Los gemelos y la luna llena

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Los chicos se levantaron con el cabello negro, tenían que hacer un esfuerzo como cada mes y mostrar el castaño de siempre.

-Chicos, ¿hicieron ya sus mochilas? -Remus estaba en el pasillo a la mitad de las habitaciones.
-¡En eso! -gritaron los dos al mismo tiempo.

Esa noche era luna llena, tenía que dormir en casa de la abuela y mañana en la mañana regresar a casa, aunque no estaban de acuerdo con la decisión, tampoco tenían mucha opción.

-Recuerda papá, Guardian sale, Limón necesitara agua y Taurus necesitara arroz.
-Alastor, hijo lo hago cada mes, podré recordarlo.
-¿Seguro que no podemos quedarnos, papi? -Hope comía pegada a su papá, con la cabeza apoyada en el brazo del licántropo.
-No señorita y no haga esas caras para chantajear a papá -dijo Tonks apuntandola con el índice.

Alastor se burló mientras comía a un lado de su mamá, apoyado en ella igual que Hope en Remus.

-Mejor llegar a tiempo que ser invitado -dijo Harry cruzando la puerta, había salido de la chimenea-. Huele a waffles. Buenos días Lupin.

Tonks movió su varita y un plato voló hasta el asiento desocupado, dos waffles y miel lo siguieron.

-Buenos días, tío -dijeron los gemelos.
-Acompañanos.
-¿Qué te trae por aquí tan temprano?
-Vine a ver cómo estabas, ya sabes -dijo Harry cortando un pedazo de su waffle-, si necesitas algo, ah y Ginny dice que si los niños se pueden quedar con nosotros hoy.
-No sé si seamos buena compañía hoy -dijo Alastor.

Harry levantó la mirada directo hacia Tonks.

-Lo sé.
-¡Nada de eso! Ustedes siempre son buena compañía -dijo Remus.

Los chicos solo sonrieron acurrucados en sus padres.

-Tomaré eso como un sí -digo Harry.
-¿Cómo está Ginny? Hace mucho que no nos vemos.
-Te extraña, hace mucho que no nos vemos para limpiar o comer, o limpiar.
-¿Y los niños?
-Merlin, cada día crecen más y siento que están dejando de ser unos bebés muy rápido. Al menos una vez al mes estos niños quieren que los abracen, ahora solo Lily me quiere.
-Harry no quiero hacer menos tu problema, ¿pero es un poco tarde?, incluso para ustedes, vayan a lavarse los dientes, nos vamos en seguida -dijo Remus.
-Demonios, a veces olvidó que tengo trabajo. Nos vemos en la tarde.
Harry salió con medio waffle en la boca por la chimenea.
-Remus, pasa por los niños tú, ¿puedes? -dijo Tonks mirando el reloj.
-Seguro que sí -le dió un beso en los labios.

Los chicos hicieron la rutina de siempre, alistarse, usar la chimenea, caldero chorreante y escuela, parecía que los horarios estaban coordinados a la perfección, pero ese día hasta el paso del autobús los hacia gruñir.

-De acuerdo, pórtense bien y cuando salgan los llevaré a casa de Harry.
-¿Irás a casa ahora? -preguntó Hope.
-No, necesito ver algo en el piso de aquí y una cosa más.
-No te vayas a mojar papá, parece que lloverá.
-Es Londres, tonto. Claro que lloverá.
-No le digas así a tu hermano, discúlpate.
-Lamento que seas tonto.
-Nymphadora, discúlpate.
-No me hagas enojar aquí -digo Alastor mirando a su hermana.
-¿O qué?
-¡Basta! -dijo Remus alzando un poco la voz-. Discúlpate.
-Lo lamento, no te llamaré tonto.
-Gracias, y no me quiero enojar porque no podré controlar mis cambios y no quiero meternos en problemas.
-Chicos, yo sé que no se sienten bien, pero vayan a clases o llegarán tarde -dijo Remus dándoles un beso en los cabellos-, no se metan en problemas.

Los chicos entraron al salón de clases y se sentaron al final, lo último que querían era hablar.

De camino al antiguo piso que compartieron Remus y Tonks, paso por una zona de joyerías, si pensaba casarse de nuevo con Tonks debía hacer todo lo que no hizo la primera vez. Recordó que hace unos años le dió un anillo de compromiso y también usaban unos delicados anillos de bodas. Tal vez los anillos no serían un problema.
Sin embargo entró a un lugar y pudo ver un tierno anillo que debía estar en la mano de Tonks. No había anillo más perfecto para ella, era ahora o nunca.

Luna de colores: La familia en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora