Teddy y las vacaciones de Navidad

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Las vacaciones de navidad estaban a unos tres días, Teddy había invitado a su amigo Norman a pasar unos días en su casa, él era hijo único pero tenía más primos que Teddy.

-Teddy, no me lo tomes a mal pero, ¿crees que estaremos cómodos? Podemos ir a mi casa, yo no comparto habitación con nadie.

Ambos caminaban con rumbo fijo a su siguiente clase.

-¿De qué...? Oh, claro, claro, no sé cómo es que no te había dicho esto, pero la casa qué conociste no es en realidad mi casa.

Teddy y Norman habían ido al antiguo apartamento de Tonks en Londres muchas veces a hacer tarea durante sus años en la escuela muggle, tenía dos habitaciones, la de sus padres y la que supuestamente él compartía con los gemelos.

-¿Recuerdas que Alec nos contó de Hogsmade? -continuó Teddy-, pues ahí en el pueblo está la casa de los gritos.
-He escuchado de esa casa, mis padres me han dicho que es el inmueble más embrujado que existe.
-Esa en realidad es mi casa.
-¿Tienes dos casas?
-Algo así, a dónde íbamos en Londres es el antiguo apartamento de mi madre, cuando mis papás eran novios vivían ahí, nunca pasamos más de dos días, los gemelos no pueden dormir en el mismo cuarto.
-¿Entonces si voy a tu casa tendré que hacer el viaje de todo un día?
-Nop, papá tiene un coche y siempre está la red flu.
-De acuerdo, ¿le has dicho a Kipling?
-No, pero le diré cuando lo vea.

Ambos caminaban a la clase de transformación, la profesora Tonks los dejaba transformar rocas en hojas de papel para sus cartas a Santa Claus, aunque la mayoría había descubierto la verdad le seguían el juego.
Teddy logró hacerlo y Kipling también, Norman logró una hoja de papel qué pesaba al menos tres kilos.

-Chicos, está es nuestra última clase -dijo Tonks antes de que la hora terminara-, espero que pasen unas lindas vacaciones, sigan practicando y no se olviden de sus tareas.

Todos se acercaron a despedirse, los últimos fueron los tres chicos. Teddy les pidió que lo esperarán afuera solo un momento.

-Mamá, ¿hay algún problema con que los chicos vayan a la casa unos días?
-Por supuesto que no, solo haremos transportaremos la litera y listo.
-¡Excelente! Bueno, me voy -Teddy salió corriendo y se detuvo a medio camino-, ¡felices vacaciones profesora!
-Para usted también señor Lupin.

Los chicos lo esperaban hablando sobre las notas de la escuela.

-Kipling, ¿qué planes tienes para estás vacaciones?
-Ir a casa, comer pavo, abrir regalos, lo usual.
-¿Te gustaría quedarte en casa unos días? -dijo Teddy-, en mí casa, Norman también vendrá.
-Tienes que decir que sí, K.
-Claro, le diré a mis padres, ¿en qué parte de Londres vives? Tal vez solo vecinos.
-Chicos, no sé cómo nunca les he dicho eso -Teddy les hizo unas señas para que subieran las escaleras-, vengan.
-Ajá, ¿pero dónde vives? -dijo Kipling.
-No vivo en Londres hermano, bueno solo tenemos una casa ahí para guardar las apariencias, pero mi casa se puede ver desde aquí.
-Teddy, juro que si dices que vives en el colegio me tiró por las escaleras.
-Interesante -dijo Norman dándole un codazo.

Llegaron a lo alto de la torre donde estaban, de un lado de los ventanales se podía ver Hogsmade.

-¿Vives en Hogsmade? ¡Brillante!
-Así es -dijo Teddy-, mi casa es esa, la casa de los gritos.

Teddy señalaba una casa apartada del resto, tenía un jardín delimitado por una enredadera y se veía la casa negra de tres pisos por encima de ella.

