02 | Mereces algo mejor.

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Ya tres días desde la fiesta.
Sin mentir tenía casi 70 llamadas perdidas de Blake, incluso mamá me dijo que ha venido a la casa más de una ocasión, pero no lo dejo pasar, ella sabía lo que sucedió y una vez que alguno de mi círculo social le caía mal no había vuelta atrás.

Cuando descubrí a mi ahora ex novio no me permití llorar en ningún momento, lo primero que pensé era salir de ahí, no obstante una idea fugaz surgió en un santiamén, Noah Beck se ubicaba a unos pasos de mi. Uno de los amigos más cercanos de el rubio, de esta manera pasó lo que tuvo que pasar, pagándole con la misma moneda.

Sonreí triste ante el recuerdo, Blake una vez reconoció que tanto los de la sway como él temían un poco de Noah, pues era capaz de bajarle la novia a cualquiera, fue una de las razones por las que lo integraron al grupo, para que respetara "los códigos", y lo aceptaba, el chico estaba bueno.

— ¿Sabes que vamos a estar para ti siempre, no? — hablo Avani sacándome de mis pensamientos.

— Si, y por eso las amo — respondí sacando una sonrisa a medias y las abrace.

— Cuando te sientas lista puedes venir a la hype y ser parte de nosotros — propuso Addi con un brillo en los ojos.

Ya llevaban tiempo proponiéndolo y aún no me decidía, supongo que mi ruptura con Blake era el empujón que necesitaba para aceptar.

— También los de la sway están pensando meter a el innombrable.

— ¿Como sabes? — pregunte en un susurró.

— Bryce me dijo — explicó la rubia.

Esos dos se traían algo.

— ¿Que pasa con todas las parejas bonitas? todas están terminando por cuernos — hizo una mueca exasperada Dixie.

— Que yo sepa solo somos Mellea y yo — murmuró extrañada Charli a su hermana.

— Olivia ayer en la noche vino llorando a mi cuarto, dijo que Kio la engañó y terminaron — explicó en un aludido.

— ¿Que? Kio es incapaz — fruncí los labios.

— Eso es lo que le dije.

— Entonces somos como los tres mosqueteros, ¿que nombre quedaría mejor? ¿las tres cuernudas? — vacile poniendo mi mano en la barbilla como si estuviera pensando, provocando sus risas.

Siempre me gusto hacer reír a los demás aunque yo no estuviera del todo bien.

— Claro, pero aquí el dilema es, ¿quien es la cuernuda mayor? — siguió la broma Char poniendo sus brazos en forma de jarra.

Después de unas cuantas burlas acerca de cuernos, y una pelea entre la D'amelio menor y yo sobre quien era la cuernuda mayor, mi mejor amiga hablo.

— Bien, sabemos que debemos dejarte
sola — musitó cambiando de tema — Así que por favor recoge los pedazos de tu corazón rápido porque tú te mereces algo mejor.

Todas asintieron dándole la razón y me volvieron a abrazar.

— No creas de que te salvaste de contarnos tu experiencia con Beck — apuntó Addison con entusiasmo.

Ellas tampoco podían negar lo caliente que era ese chico, llamaba la atención de todas.

— Bien — reí un poco, nos despedimos y se fueron de mi casa.

Vinieron a darme palabras de aliento y bastante comida.

Me conocían bien, entendían que cuando me sentía mal mentalmente debía estar sola por un tiempo para poder superar las cosas y seguir adelante con una genuina sonrisa.

Mi teléfono volvió a sonar mostrando otra llamada entrante de Blake. No pensaba contestarle hasta estar bien, por suerte los medios no sospechaban nada, y al parecer ninguno de los dos tenía pensado salir a hablar.

Estando consciente de que estaba sola en mi habitación y la escena de el con la rubia pasando por mi cabeza, mi corazón no aguanto y rompí en un llanto desconsolado, mis ojos parecían dos grandes nubes llenas de agua listas para dejarla caer, mis labios temblaban dejando escapar sollozos y me aferré a mis piernas como si con eso pudiera calmarme.

No lloraba por la traición, ni porque realmente creí que duraríamos, lloraba porque sabía lo que podría pasar y aún así me arriesgue. Comía de mi bote con helado de chocolate repitiéndome que dejara de llorar, que el no valía la pena. Pero también me recordaba que llorar estaba bien, no era símbolo de debilidad.

Tuve que quitarme los lentes para no mojarlos, solo los usaba cuando estaba en casa.

Pasaron varios minutos hasta que la última lagrima calló, sone mi nariz y me levante de la cama para mojarme la cara, estaba roja como un tomate.

— La última vez que lloras por el — me regañe a mi yo del espejo y asentí segura.

Como si la pequeña de los Moretti sabía que era su momento de entrar en acción, mi puerta se abrió dejando ver a la menor de un año y medio, caminando con dificultad hacia a mi, Maya Moretti era la única personita que me sacaba una sonrisa en mis peores momentos.

— Hola, cariño — salude con amor.

Me estiro sus bracitos riendo para que la cargara y eso hice.

— Galleta — apuntó uno de los tantos paquetes que me habían traído las chicas.

Me incline con ella en brazos y tome sus favoritas.

— Toma mi niña — le entregue una en sus manitas y ella se la metió a la boca con
deseo — Promete que nunca llorarás por un hombre, menos por un rubio.

Me miro mostrando sus únicos cuatro dientes, sin entenderme lo que decía. Era irónico porque había días donde su cabello amanecía rubio.

— Maya di lo prometo — pique su nariz haciéndola carcajear. Me hacía bastante bien estar con ella.

— Lo pomedo — balbuceó aunque no sabía el significado de la palabra.


𝖆𝖎𝖘𝖑𝖎𝖓𝖓 🌹

BROKEN HEARTS CLUB  ੈ ༄ jaden hossler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora