Teddy y las despedidas

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La noche antes del viaje fue un carrusel de emociones para todos, además de que el primogénito de la familia se iba a Hogwarts, los menores entrarían a su nuevo año escolar. Remus y Tonks ayudaron a los chicos con todo lo relacionado, el baúl de Teddy, las mochilas de los tres, los libros, todo estaría listo y perfecto para la mañana siguiente fuera lo más ordenada posible. Alastor y Hope le pasaban las cosas a su hermano mayor que las iba metiendo a su baúl, asegurándose también qué nada le faltara. Toda la familia se fue a dormir con los ánimos del día de mañana a flor de piel.

-Hola, ¿puedo pasar? -Hope asomaba la cabeza por la puerta.
-Es media noche, ¿estás bien? -Teddy se sentó mientras su hermana pasaba a sentarse a su lado.
-Sí, es solo que mañana te irás y nosotros no podemos acompañarte a la estación...
La puerta volvió a sonar, está vez los cabellos castaños de Alastor eran los que se veían.
-No puedo dormir, voy a pasar.
-¿Por qué no pueden dormir?
-Mañana te vas y no podremos ver cómo te vas -dijo Alastor tirándose en la cama.
-Ya no vivirás aquí.
-¡Hey! Literalmente voy a estar a unos metros. Yo voy a mandarles cartas y fotos con Guardián. Además papá dice que pronto tendré edad para un teléfono muggle y les marcaré.
-¿Lo prometes? -dijeron al tiempo los gemelos.
-Por supuesto, ¿cuándo les he mentido?
-Cuando nos dijiste que comieramos esos chocolates que nos dieron diarrea.
-O cuando nos dijiste que éramos adoptados.
-O cuando nos dijiste...
-Ya, ya, entiendo el punto, está vez no es una mentira. Vamos a dormir, sino mamá bajará y nos regañará.
-¿Podemos dormir aquí? -Hope ponía ojos de cachorro.
-Claro, solo que hay que quitar algunas almohadas, de otra manera no daremos.
-Mi cama es más grande, ¿por qué no vamos a mi cuarto?
-No te ofendas Al, pero tu cuarto huele a zoológico.
Hope tenía razón, Alastor tenía muchos animales y al final de diez minutos Teddy dijo que se quedarían ahí, sin moverse mucho para no caerse.

A la mañana siguiente Tonks fue la primera en despertar, hundió su cabeza en el pecho de Remus disfrutando ese olor a chocolate que nunca se iba. Ambos bajaron en pijamas a despertar primero a Teddy para que se apresurará y después a los gemelos, que tenían posibilidad de dormir un poco más, habían decidido que faltarían al primer día de clases, así podrían acompañar a su hermano a la estación y después pasar un rato en el callejón Diagon para que no sintieran mucho la partida de su jefe de misiones.
Al entrar acostumbraron sus ojos a la oscura habitación, habían tres niños tirados en el suelo en posiciones completamente complejas. Al parecer el intento de dormir en la misma cama sin moverse no había dado resultado.

Los chicos estallaron al saber que podrían ir todos como familia a despedir a Teddy, el desayuno tardo más de lo que esperaban, tenían que correr para llegar como lo planeaban.

Andrómeda, Harry, Ginny y sus tres primos estaban esperándolos en la entrada del anden.
-Justo a tiempo -dijo su abuela tomándolo por los cachetes colorados.
Los besos y abrazos comenzaron a ser repartidos.
-Vamos a terminar los besos adentro del anden, vamos, entren -dijo Remus.
Teddy empujó su carrito con ayuda de sus padres, Andrómeda le ayudo a Hope y Harry a Alastor.
-¡Hasta el final! -gritó Harry.

Cuando llegaron a los últimos lugares del tren Teddy gritó de emoción, todos estaban ahí, TODOS, el ministro, la directora, los Weasley, los Malfoy, todos con una sonrisa esperando para desearle cosas buenas al pequeño metamorfomago.