-¿Vives en la casa de los gritos?
-Lo sé, yo también me espanté -dijo Norman pegándose al borde para ver más.
-No hay nada de que preocuparse, vivo ahí desde hace años y el único que grita es papá.
-Esto significa que podremos conocer Hogsmade -dijo Norman apretando los hombros de los demás.

El último maestro en despedirse fue el profesor Slughorn, dijo que se sentía de tan buen humor que les perdonaba cualquier tarea. Los chicos se emocionaron y durante la última noche disfrutaron de un festín estupendo en la cena.

Tonks y Remus querían que Teddy disfrutará de todas las partes de Hogwarts así que viajo en tren a la estación, sin importar que viniera a unos metros de la escuela. Durante el viaje platicaron de los planes, había tantas cosas que hacer, definitivamente no dormirían ni un solo día.

Llegaron por él a la estación justo a tiempo.

-Siempre he creído que a algunos no les molesta  llamar la atención de los muggles -dijo Tonks.

En la estación había padres con túnicas extravagantes, algunos incluso llevaban sombreros de punta, mientras que los Lupin iban como si fueran al colegio muggle de los gemelos.

-Sabes qué es lo increíble, que los muggle no nos voltean a ver siquiera.

Ambos cruzaron el andén 9 ¾ tomados de la mano, muchos los saludaron, no solo eran maestros de sus hijos, sino también héroes de guerra, además aparecían en las ranas de chocolate.
El tren llegó, por un momento todo lo que pasaba eran abrazos, besos, apretones, hijos emocionados y padres orgullosos.
Teddy estaba abrazado a su madre mientras su padre arrastraba su baúl.
Cuando fue el turno de Remus de apretar a su hijo como si no lo hubiera visto en meses, dos parejas se acercaron a saludar.

-Lupin, que bueno verlos, veo que los chicos quedaron en la misma casa -Norman Hatfield era el padre del amigo de Teddy. El y su esposa Magnolia los conocían de la escuela muggle.
-Norman, Magnolia, un gusto como siempre -dijo Tonks.
Remus estrecho sus manos dando las buenas noches.
-Ellos son mis maestros y los papás de Teddy -dijo Mikel señalando a Remus y Tonks-, y ellos son los padres de Norman.
-Mucho gusto. Nosotros somos Catalina y Mitchell Kipling, hemos escuchado mucho de ustedes.

Las familias estrecharon manos entre ellos.

-Nosotros somos... ¿muggles? -dijo Calatalina.
-Yo también lo soy -dijo Magnolia con una sonrisa.
-Nosotros somos mestizos -dijo Remus señalando a Tonks y a él.
-Yo vengo de una familia de magos -dijo Mitchell.
-Pero eso realmente no importa, es un gusto conocerlos -dijo Tonks.
-Mikel nos ha contado que pasará unos días con ustedes, así que hemos venido a presentarnos y a qué nos den su dirección para llevarlo.
-Norman me dijo que se quedarán en la casa de los gritos -dijo Magnolia mirando a los Lupin.
-¿En dónde? -escandalizaron los Kipling.
-Así le dicen a nuestra casa -dijo Remus con una sonrisa-, nosotros vivimos en el pueblo cerca del colegio.
-¿Y tendremos que llevar a Mikel hasta allá de nuevo? -dijo Catalina.
-No en realidad -contestó Tonks- ¿han oído de la red flu? Iremos de ese modo, de todas maneras les avisaremos en todo momento.

Los chicos pasarían la noche con sus respectivas familias y al día siguiente se verían para poder empezar las vacaciones juntos.
Al salir del andén todos se despidieron, Teddy por fin preguntó por sus hermanos.

-Ellos nos están esperando para cenar, están con tu padrino -dijo Tonks.

Los gemelos, Lily, James y Albus estaban muy emocionados de ver de nuevo a Teddy, Harry y Ginny le habían comprado muchísimas cosas de su casa: banderines, estandartes, pósters, todo para que su cuarto estuviera lleno del espíritu Hufflepuff.

Luna de colores: La familia en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora