Capitulo 8

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  Esa misma noche me tiré a la cama boca abajo, zapatos aún puestos y todo. Les envié un mensaje a los chicos diciendo que tenía dolor de cabeza y que no podría reunirme con ellos. 

  No podía creer lo que me estaba ocurriendo; me sentía extraño, intranquilo, no había cenado pero no tenía hambre, intenté dormir pero a pesar de sentirme cansado no pude. Sentía una presión en mi pecho, y no sabía que era. Me levanté e intente hacer limpieza, solo para dejar todo tirado y volver a acostarme boca abajo con la luz apagada. Intente darle forma a lo que estaba pensando.

  Me aliviaba que Kris no estuviese molesta conmigo, y también que Mark me hubiera empujado a pedirle disculpas, eso estuvo bien, creía, pero entonces, ¿por qué me sentía así?

  Tal vez serviría enumerar unas cuantas cosas, así que tomé lápiz y cuaderno para escribir lo que entonces sabía pero que por la mañana ignoraba.

  1. Kris ya no estaba molesta conmigo.

  2. El chico Bambi estaba enamorado de Kris y no solo estaba en la friendzone, sino que parecía tener todo un condominio ahí.

  3. Robé el primer beso de Kris.

  4. Mark en estos momentos probablemente se encontraba a solas con nuestra musa coreana avanzando terreno de conquista. Lo sabía porque los había visto a lo lejos cargando cosas hacia su aula de ensayo.

  5. Kris estaba enamorada de Mark.

  6. Mark no sabía de los sentimientos de Kris.

  7. Kris sabía de la atracción de Mark hacia nuestra musa y de sus planes de conquista, lo que seguro la lastimában.

  8. Probablemente los sentimientos de mi amiga no fueran correspondidos.

  9. Quería a mis amigos, pero por alguna extraña razón me sentía molesto hacia ellos.

  10. Y por último... ¿?

  Leí mi lista una y otra vez. Ayudó un poco, pero no me dió las respuestas que buscaba. Me sentía molesto, y probablemente tendría que hacer algo para aliviarlo, pero no sabía qué, así que hice lo único que pude.

  Me levanté, tomé mi guitarra, me senté en el suelo de mi habitación con la espalda contra la cama,  y comencé a tocar en la oscuridad. Toqué sin reservas y con rabia, toqué hasta que mis dedos dolían y mi garganta quemaba. Uno de los vecinos llegó a tocar mi puerta, posiblemente para reclamar por el ruido del amplificador conectado, pero mis músculos no querían moverse de donde estaban, así que solo arrojé mi guitarra a la cama y esperé a que se fuera, lo cual sucedió.

  Cinco minutos después estaba en la cama hecho un ovillo y de pronto empecé a llorar, primero levemente, con lágrimas tímidas, pero luego sea lo que sea me venció. Lloré como un niño, como tenía tiempo de no hacer. Lloré por lo que fuera que me tenía tan adolorido. Lloré hasta que sentí mis ojos inflamados y me deslice en un sueño profundo.

  Ese día volvieron las pesadillas.

  En mi sueño, tenía 5 años de nuevo, y vestía mi pijama de dinosaurios. La noche se sentía cálida y mi hora de dormir ya estaba cerca. En mis muslos descansaba un instrumento colorido, y en mi mano izquierda sostenía unas varitas con una esfera en la punta, un xilófono y baquetas, supe identificar. La única luz en la habitación provenía del televisor frente a mí. Era el canal cultural en sabado  y  había estado esperando toda la semana por ese momento. Recuerdo mi anticipación, mis sentidos alertas, mi sonrisa ensanchandose.

  —"Y ahora, para conmemorar el aniversario de reapertura del Teatro Mayor, tenemos un especial de una de las presentaciones de ballet más memorables de los últimos tiempos  —.La voz del presentador dijo de manera magnánima— Nos referimos a la Compañía de Ballet Nacional, con la presentación de la solista más aclamada por el público, amada por la crítica y esperada por todos a su regreso. Así es, con ustedes, la presentación de ¡La muchacha de ojos de esmalte, Coppélia* Interpretada por la genio del ballet, Fiorella Grimaldi!

Los Chicos Guapos También LloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora