BROKEN HEARTS CLUB ੈ ༄ jaden hossler.

33 | Primera cita.

Cuando Jaden aparco su auto en uno de los tantos cubículos del estacionamiento ambos bajamos centrando nuestra vista en el edificio.

— ¿Cómo sabes que mi cita soñada es en un walmart? — interrogue alzando una ceja.

— Tal vez baje hasta tus tik toks del dos mil diecinueve — confesó rodeando el carro y dejó descansar su brazo en mi hombro haciéndome esbozar una sonrisa.

Me abrace a mi misma tratando de cubrirme del viento, Hossler lo noto y me pasó su sudadera lo cual agradecí. Eran las siete de la noche y ya comenzaba a hacer frío en las calles de Los Ángeles.

— Esos me dan vergüenza.

— A mi igual, por eso los borre — mencionó incitándome a caminar hacia el famoso supermercado.

— Los tuyos me gustaban mucho — me encogí de hombros.

La pequeña distancia que recorrimos hasta la entrada del lugar fue en silencio, no había gente por ser miércoles.

— ¿Lista para causar desastres? — preguntó viendo hacia ambos lados procurando de que no haya ningún guardia de seguridad.

— Lista — musité poniéndome de puntitas para darle un corto beso en los labios.

— El último en encestar diez balones paga la cena.

Con sus últimas palabras movimos nuestras piernas a toda velocidad dirigiéndonos al gigante cesto de pelotas, de inmediato ambos tomamos una pelota y la lanzamos hacia la punta de este para que volviera a entrar al cesto.

Él logró encestar y la mía falló, nos agachamos por la segunda pelota y ahora ambos lo logramos.

Seguimos lanzando pelotas de todos los tamaños y colores, para mi suerte iba ganando, pero al parecer eso a Jaden no le gusto pues empezó a hacer trampa cómo empujarme, chocar su balón con el mío, parar mi bola aprovechando su estatura antes de que esta cayera dentro, llegó al punto de intentar quitármela de las manos, comenzando a forcejear sabiendo que era un simple juego.

Reíamos mientras jalábamos la pelota de un lado a otro y ya cansada la solté haciendo que por la fuerza a él se le fuera volando. Nuestros ojos siguieron la cosa de plástico moviéndose por los aires rápidamente hasta caer en una cabeza.

El guardia de seguridad.

— Fue ella.

— Fue él.

Los dos nos apuntamos con el dedo.

— Vengan aquí — demandó el señor dando zancadas mostrando su enfado.

— Corre — murmuró Jaden tomándome de la mano.

No lo pensé dos veces cuando acelere mi paso corriendo con él escapando del guardia, que para tener sus años tenía su aguante. Al parecer no era la primera vez que perseguía a unos adolescentes.

Doblamos en una esquina y entramos al pasillo de los juguetes, volteábamos a ver de vez en cuando hacia atrás asegurándonos de que él hombre seguía ahí soplando su silbato mientras sostenía su cinturón, la gente al rededor hacia las compras y nos observaba raro.

— ¡Ahí! — chille jalando a Jaden hacia una caja llena de peluches.

Saltamos cayendo dentro de ella y rápidamente nos pusimos peluches encima nuestro haciéndonos bolita para no notarnos tanto.

Por puro instinto puse mi mano en la boca de Jaden callando su respiración agitada, él hizo lo mismo conmigo.

Solo se escucharon los pasos apresurados del guardia pasar al lado nuestro y como decía por la radio que nos había perdido.