Luna de colores: La familia en Hogwarts

Teddy y su carta

En un día normal Remus se encontraba en el baño, cerro la regadera para poder lavarse el cabello. Con los ojos aun cerrados escucho la puerta abrirse, no hizo ningún ruido, la puerta se cerró de nuevo y escucho a Tonks cantando.
-Then i saw her face, NOW I'M A BELIVER.
-¿Dora? -dijo Remus.
Tonks abrió la puerta de la regadera y vio a Remus.
-¿Qué haces aquí? Es tu turno de despertar a los niños -dijo mirando a Remus. Claramente fijando su vista en una parte en específico de la anatomía del licántropo.
-No, hoy es tú turno, no me mires así, la luna esta cerca. Los niños no se han despertado.
-Espera, espera, estamos de vacaciones -dijo acercándose peligrosamente al castaño.
-¿Me estás diciendo que me desperté temprano para nada? -Remus tomo la mano de Tonks jalandolo hacía él-. En ese caso, hagamos que valga la pena.

Una hora más tarde la pareja bajaba las escaleras hasta la cocina, en la casa reinaba la paz de las mañanas.
Los chicos no se habían levantado así que tenían unos minutos para preparar el desayuno, incluso para desayunar ellos solos.
Tonks sacaba las tostadas y el jugo, mientras Remus hacía los huevos y un poco de tocino. La luna estaba cerca y como siempre él no podía tolerar el olor del tocino frito.
Tonks siempre se reía de las caras que Remus hacía, era realmente muy extraño verlo.
La pareja se abrazaba mientras compartían una taza de té mirando desde la ventana al pueblo de Hogsmade.
Un aleteo los hizo voltear enseguida, una pequeña lechuza de color carmesí estaba encima de las tostadas.
-¡Es una carta! -dijo Tonks en seguida-. ¡Es la carta de Teddy!
-Vamos a despertarlo, ¡Vamos, vamos!
Tonks tomo la carta corriendo a las escaleras y Remus partió un poco de tostada y se la dió a la lechuza para después salir corriendo al cuarto de su primogénito.
-Parece como si fuera de noche todavía -dijo Tonks cuando entraron al dormitorio.
-Teddy duerme con tantas almohadas que apenas y puedo ver su cabeza -dijo Remus sentándose a un lado de la cama.
-Cariño -Tonks se sentó en el otro lado y peinaba los cabellos de su hijo para despertarlo-. Te ha llegado algo.
La emoción en la cara de Tonks era inmensa, Remus se levantó a abrir las ventanas poco a poco.
-Cinco minutos más...
-Cachorro -Remus trataba de sonar tranquilo-. Te ha llegado correspondencia.
-¿QUÉ? -el chico del cabello azul se sentó de repente-. ¿MI CARTA?
Ambos padres movían la cabeza con alegría y entusiasmo. Teddy se paró en la cama y comenzó a saltar, Tonks alargó la mano y se la mostró.
Un sobre de pergamino amarillento y con letras verdes decía:

Edward Remus Lupin.
Último cuarto del segundo piso
Casa de los gritos
Escocia

Teddy tomó la carta sin dejar de saltar.
-Estimado señor Lupin -dijo entre risas-, blah, blah, admitido al Colegio Hogwarts de magia y hechicería.

El chico se tiró sobre los brazos de su madre que tenía los ojos húmedos de la emoción y después corrió a los brazos de su padre que sonreía de oreja a oreja.
-¿Podemos ir hoy por mis cosas? Por favor, papá, por favor -el chico podía poner unos ojos tan tiernos que su padre no le negaba nada.
-¿Qué dices mamá, vamos hoy al callejón Diagon? -Remus se acercaba con Teddy en los brazos a dónde estaba Tonks.
-Yo digo que hoy está perfecto para ir.

Cuando los gemelos se enteraron de la noticia lo festejaron como si hubieran ganado la lotería o algo mejor, gritaban corriendo y brincando, abrazando y besando a su hermano mayor.
-Papá, ¿podemos quedarnos? -dijo Hope cuando estuvieron enterados de los planes.
-Este es el día de Teddy -continuó Alastor-. Ve y disfrútalo, solo no olvides traernos helado.
-Y pastel de calabaza -añadió Hope con urgencia.
-Yo no tengo problema con que vayan, ¿están seguros de que quieren quedarse?
-Sí, muy seguros -hablaron al unisono como siempre.
-En ese caso, creo que la abuela estará encantada de pasar un rato con ustedes -Tonks ya le había avisado a su madre Andrómeda sobre la buena noticia-. Me ha dicho que vendría, no creo que tarde mucho en llegar.