-Teddy -dijo Harry jalandolo hacía un lado con menos gente-. Te ves abrumado, ¿qué pasa?
-Son muchas emociones, ¿y si no estoy en Gryffindor o si no quedo en Hufflepuff? O pero aún, ¿si no quedo en ninguna de ellas? Soy un Lupin y también un Tonks -el cabello de Teddy era igual de negro que el de su padrino.
-Tú estás yendo a Hogwarts como Edward, solo Edward, ni tus apellidos ni tus familiares decidirán tu camino por ti. Sin embargo, hay algo que quiero regalarte.
-Oh, tío, no te hubieras molestado.
-¡Claro que sí! Draco pudo haberme ganado con tu escoba, pero esto... esto será igual de importante. George y Fred me lo dieron en mi tercer año, tu padre me lo confiscó y después me lo regreso -el chico que vivió comenzó a reír-. Ahora es mi deber pasártelo.
Sacó un gastado pergamino de entre su saco, Teddy lo reconoció de inmediato, había escuchado del mapa del merodeador desde que tenía uso de razón.
-Edward Remus Lupin-Tonks, ¿juras solemnemente que tus intenciones no serán buenas?
-¡Lo juró! -Teddy había recuperado el tono azul eléctrico.

Uno de los maquinistas comenzaba a dar las señales de los últimos minutos, Remus fue el primero, abrazo a su hijo con una sonrisa enorme.
-Te irá muy bien, te amo.
Tonks tenía los ojos inundados pero la sonrisa no se iba.
-Estoy orgullosa de tí, mucha suerte mi cielo.
Siguieron todos los demás, George lo abrazó metiéndole una bolsa dentro su suéter, después le guiño el ojo, la directora y el ministro lo abrazaron al mismo tiempo, sus hermanos habían esperado al final. Hope ya estaba llorando y Alastor se esforzaba en no hacerlo.
-Los veré muy pronto, se los prometo. Les escribiré todos los días y ustedes a mi, ¿verdad? -Teddy no sintió la despedida de nadie tanto como esa última.
-Lo prometemos -dijeron los gemelos antes de abrazarse fuerte a su hermano.

Alguien tocó el hombro de Teddy, una niña rubia hermosa con ojos azules y algunas pecas sostenía una bolsa de papel.
-Es la hamburguesa que te gusta, para el viaje -dijo sonriendo ampliamente.
-Muchas gracias, Vic.
-Yo, bueno, todos, te vamos a extrañar Teddy.
-Yo también, pero pronto nos veremos -Teddy la abrazó fuerte y pudo escuchar como Victorie comenzaba a sonar su nariz.
-No te olvides de escribirme. ¡Prometelo!
-Lo prometo, lo prometo.

El chico se despidió con la mano, todos les mandaban besos de a montones. Subió dando un último vistazo y le guiño el ojo a sus padres.

-¿TEDDY? ¿Te teñiste el cabello?

Una voz frente a él gritaba por encima de las voces de la estación.

-Eres un mago, Teddy -dijo el chico de cabello rizado.
-¡ERES UN MAGO, NORMAN!
-BRILLANTE -dijeron los dos al mismo tiempo abrazándose.

Normal Hatfield era el mejor amigo de Teddy en la escuela muggle, nunca se imaginaron poder encontrarse en el tren hacia Hogwarts. Definitivamente sería un viaje divertido.

En la estación todos veían el tren desaparecer por una vuelta, Draco y su familia fue el primero en irse, le dió la mano a Remus, recibió un beso de Tonks y quedó en pasar el fin de semana para que los chicos se quedaran en la mansión Malfoy.
La directora se despidió para todos y al igual que el ministro giro sobre sí desapareciendo de la estación.
George y Bill traían a su respectivo ahijado en cada brazo, al parecer las lágrimas les duraron tanto como a Teddy (que iba feliz en el tren), pasarían un tiempo en la tienda de George y después irían a comer a casa de Bill. Molly y Arthur, que ahora tenían espacio de sobra en la madriguera, se ofrecieron a cuidarlos durante el banquete del colegio, Andrómeda les haría compañía mientras sus padres se hacían cargo de cada uno de sus deberes.

-Bueno, parece que ya tienen todo el día planeado -dijo Tonks cuando estuvieron fuera del anden.
-Gracias -dijo Hope como si nada.
-¿Por qué?
-Por dejar que vengamos a despedir a Teddy -contestó Alastor.
-Era algo que teníamos que hacer como familia -Remus extendía la mano para parar un taxi al Caldero Chorreante.

Luna de colores: La familia en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora