"Je t'aime aussi"

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Una vez en el vestíbulo de la bonita casa unifamiliar de tres plantas en  el Valle de Godric en la que vivían los Potter, Albus pasó un brazo por los hombros de Elena e hizo un gesto grandilocuente.

-Bienvenida a nuestra humilde morada, Elena. Luego si quieres te hago un tour guiado, no vaya a ser que te pierdas entre los diecisiete pisos y acabes en vigésimo baño en lugar del décimo por error...

-Pero mira que te sienta mal dormir poco, hijo –se rió Harry, que en ese momento entraba cargado con el baúl de Lily Luna.

-De  todos modos no va a hacer falta que hagas tú el tour –comentó James, pasándose una mano por aquel pelo tan desordenado que era la marca de los varones de la familia Potter-, por ahí viene el mayordomo...

Teddy, que salía de la sala llevando un pantalón deportivo y una camiseta gris de Las Brujas de Macbeth, cambió su pelo de azul eléctrico a morado oscuro e hizo un gesto burlón inclinándose ante James con aires de mayordomo snob.

-Señorito Potter –dijo, con un acento muy afectado, como imitando a la reina de Inglaterra-, es un placer recibirle en casa de nuevo. Su osito me ha comentado que echaba de menos las tardes de té con usted, pero ahora que está aquí seguro que podrán retomarlas...

-Oh, muchas gracias Ted. Por supuesto que retomaré el té con Tommy, y usted podrá unirse a nosotros, que sé que siempre ha querido... Ahora tráigame la prensa y vaya preparando el baño, por favor –respondió James, de la misma guisa.

Todos a su alrededor se echaron a reír, y finalmente ellos hicieron lo mismo y se abrazaron.

-Bienvenido a casa enano. Tommy y yo te hemos echado de menos.

-Gracias perrito, a ver cuando nos ponemos al día con un buen té con pastas... Aunque lo de que me prepararas el baño lo decía en serio.

-Buen intento, pero va a ser que no, Jimmy. De todos modos te has traído a la novia... A lo mejor ella sí que te prepara un baño.

Elena enrojeció repentinamente hasta quedar de un tono muy parecido a su pelo.

-¡Teddy! –Lo riñó Ginny-. Pórtate, anda, mira cómo has hecho ponerse a la pobre chica... Y ya que estamos, ¿qué hacemos todavía en el vestíbulo?

El metamorfomago esbozó una sonrisa de niño bueno que hizo sonreír a la que consideraba casi  su madre, y a continuación hizo otro florido gesto de mayordomo para que pasaran al salón.

-Un momento, un momento –interrumpió Harry- ¿es que soy el único que ve todos estos baúles por subir al piso de arriba?

James y Teddy asintieron, haciéndose los tontos, y este último abrazó efusivamente a Lily Luna y a Albus primero, a Jaime y Andrew como viejos amigos y compañeros de travesuras que eran y por último también a Elena.

-Si ya sabía yo que James y tú ibais a acabar juntos... -Dijo en su oído, elevándola ligeramente como había hecho con Lily.

La francesa se echó a reír.

-Lo he hecho solo por venir a tu boda y comer bien, lo confieso.

-Te hubiera invitado de todos modos y lo sabes.

Harry suspiró, sacó su varita y, a un pequeño gesto suyo, los baúles se levantaron unos centímetros del suelo y subieron escaleras arriba.

Aquella noche, para la cena, Ginny preparó lasaña con una receta de su madre, que con los años había alterado en pequeños detalles y ahora preparaba incluso mejor que la propia Molly Weasley, por difícil que esto pudiera parecer.

Ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora