Capítulo 24

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El tiempo pasó tan rápido, era el día en que Michiru debía volver a casa.

Cómo estos últimos días, antes de ingresar a mis labores en la clínica, di una visita al área de incubación, en la que mi hija luchaba con todas su fuerzas por concluir su desarrollo. Apenas ponía un pie en el lugar, las dos enfermeras que coloqué para su atención exclusiva me daban los pormenores de su evolución, y para mí fortuna, eran muy satisfactorios.

Tras escuchar que mi pequeña se encontraba estable me dirigí hacia la habitación de Michiru para apoyarla con su arreglo personal, aunque para mí sorpresa, ella ya se encontraba totalmente lista para partir.

—Pensé que querrías que te ayudara a cambiarte— le dije al observarla con su ropa totalmente colocada.

—Perdon Darien, es solo que no quería hacerte esperar, además, estoy ansiosa por volver a casa, a tu lado.

—¿Quién te ayudo?— le cuestioné aún sorprendido pues en la habitación no había nadie de quién se hubiera podido auxiliar.

—¡Hmm! ¡He! pues...— dudó un poco antes de responder —Una enfermera me visitó a muy temprana hora. Me entregó la documentación del alta médica y me ayudó a vestirme ¿No creerás que lo hice sola o si? Sabes perfectamente que no puedo hacerlo— tras sus palabras había un claro rastro de melancolía y lo que menos quería era hacerla llorar, así que rápidamente cambié el tema de nuestra conversación.

—Pues entonces vámonos— le hablé para posteriormente tomarla en mis brazos con la mayor de las delicadezas posibles y colocarla en esa desagradable silla de ruedas a la que en gran parte yo la había condenado.

Lentamente recorrimos los pasillos de la clínica hasta la salida, abordamos un taxi y nos dirigimos rumbo a casa.

Al llegar ahí, Haruka ya nos esperaba en la entrada, y cómo todo buen hermano, se dispuso a ayudarnos para que Michiru pronto se pusiera cómoda.

Entramos a la casa, y grande fue nuestra sorpresa cuando Serena nos esperaba en el comedor, sin pedirle nada, ella , por su propia voluntad había preparado una pequeña comida con la finalidad de darle la bienvenida  a mi futura esposa. El momento era bastante incómodo para mí, sobre todo después de lo que había ocurrido entre nosotros aquella noche, así que no pude ni siquiera voltear a verla, yo trataba de evadir por todos los medios posibles su hermosa mirada.

—¿Que haces tú aquí? Y ¿Que significa esto?— gritó Michiru al observar la escena, pero sobre todo a Serena.

—Darien me contó sobre tu situación, no era mi intención molestarte, solo quise que tú recibimiento a esta casa fuera agradable— fue la respuesta de Serena.

—Michiru, quiero que sepas que Serena seguirá viviendo aquí hasta que ella así lo decida. No quiero que ninguna de las dos se sienta incómoda por eso. Les pido a amabas que tratemos de llevarnos bien, es lo mejor para todos.

—No te preocupes Darien, por mi parte no hay ningún problema. Sé que estás conmigo, nunca he desconfiado de ti y no tengo por qué hacerlo ahora. Confío plenamente en que no habrá traición alguna de tu parte. Así que puedes estar tranquilo ¡mi amor!— fueron las palabras de Michiru que estuvieron cargadas con un gran toque de sarcasmo mientras sujetaba mi cuello y me daba un beso en la mejilla intentando marcar su territorio.

—Por mi parte tampoco hay ningún problema, yo sé respetar— no lo podía creer, las palabras de Serena también estaban llenas de ironía, era como si por dentro sonriera por nuestra hermosa noche juntos.

Después del incómodo momento, nos dispusimos a comer y posteriormente cada quien se dirigió a hacer sus actividades.

Serna y Haruka salieron rumbo al juzgado para seguir puliendo los detalles de la próxima audiencia en contra de Seiya, y Michiru y yo nos encerramos en nuestra habitación durante el resto del día.

Michiru comenzaba a platicar acerca de lo que supuestamente ella había sufrido con mi ausencia durante los últimos meses, me reprochava por haberla abandonado durante el embarazo, y no sé que tantas cosas más. Mientras ella hablaba, yo simplemente emitía respuestas como "ajá, si, claro, mmm, no" y un sin fin más de monosílabos, y es que realmente no estaba prestando atención a sus palabras.

Mi mente se encontraba totalmente ocupada en la noche en que hice el amor con Serena y en el pacto que habíamos hecho.

FLASH BACK

—Darien ¿Estás seguro de que volver con Michiru es la mejor opción?— Serena me cuestionaba con un poco de tristeza.

—No sé si es lo mejor, pero si se que es mi obligación— le respondí haciendo incapie en lo culpable que me sentía.

—Darien, nunca estuve con otro hombre, al menos no por gusto ni con plena conciencia, la única vez que eso pasó fue con Seiya, pero todo fue forzado, yo no deseaba estar con él pero...

—Serena, sabes que no me importa tu pasado— la interrumpí colocando mi dedo índice sobre sus labios para evitar que siguiera hablando.

—Darien, lo que quise decir es que nunca lo había hecho por amor, al menos hasta hoy. Darien, siempre quise decirte esto pero nunca pude, y sé que en cuanto Michiru vuelva a tu vida no podré hacerlo, así que es ahora o nunca— no tenía idea a lo que ella se refería, pero casi de inmediato resolvió mi duda —Darien, siempre he estado enamorada de ti. Te amo Darien, y es tanto el amor que te tengo que te apoyo en todo lo que hagas, aún si eso me aleja de ti.

Tuve la sospecha todo el tiempo de que ella sentía lo mismo que yo, y lo acababa de comprobar. Si este era el momento de sinserarnos, yo también lo haría —Serena ¿Por qué me pones entre la espada y la pared? Yo también te amo, y planeaba esperar a que lo de Seiya se resolviera para poder estar contigo, pero ahora con lo de Michiru eso es imposible.

—Darien ¿Amas a Michiru?

—No, le tengo un gran aprecio por qué ha compartido la vida con migo durante algún tiempo, además acaba de darme una hija, pero eso no es amor, lo sé por qué no se compara en nada a lo que siento por ti.

—¿Entonces tendré que resignarme a vivir sin ti el resto de mi vida? ¿Nos condenarás a ambos a vivir de esa manera?— la mirada de Serena era tan tierna mientras me hablaba.

—Serena, no me digas eso, me encantaría estar contigo pero no puedo, a menos que hagamos algo— ella me miró fijamente y asintió con la cabeza —dame tiempo, te prometo que no me casaré con ella, pero necesito al rededor de dos meses para determinar si su condición es permanente o no. Si el resultado arroja que ella permanecerá así para siempre, entonces tristemente tendré que alejarme de ti, pero si se determina que su lesión tiene alguna posibilidad para sanar, entonces tú y yo podremos estar juntos. Lo único que te pido es que me des el tiempo necesario para organizar todo.

—No te preocupes Darien, comprendo perfectamente el motivo por el que deseas estar a lado de Michiru. Prometo esperarte, aún cuando eso tomé años, yo te esperaré. Eres el único hombre que ha demostrado un interés sincero en mi y que me ha brindado todo su apoyo. Te amo Darien Chiba, y si tengo que esperar mil años para estar a tu lado lo voy a hacer— fueron sus últimas palabras antes de que ambos cayéramos rendidos por el sueño.

FIN FLASH BACK

La novia de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora