BROKEN HEARTS CLUB ੈ ༄ jaden hossler.

09 | Diciendole la verdad.

Quede con Kio de vernos en un centro comercial que nos quedará cerca a ambos. Pero como a cualquier lugar que voy, estaba llegando tarde. Sin embargo mi mejor amigo estaba tan acostumbrado a eso que me acababa de mandar un mensaje diciendo que no me preocupara, el había decidido tardar un rato para que llegáramos al mismo tiempo.

Termine de pagar el uber y recorrí la entrada del lugar con la mirada, fue ahí cuando vi al chico.

— ¡Mell preciosa! — gritó eufórico corriendo hacia mi.

— Hola Kiki — nos envolvimos en un cálido abrazo, disfrutando la cercanía del otro.

— ¿Como has estado? te extrañe mucho, no te veo desde... ¿la fiesta de Bryce? — parloteó tomándome de la mano para que nos adentráramos al edificio.

— Ahi voy, llevando las cosas con calma, ¿y tú?

— Más o menos.

Sabía a lo que se refería, respiré pesadamente, a mi mente llegó el mensaje que mando al grupo diciendo que él era el problema.

— Nunca vuelvas a pensar que tú fuiste el problema, jamás lo serás — pedí colocando mi mano en su mejilla —. Te conozco tan bien que se que ahorita estás usando bóxers tommy porque los calvin te incomodan y solo los usas cuando vas a fiestas porque sabes que vas a coger.

— Debo dejar de contarte cosas raras a las 4 de la mañana — mostró una sonrisa burlona y me revolvió el cabello.

— ¿Bien a donde quieres ir? hubiéramos hecho lo típico de ir a mi casa y comer hasta engordar mientras bailamos como strippers pero como por el momento no vivo ahí — hablé sonriendo caminando a su lado por los largos pasillos de la plaza.

— Los chicos me dijeron de un lugar donde venden unos enormes algodones de azúcar, hay que ir — propuso saltando como niño pequeño.

Quería decirle lo antes posible lo de Olivia, pero mi egoísmo actuó por mi y preferí pasar un buen rato con mi amigo antes de hacer que su mundo se rompiera más de lo que estaba.

Nos sacamos varias sonrisas, manteniéndonos al tanto de las cosas que hizo cada uno sin la presencia del otro en este corto tiempo, éramos un buen remedio para el otro cuando estábamos tristes. Más no nos veíamos como algo más que mejores amigos, hermanos. Desde el principio ambos nos lo aclaramos.

Cada minuto que pasaba mi corazón picaba más, se veía tan feliz en estos momentos, me dolía pero tenía que hacerlo ya.

— Tengo que decirte algo — dije acabando con el bonito momento —. Como siempre le digo a todos, está bien llorar, si quieres nos podemos ir a un lugar más alejado para que no te vean.

No se negó y me acompaño a los primeros baños que encontramos.

— ¿Que me quieres decir esposa? — preguntó con una sonrisa sin mostrar los dientes, no me miró porque su atención estaba en mis dedos, siempre le había gustado jugar con mis uñas de acrílico.

— Olivia si te utilizo.

Su expresión cambio totalmente a una de tristeza soltando mi mano, relamió sus labios más de una vez pensando.

— ¿Es una broma verdad?

Jalo sus mechones de cabello, el brillo intenso en sus ojos se apagó y se me quedó mirando fijamente con anhelo en mi respuesta.

— No Kiki, ayer las chicas y yo hablamos con ella y nos lo confesó como si nada.

Bajo su cabeza. Por su eterno silencio pensé que me dejaría con la palabra en la boca y se iría del lugar, pero me tomó por sorpresa con sus palabras.