Narra Michiru.
-¿Que te sucede? ¿Acaso estás loco?- le cuestioné a Seiya ante su acción quien despedía un fuerte aliento a alcohol.
Afortunadamente, dado su grado de embriaguez no podía sostenerse muy bien en pie, así que con un poco de fuerza fue fácil quitármelo de encima.
-¡Eres un completo idiota!- le dije mientras le propina una fuerte bofetada.
-Y tu eres una mujer muy bella, y me gustas mucho, quiero que seas mi mujer- me repetía con voz entrecortada.
-¿Tu mujer? ¿Acaso no tienes una? ¡No seas ridículos!
-Yo no tengo mujer.
-¿Ah no? ¿Entonces Serena qué es?- le hablaba para hacerlo reaccionar, pero creo que ni siquiera tenía conciencia de lo que estaba haciendo o diciendo.
-¿Serena? No digas tonterías, esa no es mi mujer, solo es mi pantalla, la imagen imagen bonita que le muestro al mundo, además es el motivo perfecto para hacerle la vida imposible a mi hermano.
Ahora estaba un poco confundida, no sabía bien a qué se estaba refiriendo pero francamente no me interesaba -Seiya, déjame en paz de una buena vez, estás borracho y no sabes lo que dices. Agradece que no le contaré nada de esto a tu hermano, ya que de seguro te daría tu merecido.
-¡Es una verdadera lastima que no quieras escucharme! Pero te entiendo- me dijo para dar la vuelta y salir de la escena, no sin antes dejarme una frase que me dejó pensativa -si en algún momento deseas hacer un pacto solo dímelo, te aseguro que muy pronto necesitarás de mi ayuda- entonces se dirigió rumbo a la habitación que compartía con Serena y cerró la puerta con seguro, supongo que no quería que nadie lo molestara.
Cuando Seiya despareció de mi vista, seguí mi rumbo inicial, bajé hasta el comedor para tomar el desayuno que desde hacía mucho rato la servidumbre había colocado sobre la mesa.
-¡Buenos días Michiru!- escuché tras de mi la voz de Serena que entraba a la habitación.
-Buenos días, pensé que estarías en el supermercado con la madre de Darien y Seiya.
-¿Cómo sabes eso?- que tonta y descuidada había sido, no podía decirle lo que acababa de suceder con Seiya, así que puse el primer pretexto que se me vino a la mente.
-¡Perdón! Creo que las escuché sin querer.
-¿Nos escuchaste?- ella ponía una cara de asombro con lo que me daba a entender que pensaba que yo era una entrometida y chismosa.
-Hoy saliste de tu habitación, es muy raro verte durante el día- le cambié por completo la conversación y traté de abordar el tema por el que Darien y yo no habíamos vuelto a Londres.
-Eso es porque no está Darien- me respondió con un poco de melancolía.
-¿Me estás diciendo que se te prohíbe salir mientras Darien está en casa?- realmente estaba asombrada. Nos encontrábamos en pleno siglo XXI, las costumbres eran otras, en la actualidad era muy difícil encontrar mujeres con ese grado de sumisión.
-Bueno, es que yo soy novia de Seiya, no está bien que me ande exhibiendo por toda la casa.
-¿Y eso quien lo dice? ¿Tu o él?- le pregunté un poco molesta por su personalidad tan débil.
-Pues él- me respondió sin levantar su mirada aún.
-Y la señora Galaxia ¿Que dice de eso? ¿Está de acuerdo en que su hijo te trate así?
-Ella prefiere no entrometerse, además, no sabe mucho sobre mi situación.
-Y dime algo, esas marcas en tu brazo ¿Realmente fueron un accidente?
-No sé a dónde pretendes llegar con esta conversación- me dijo poniéndose un poco nerviosa.
-¿Acaso Seiya te hizo eso?- seguí con mi interrogatorio.
-¡Basta! Está no es una conversación que deba tener contigo.- ella en ese momento trató de dar la vuelta y alejarse de mí, pero no me iba a detener.
-¿Por qué huyes? ¿Intentas ocultar algo?- le dije mientras sujetaba su brazo impidiendo así su partida.
-¡Basta! ¡Por favor! Tengo bien merecido lo que me pasa, soy tan débil para enfrentarlo. Todo comenzó hace unos años- entonces ella, envuelta en un profundo llanto comenzó a contarme todo lo que había pasado con los hermanos en la preparatoria. -Yo me sentía atraída por Darien, pero él nunca me hizo ni la más mínima señal, pero un día me enteré de una apuesta en la que Darien planeaba conquistarme y fue tanto mi coraje que acepte ser la novia de Seiya pensando que si tal vez yo comenzaba una relación con su hermano él se pondría celoso. ¡Que equivocada estaba! Al poco tiempo de todo lo sucedido, el se fue y no volvió hasta ahora. Seiya siempre fue arrogante y prepotente, aunque no me di cuenta de eso hasta mucho tiempo después. Cuando la tía que me cuidaba falleció me mudé a esta casa, pero fue ahí cuando las cosas empeoraron.
-¿Por qué no simplemente lo dejas?- le cuestioné pensando que era algo muy fácil de hacer.
-¡Porque no puedo!- ella seguía llorando -tiene en su poder cosas que arruinarían mi reputación, mi prestigio y toda mi vida entera.
No sabía bien a qué se estaba refiriendo, pero ese sujeto me caía cada vez peor.
-Daría lo que fuera por regresar el tiempo, por volver a esa época en la que tomé una muy mala elección. Quisiera regresar a ese día en el que Darien me veía fijamente y correr a sus brazos y decirle que nada me importaba, que perdonaba cualquier cosa que la edad lo hubiera orillado a hacer. De hecho si pudiera, correría ahora mismo a su lado y le confesaría que nunca dejé de pensar en él, pero ahora eso ya no importa, porque tú estás en su vida.
Esta conversación había llegado a un punto que empezaba a incomodarme un poco. Serena me acababa de confesar que seguía teniendo sentimientos hacia "mi Darien", así que por alguna razón vinieron a mi mente esas últimas palabras que Seiya me había dicho unos instantes antes "-si en algún momento deseas hacer un pacto solo dímelo, te aseguro que muy pronto necesitarás de mi ayuda"
Tal vez era momento de dejar de verlo como el tipo pedante que era, para comenzar a verlo como un posible aliado ante una situación que seguramente me traería muchos dolores de cabeza.
ESTÁS LEYENDO
La novia de mi hermano
Fanfiction¿Triunfará la lealtad entre hermanos o el amor verdadero? Acompáñenme a averiguarlo...