Capítulo 26

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  Después del ensayo de ese día me dirigí a Elfo's. Me habia demorado mas de lo esperado, pues mi banda y yo intentamos ponernos de acuerdo sobre las canciones que tocaríamos en nuestra presentación del 50, pero como era de esperarse, ponernos de acuerdo era mas fácil decir que hacer. El motivo era simple, y en parte culpaba a Alyona por ello: desde que había comenzado a mejorar mi interpretación de canto con ella, mis canciones perfectamente interpretadas a base de pura técnica vocal me comenzaron a sonar vacías, planas. Por mucho que mi vibrato* fuera increíble, que bajara la laringe,* que usará twang,* passagio,* chiaroscuro* o demás técnicas de vocalización, yo sabia que me faltaba conectarme con la canción, y eso me molestaba. En ese momento, las únicas canciones que podía interpretar con técnica y emoción a la vez, eran las que tuvieran que expresaban odio, resentimiento o que tuvieran algo que ver con sentirse roto.

  No hacia falta ser un genio para saber por que, lo saben ustedes y lo sé yo, pero tener conciencia de eso me molestaba mucho mas.

  Era como la vez que le pinté un bigote a Kris en toda la cara con plumón naranja mientras dormía junto a mí en el parque: al no enterarse de su parecido a Sam Bigotes,* había sonreído y caminado a mi lado como si nada, pero cuando Mark le mostró su reflejo en el parabrisas de un auto, de pronto se cubrió y me lanzó una patada en los bajos.

  Y lo mismo me ocurría en ese momento con mi música: al saber que algo no estaba perfecto, no podía sacarlo de mi mente ni seguir cantando con la comodidad de antes. Por eso cuando Ron y los gemelos lanzaban propuesta tras propuesta, seguía rechazándolas, una tras otra; que la canción tal era muy burda, o que la otra muy fofa, o que aquella tan buena no era suficiente.

  ¿Cómo podía hacer que el publico amara mis canciones, si yo mismo no sentía nada por ellas? Daba igual que cantara la mejor letra con el mejor sonido y las mas increíbles técnicas, si yo no sentía nada por las palabras, seria igual que cantar El Bosque de la China.*

  Y por eso habia decidido ir a Elfo's, aun a sabiendas que el día siguiente tenia clases, que debía hacer tareas, ensayar, comer y dormir. Necesitaba ver ese escenario en el que tantas veces me habia parado, necesitaba recordar que la sensación de amar la musica era real, y que mi bloqueo era solo temporal, que había alguna forma de salir de ahí volviendo a ser yo, pero mejor.

  Al ser día de semana había menos clientes, no mas de una veintena de personas reunidas muy cerca del escenario, donde un tipo recitaba poesía acompañado del sonido de un solitario bongo.*

  Las luces eran tenues, creando una atmósfera para el tipo que recitaba tocando. No podía ver la cara del público, solo las siluetas, en su mayoría femeninas.

  Me senté en un lugar apartado y pedí una cerveza al mesero más cercano.

  —¿Oye, tú no eres el vocalistas de Salieri? —susurró.

  —Proyecto Salieri —aclaré—. Si, soy yo.

  —¡Su última presentación aquí fué genial! Muchos clientes han preguntado cuando vuelven —comentó.

  Lo ví con más atención y lo reconocí como el mesero al que le había preguntado por Soo Ming la otra noche.

  —Cuando el Jefe lo diga, aunque en las próximas semanas estaremos ocupados; tenemos una presentación en la universidad y haremos la banda sonora para una obra.

  —¿En serio? ¡Genial! ¿Es para esa cosa del aniversario?

  —Si, exacto. ¿Como lo sabes?

  —Como no saberlo, si lo han estado anunciando desde hace un mes en todos lados; televisión, radio, en redes y en el períodico.

  Genial, cero presión.

Los Chicos Guapos También LloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora