Pelea

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Camila no regresó a la escuela.

¿Qué sentido tenía?

Incluso si lograba colarse de nuevo en la clase sin que se dieran cuenta, sabía que mantener la concentración sería imposible. Se negó a llamar a Alfredo para que la recogiera, seguramente el preguntaría porqué ella no estaba en la escuela.

Tomó un taxi a casa. Más tarde esa noche, Camila se encontraba en su habitación, acostada en su cama, llorando. Lauren finalmente le había dicho la verdad, pero ahora Camila deseaba que no lo hubiera hecho.

La semana pasada había sido maravillosa con Lauren y sus amigas siendo tan amables con ella. Pero esa amistad fue solo una ilusión. Ella no tenía amigas.

Y ese beso. Su primer beso.

Fue tan suave...tan dulce, y esa conexión abrumadora que siempre había sentido entre ellas, definitivamente estaba ahí. Esa electricidad, pero diez veces más poderosa.

Camila lo había sentido por todas partes. Desde la coronilla hasta la punta de los dedos de los pies. Lauren la hacía sentir cosas que nunca creyó posibles.

Cosas maravillosas...dolorosas.

Su mente era un lío confuso y sus emociones eran indescriptibles. Camila nunca había estado en tal estado de confusión en su vida. Necesitaba espacio. Necesitaba tiempo.

No necesitaba a Lauren Jauregui...

No importaba lo que su corazón insistiera en decirle.

* * * * *

Dos semanas.

Habían pasado dos semanas desde que Lauren y Camila habían hablado. Dos semanas desde que la ojiverde había confesado sus sentimientos. Dos semanas desde que compartieron ese beso. Y desde entonces, Lauren era un desastre.

Pensar que hace más de un mes quería que Camila la dejara en paz. Ahora no podía soportar estar lejos de ella. Deseaba poder retroceder el tiempo y cambiar su
actitud hacia Camila.

Quería retroceder dos años atrás. pero por supuesto eso era científicamente imposible, como diría Camila.

Lauren la veía a menudo durante la escuela, pero la castaña se negaba a reconocer su presencia. La ojiverde incluso dejaba de hacer lo que estaba haciendo para mirar con nostalgia a la castaña. La única esperanza de Lauren durante el día era poder cruzar su mirada con la de ella, pero Camila ni siquiera eso le concedía. Era como si Lauren no existía para Camila.

Dinah siguió tratando de sacarla de su depresión, pero no había mucho que pudiera hacer. Lauren realmente se había equivocado con Camila y ahora estaba pagando el precio. La última clase del día acababa de terminar y la ojiverde observaba desde la última fila mientras Camila rápidamente recogía sus cosas y salía del aula. Lauren concluyó que era para evitarla. Sacudió la cabeza solemnemente y se levantó de su escritorio. Incluso en el almuerzo, Camila parecía desaparecer.

Lauren acababa de meter algunos de sus libros en el casillero cuando la última voz que quería escuchar estaba repentinamente detrás de ella.

—Hola, Jauregui. ¿Cómo te va?

Mahone.

Lauren puso los ojos en blanco.

—Lárgate, Austin.—Expresó Lauren, con irritación.

—No pude evitar notar algo últimamente.—Austin dijo, cruzando los brazos frente a su pecho.

—¿Qué?—Lauren refunfuñó, deseando que el idiota se fuera.

—No te he visto con esa novia tuya. ¿Te botó o algo así?

—Déjame en paz, Mahone.—Gruñó Jane, cerrando su casillero de golpe. Ella comenzó a alejarse pero el la siguió.

—¡Lo sabía!—Austin se rió disimuladamente—Me preguntaba qué estaba haciendo un pedazo de culo caliente como ese, con una perdedora como tú.

Lauren negó con la cabeza, tratando de controlar su temperamento. Sus nervios ya estaban al límite y esto era lo último que necesitaba en este momento.

—¿Cómo se llama? Oh si, Camila.

—No te metas con ella.—Lauren gruñó.

—Entonces, ya que Camila pateó tu lamentable trasero a la acera, ¿Crees que esta vez irá por alguien que realmente pueda satisfacerla?—Austin rió entre dientes— Yo podría satisfacer a esa zorrita arrogante de una manera que tu nunca podrás.

La ira de Lauren aumentó al máximo en cuestión de segundos y sin ningún pensamiento racional en su cerebro, cerró su puño apretadamente. Se giró  y le lanzó un golpe a Austin en el pómulo.

Duro. Fue un golpe sólido que asombró al chico y a otros en el pasillo que lo habían presenciado.

—Ten cuidado con lo que dices de ella.—Lauren espetó.

Los ojos de Austin recorrieron el pasillo, esperando que nadie lo hubiera visto ser golpeado por una chica. Pero por las miradas burlonas que recibió, era obvio que sus compañeros lo habían visto. Respiró hondo y sus ojos se agrandaron mientras miraba a Lauren. Sus ojos ardían de rabia.

La ojiverde le devolvió la mirada.

—Eso es todo, Jauregui—Austin gruñó—¡Tu lo pediste!

—Vamos, idiota. ¡Muéstrame que tan blandengue eres!—Lauren se burló.

Austin se abalanzó sobre ella, agarrándola por la cintura y con la fuerza de su cuerpo, tiró a Lauren al suelo, cayendo a este con un ruido sordo. Similar a un enjambre de abejas, los demás estudiantes se reunieron rápidamente alrededor de ellos.

¡PELEA! ¡PELEA!

Fueron los vítores que llenaron el pasillo.

Bully in Love (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora