-¿Me estáis hablando en serio? -Preguntó Dominique, mordiéndose las uñas.
-¿Tenemos cara de estar bromeando, Nique? -Respondió a su vez Elena, tamborileando con los dedos de su mano derecha sobre la mesa de cristal.
-No, pero es que suena tan... tan raro que...
-Pues a juego con todo este asunto -intervino Scorpius-. Pero seguid.
Albus asintió y, tras dar un mordisco a una rosquilla de hojaldre, tomó la palabra.
-Como ha dicho Elena, las paredes estaban llenas de estanterías con animales disecados... Por llamarlos de alguna manera, porque yo también os juro que aquello eran mezclas grotescas de especies-
-Suena como a nigromancia -comentó Rose.
Albus asintió y continuó.
-Encima de una mesa, a la izquierda, había más criaturas de ese tipo, aunque estaban a medio diseccionar, daba verdadero asco -el joven Potter hizo una pequeña pausa-. La poción, que es a lo que estamos, ardía a fuego lento en un caldero de acero lleno de runas.
-¿Qué clase de runas? -Inquirió Dominique.
-Ni la menor idea -suspiró Elena-, no las había visto en la vida. De todos modos, algunas me resultaban familiares, y creo que son una versión más antigua de las que utilizamos ahora. He tomado nota de ellas para investigar un poco más.
Todos asintieron y Albus retomó su relato.
-Bueno, la cuestión es que la poción humeaba y desprendía un olor muy extraño. No diría que malo, exactamente, pero desde luego tampoco eran rosas. Parecía a punto de terminar una primera fase, porque aún quedaban bastantes ingredientes fermentando en paños especiales como los que alguna vez he visto a Shanatan. Lo hemos apuntado todo por si acaso.
-¿Y no se os ocurrió coger una muestra? -Preguntó Rose, impaciente.
-Obviamente sí que se nos ocurrió, Rosie, no somos idiotas. Pero efectivamente se trataba de una 7A negativa, y su hubiésemos extraído una sola redoma, por pequeña que fuera, los resultados podrían haber sido totalmente imprevisibles.
-Cierto... No lo había pensado -admitió Rose.
-En fin -dijo Albus-, por lo menos hemos avanzado. Elena investigará esas runas tan raras, y entre tanto yo voy a mirar a ver qué encuentro sobre esos animales que tenían.
-Nosotros podemos ir buscando cosas sobre esos ingredientes, ¿no? -Dedujo Dominique.
-En efecto -el chico se sacó una lista del bolsillo-. Esta es la lista donde hemos apuntado cuidadosamente todo lo que había allí. Echadle un vistazo a ver qué sacáis y cuando tengamos algo volvemos a juntarnos.
-Hecho.
Cris Avery paseaba distraída por uno de los jardines de Hogwarts, con su escoba al hombro. Tenía entrenamiento de quidditch, pero se había entretenido para observar el manto de nieve que aún lo cubría todo: le encantaba la sensación de pureza que le producía ver los campos nevados. Sin embargo, no podía entretenerse más, puesto que ya llegaba suficientemente tarde y no quería que Wood se pasara más tiempo del que ella había tardado en llegar gritándola.
-¿A entrenar, Avery? -Gritó una voz a sus espaldas-. No sé para que te molestas en ir, os vamos a machacar este año también.
Cris se volvió y vio a Jaime Travers a unos pocos metros de distancia, observándola con su sonrisa socarrona habitual, que tanto la fastidiaba.
Ella le dirigió una miradita de superioridad.
-Me conformaré con que entrenemos lo suficiente como para que Scorpius y Oliver te acierten con una bludger y te dejen lo máximo posible en la enfermería. A lo mejor te volvían listo y todo.
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Ojos verdes
RomanceJames S. Potter, el chico más codiciado de Hogwarts. Elena Williams, la exótica estudiante francesa que ha encandilado a todo el colegio. James Potter es un seductor, y siempre consigue lo que quiere. Pero Elena Williams también. En su último año de...