Teddy y su maestro favorito

617 52 3
                                    

Los gemelos se levantaron con una migraña que los hacía volátiles, ambos decidían mejor no dirigirse la palabra para evitar las peleas innecesarias.

Tonks se encargaba de hacer el desayuno solo tres días al mes: antes, durante y después de luna llena, los demás días eran de Remus, además de que el licántropo era muy bueno, era una de las cosas que más le gustaba hacer.

-Días -se limitó a decir cuando encontró a Remus en la sala.
-Lo lamento, no podía dormir.

La ex auror solo le dió un beso en el cabello y se dirigió a la cocina.

-Era mi turno -dijo Tonks saliendo a recargarse en las escaleras.
-Te dije que no podía dormir. Iré a despertar a los gemelos.

Tonks subió las escaleras para terminar de alistarse, media hora después los chicos se encontraban desayunando en silencio.

-Saliendo del colegio tenemos que ir a casa de Justin -dijo Alastor.
-Tenemos que hacer un proyecto para la feria de ciencias -terminó Hope.
-¿A qué hora terminarán?
-Depende -contestó el chico de cabello castaño.
Remus bajo el periódico y miro a los gemelos.
-A las cuatro -sentenció Remus-. Iré por ustedes y los dejaré en la casa de la abuela.
-De acuerdo -dijo Hope.

Ambos subieron las escaleras hasta el baño.

-Sabes que odio más que a tí -dijo Alastor abriendo la puerta del baño.
-¿A ti mismo? -contestó Hope poniendo pasta en su cepillo de dientes.
-No, tonta. Que no nos dejen estar en con papá.

Hope ahora parecía un mapache con rabia asintió antes de enjuagarse.

-No dejan a Teddy, que ya tiene once, ¿qué te hace pensar que nos dejarán?
-Apesta.
-Lo sé.

Ambos bajaron y Remus tenía la cabeza en las piernas de Tonks mientras ella jugaba a repasar todos sus rasgos con los dedos. Su padre tenía una sonrisa en la cara y su madre una sonrisa burlona, cuando los vio bajar le aplastó la nariz haciendo que la sonrisa desapareciera.

-Vamonos antes de que su padre me coma -dijo Tonks apresurando a los chicos.
-Hasta la tarde papá -los chicos fueron y Tonks desaparecieron en llamas.

Remus había pasado a las cocinas y le había pedido un favor especial a los elfos, pondrían un té de tila en el lugar donde siempre se sentaba Teddy, sabía que él no se escapaba de las incomodidades del día.

Cuando se fue a sentar lo vio entrar con el cabello largo como él pero de color azul.
Cuando el chico se sentó cruzó miradas con su papá.
"Chasquea los dedos" gesticulaba Remus.
"¿Qué"
"Que chasquees los dedos"
Teddy se encogió de hombros y le hizo caso a su padre, una taza de té de tila apareció frente a él.
"Te amoooo" gesticuló el niño.
Y Remus recuperó la sonrisa.

Teddy caminaba a paso ligero junto con todo su grupo rumbo a la clase de DCAO, esa clase Teddy la compartiría con los Gryffindor.

-Escuche que una vez hizo que el antiguo director se vistiera de mujer -decía una chica muy cerca de Teddy.
-Escuche que el plantó el Sauce boxeador -contestó otra con un tono altanero.
-Escuche que ha leído todos los libros de la biblioteca -dijo otra y haciendo una pausa dramática continúo- hasta los de la sección prohibida.

Norman y Kipling reían por lo bajo, mientras Teddy ponía los ojos en blanco.
Teddy se se paró y dejo que sus compañeros avanzaran, cerro los ojos y sus facciones y su altura cambiaron hasta convertirse en su padre, se metió las manos en los bolsillos y se aclaró la garganta. Muchos se sorprendieron ya que no habían notado la presencia del profesor.

-Para ser honestos -dijo con la voy un poco más chillona, carraspeó hasta llegar a la voz del profesor- dos de esas cosas son mentira y la otra es una verdad a medias.
-Oh, gran profesor, ¿no fue usted quien leyó todos los libros de la gran sección prohibida? -dijo Norman conteniendo la risa-, ¿acaso no fue usted quien plantó el Sauce boxeador?

Norman dejo de reír de inmediato y los demás chicos se tapaban la cara con las manos.

-No lo he plantado yo, pero lo hicieron por mí y he leído la mayoría de los libros, no todos -dijo una voz detrás de Teddy-. Señor Lupin, diré esto una sola vez, ¿puede tomar su aspecto normal?
-Claro que sí, pa-profesor -Teddy todavía hablaba como su padre y eso causo la risa de la mayoría de los chicos.

Teddy volvió a ser el niño de la cara de corazón, los cabellos azules y los ojos color miel.
Remus movió su varita y la puerta se abrió.

-Adelante, pasen, por favor.

Remus dejó que todos los chicos caminarán frente a él, está vez Kipling fue él que arrastró a Teddy y a Norman al principio del aula.

-Buenos días a todo el mundo, soy el profesor R.J. Lupin y seré su maestro de defensa contra las artes oscuras. Los chicos de Gryffindor ya me conocen, pero ustedes tal vez no, ¿alguna pregunta?

-¿Es verdad que usted ha participado en las dos guerras mágicas? Anthony Law.
-Sí, es verdad, señor Law.
-¿Y qué se sintió, profesor? Alexia Johnson.
-Terrible, no fue nada heroico, particularmente la última, mi hijo estaba en casa y sus padres luchando.
-Su hijo está muy orgulloso, Edward Lupin, profesor.
-Gracias, señor Lupin -Remus sonrió y se dirigió nuevamente a la clase-. Pero dejando a un lado todo eso, ¿alguna duda de la materia?
-Sí nos portarnos bien, ¿nos dejará entrar al equipo de duelo?
-No señorita Johnson -dijo Remus negando divertido-. Esas reglas vienen de la directora.

Muchos se quejaron, entre ellos Teddy.

-Ya tuvieron clases con la profesora Tonks, ¿no es así?

Todos asintieron.

-De acuerdo, entonces nos vamos a saltar la parte de las varitas. Trataré de hacer las clases lo más práctico posible.

Remus hablo menos de una hora acerca de la materia y en la siguiente hizo un repaso de los pasos para sostener adecuadamente la varita.

-Varitas abajo -dijo Remus en un momento-. De acuerdo, entonces eso es todo por hoy, antes de que se vayan, los horarios han cambiado, nos veremos martes, miércoles y viernes. Me imagino que todos saben que soy un hombre lobo, por lo que el día viernes no vendré a la clase.

Teddy pudo notar una nota de incomodidad en su padre.

-Sin embargo, el martes nos vemos con un pergamino de treinta centímetros acerca de los hombres lobo, lo que ustedes consideren importante.

Los chicos se despidieron uno a uno, deseándole los mejores deseos y pronta recuperación.

-Mi hermano me contó que el maestro es genial, pero hoy no se veía muy genial -dijo una chica del curso de Teddy.
-El maestro se siente mal -saltó una niña morena de cabello rizado-. El maestro ES genial.

A Teddy le sorprendió la manera en la que la chica saltó, sin embargo no dijo nada, él también se sentía especialmente voluble y sabía que hablar no sería su mejor arma. La chica de ojos cafés lo miro y gesticuló "¿cómo lo tolerado?" Y Teddy respondió sin hablar "Yoga, pruébalo".
La niña comenzó a reír antes de que el grupo se separa para ir a clases diferentes.

Luna de colores: La familia en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora