Peticiones

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Las primeras navidades que Elena recordaba eran las de cuando tenía tres o cuatro años. Recordaba una melodía antigua inundando su casa en Francia, las luces de colores iluminando la Rue des Acacias por la noche y penetrando por las ventanas en su salón, y su hermano y ella jugando con las figuritas del Belén bajo el árbol de navidad. Sus padres, Jacob y Judie, los observaban embobados, y en un momento dado su padre agarró a su madre de la cintura y ambos improvisaron unos pasos de baile, riendo y mirándose con cariño.

Era una imagen que Elena nunca olvidaría.

La Navidad siempre había sido especial para los Williams, y la habían celebrado por todo lo alto cada año, independientemente de lo malo o bueno que hubiera sido el mismo. Las fiestas navideñas estaban, simplemente, al margen de todo lo demás. Beauxbatons daba a sus estudiantes la opción de permanecer en la academia durante las fiestas y asistir a un gran cotillón de año nuevo, pero Elena siempre volvía con su familia. Y, en ocasiones, no volvía sola. Como el año anterior, cuando Edmond la había visitado por sorpresa y sus padres les habían sorprendido besándose en el jardín trasero… Alaric se había reído de ella durante meses por aquel incidente, y probablemente aún lo seguiría haciendo si las cosas no hubieran seguido los derroteros que siguieron.

Sin embargo, aquel año la tradición se rompería. Elena había decidido que pasaría la Navidad en Hogwarts, con sus amigos, y que asistiría al gran Baile de Navidad por el Torneo de los Tres Magos.

De todos modos, pensó mientras escribía a sus padres para explicarles sus planes, ya no iba a ser lo mismo. No estaban en Francia, se recordó, si no en Inglaterra, y muchas cosas habían cambiado en su vida. Tal vez incluso demasiadas.

***

Lisa Connors era una estudiante de sexto de Hufflepuff, rubia de pelo muy liso, con cándidos ojos azules, la piel pálida típica de los británicos y cuerpo lleno de curvas. Exactamente el tipo de chica con la que Jaime solía salir. Además, de todas las estudiantes de Hogwarts, las Hufflepuff eran sus favoritas, porque no conocían la palabra "no".

-Nos vemos esta noche en la Torre de Astronomía -susurró en su oído, para después descender un poco y besar ese punto que volvía locas a la mayoría de las chicas. Lisa, como ya había comprobado, no era una excepción.

Ella suspiró de puro placer y se puso de puntillas para besarle largamente.

-Nos vemos allí -murmuró, y se alejó contoneándose.

Jaime iba a seguir caminando en la dirección contraria hacia el lugar donde había quedado con James y Andrew cuando oyó una risa a sus espaldas. Una risa bonita, pero demasiado burlona y ácida para su gusto.

Se dio la vuelta y, apoyada en la pared de piedra, vio a una chica alta, de cabello castaño oscuro y rizado, ojos prácticamente negros, fríos, y piel aceitunada. Vestía el uniforme de Sltyherin y era la antítesis de Lisa.

-Avery -saludó secamente al reconocerla.

La chica se estaba riendo tanto que tuvo que llevarse las manos al estómago.

-Por favor, ¿en serio acabo de ver la escena que acabo de ver? Dime que no -respondió ella entre risas.

Jaime enarcó una ceja. Odiaba que se rieran de él, y Cristina Avery siempre lo ridiculizaba. Como él, estaba en séptimo, y su relación había sido tensa desde antes de entrar a Hogwarts, ya  que su primera discusión se remontaba al expreso de Hogwarts que los llevaría por primera vez desde King's Cross hasta las montañas escocesas. Es cierto que se conocían de antes, ya que ambos pertenecían al reducido círculo de los magos de sangre limpia, pero sólo se habían visto en contadas ocasiones, y nunca habían hablado demasiado.

Ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora