Bully in Love (Camren)

Depredador vs Presa

Camila corrió al baño de chicas y se acercó a los lavabos, inclinándose sobre ellos para reunir sus emociones. Lauren Jauregui la hacía sentir tan molesta, humillada y tantas otras cosas que Camila no sabia describir.

Pronto escuchó la puerta del baño abrirse y cerrarse. Pasos se arrastraron unos metros detrás de ella y el reflejo de una persona entró en el espejo.

Lauren.

Ella estaba parada allí con sus usuales jeans oscuros, camiseta blanca y chaqueta negra.

Camila suspiró decepcionada y bajó la mirada.

-¿Por qué me seguiste hasta acá?

-Le dije al Sr. Brooks que te daría una revisada.—Lauren sonrió con picardía. Camila se dio la vuelta lentamente y miró a Lauren. La ojiverde estaba usando esa sonrisa molesta.

-No necesito que me "revisen"...y menos tú.

Lauren se llevó una mano al corazón en señal de dolor.

-Ouch. Solo vine para asegurarme de que estés bien.

Camila suspiró profundamente, se apartó del mostrador y comenzó a caminar hacia la salida, pero Lauren rápidamente le bloqueó el camino.

-Déjame pasar—pidió Camila con calma.

-¿Cuál es tu prisa? ¿Quieres volver a ese aburrido laboratorio y ser un buena cerebrito? ¿Que el Sr. Brooks te bese el trasero un poco más?

Camila intentó ignorar los comentarios de Lauren y trató de esquivarla de nuevo, pero la pelinegra la bloqueó. Camila la fulminó con la mirada.

La ojiverde sonrió.

-¿Estás enojada? Creo que me gusta.

Camila bajó los ojos, no pudiendo encarar más esa mirada burlona por más tiempo.

-Solo estoy tratando de conocerte mejor, Canola.

-Bueno, no quiero conocerte.

Lauren la miró en silencio por un momento y Camila levantó los ojos, preguntándose qué haría Lauren a continuación. Para su sorpresa, la morena se hizo a un lado.

-Está bien, entonces. Bien.—respondió Lauren.

Camila dudaba, sabiendo que Lauren era una tramposa. Pero ella deseaba desesperadamente escapar de esta situación. La castaña intentó pasar de nuevo y, como estaba previsto, Lauren saltó frente a ella en el último segundo.

-¡¿Cual es tu problema?!—Camila se enfureció de repente—¡¿Por qué no puedes dejarme en paz ?!

Lauren dejó escapar una pequeña risa.

-Mira, Canola. Hago lo que quiero, cuando quiero. ¿Entendido?

-¿Pero por qué yo?—Camila preguntó encogiéndose de hombros inquisitivamente.

Lauren dio un paso intimidante hacia ella.

-¿Qué puedo decir? Me entretienes.

—Eso no responde a mi pregunta—respondió desafiante Camila—-¡¿Por qué a mí ?! No te he hecho nada, sin embargo me has atormentado durante los últimos dos años. ¡¿Por qué a mí ?!

Camila estaba tan enojada que tuvo las agallas de darle un empujón a Lauren. 

Antes de que Camila se diera cuenta, fue empujada con fuerza contra una pared de azulejos. Fue tan rápido que le tomó un segundo darse cuenta de lo que acababa de suceder. Lauren estaba agarrando con fuerza sus bíceps, inmovilizándola contra la pared. Después de un momento, Lauren la soltó y lentamente colocó sus manos en la pared a cada lado de la cabeza de Camila. El pecho de la castaña subía y bajaba mientras se llenaba de pánico, tratando de retener aire en sus pulmones. Se había enfrentado a su abusona y ahora podría arrepentirse por ello.Sus ojos se movieron hacia arriba y se encontró con unos ardientes ojos verde oscuro. Ojos peligrosos.

Lauren se inclinó más cerca de ella y Camila pronto sintió el aliento de la pelinegra en su mejilla. Se quedaron allí por un momento, ambas respirando entrecortadamente.

-¿Por qué tú?—Lauren finalmente habló en un susurro pesado—-Me vuelves loca, Camila... todos los días de la semana. Con tus vestidos que te quedan bien en todos los lugares correctos...y tus jeans ajustados que solo usas una vez a la semana. Cada vez que te veo solo quiero...

Lauren de repente detuvo sus palabras y Camila estaba jadeando pesadamente mientras su mente divagaba mil escenarios para completar el final de la oración de Lauren. Su respiración pesada llenó el baño mientras Camila se apretó más contra la pared de azulejos. Lauren se inclinó más cerca para que sus caras estuvieran a solo unos centímetros de distancia.

-¿Te atormento?—Lauren dejó escapar una risa sardónica—Tu me atormentas a mi...—Lauren gruñó en respuesta.

La voz ronca de la ojiverde hizo temblar el cuerpo de Camila. No entendía por qué su cuerpo reaccionaba de esta manera. Ella se sintió caliente. Como, físicamente caliente y su corazón martillando en su pecho.

Fue demasiado.

De repente empujó a la ojiverde lejos de ella y pasó junto a Lauren, esperando que no la detuviera. No lo hizo. Camila escapó de la densa tensión que se había formado en el baño y corrió por el pasillo vacío. Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos. Camila nunca se había sentido tan abrumada, confundida y asustada en toda su vida. Dobló algunas esquinas y se detuvo en otro pasillo vacío, tratando de calmar su respiración.

Momentos después, regresó a la clase del Sr. Brooks. Para alivio de Camila, Lauren no estaba sentada en su mesa. El Sr. Brooks le preguntó si estaba bien y la castaña asintió cortésmente antes de sentarse y continuar con su tarea. El trabajo fue una distracción bienvenida. A lo largo de la hora, los ojos de Camila parpadeaban de vez en cuando hacia la puerta, preguntándose cuándo volvería Lauren. Antes de que ella se diera cuenta, sonó la campana, señalando el final de la clase.

Lauren nunca regresó.

Cuando  Camila se fue a casa, siguió su rutina habitual. Hizo sus deberes cuidadosamente en el escritorio de su dormitorio durante una  hora y media. Luego bajó las escaleras y cenó sola, cena que fue preparada por el chef personal de los Cabello. Sus padres estaban fuera de la ciudad, pero esta era la norma para Camila. Estar sola era algo a lo que se había acostumbrado.

Durante toda la velada pensó en el incidente en el baño con Lauren Jauregui. Pero no se permitió por completo pensar en ello hasta que estuvo acostada por la noche. Ella repitió cada palabra, cada movimiento y cada respiración que había ocurrido.

Cuando Lauren la tenía inmovilizada contra la pared, mirándola intensamente a los ojos, Camila nunca había sentido nada más estimulante en toda su vida.

Había tantas emociones que había visto en esos ojos verdes. Vio dolor, angustia, miedo...pero más que nada, deseo. Camila nunca había conocido a nadie que la deseara antes. Era nuevo y no estaba completamente segura de cómo se sentía al respecto. Especialmente, dado que la fuente de estos sentimientos confusos era su abusona desde el segundo año. Camila cerró los ojos y recordó cuando Lauren dijo que la atormentaba.

Fue entonces cuando una idea de repente apareció en la cabeza de Camila.

Ahora que sabía cómo atormentar a Lauren, tal vez era su turno de vengarse.

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