Luna de colores: La familia en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora