Capítulo 20

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Había hecho mal en salir de manera precipitada de aquella sala. Estaba tan sorprendido y molesto por todo lo que había escuchado a Serena confesar hasta este momento que no pensé centradamente. Acababa de actuar por impulso, y eso presisamente no era lo mejor para nadie. Si Haruka no me hubiera detenido, no sé que habría sido capaz de hacerle a Seiya, estaba tan enfadado que seguramente lo habría asesinado, era lo menos que se merecía el despreciable ser que había sido capaz de provocarle tanto sufrimiento a una indefensa joven tan solo por un ridiculo sentimiento de superioridad y celos, pero solo hubiera logrado que Serena se quedara totalmente desamparada y sola.

Confieso que me hubiera encantado ver la cara de Seiya mientras lo molida a golpes, eso me hubiera dado cierta satisfacción, aunque por las propias palabras de Haruka, me habría metido en un problema legal muy fuerte, alejándome así de Serena, quién se había convertido en mi única prioridad.

—¿Volvemos?— Haruka me llamaba para sacarme de mis pensamientos.

—¡Si!— le respondí con una muy agitada respiración producida por el momento vivido.

—Darien, voy a pedirte un favor— recuerdo que me miró muy serio.

—¿Cuál?— le dije un poco sorprendido ante su petición.

—¡Necesito que te calmes!— Haruka tenía razón, debía intentar controlarme un poco más, sobre todo cuando me recordó que las cosas aún no terminaban —Darien, la declaración de Serena aún no concluye, no sabemos qué más pueda decirnos, así que te suplico que no la pongas más nerviosa de lo que ya está. Para ella debe ser muy difícil tener que hablar de algo que la lastimó fuertemente, así que ayúdame a que tenga el valor de terminar su historia. Dale el apoyo moral que necesita. Solo eso te pido, por favor.

Por algunos minutos me había olvidado por completo de que Serena estaba pasando por un momento muy complicado e incómodo, y sobretodo, estaba haciendo a un lado mi promesa de permanecer a su lado a lo largo de todo este proceso, así que después de dar un hondo suspiro e intentar aparentar la mayor de las calmas posibles regresé en compañía de Haruka a dónde se encontraban Lita y Serena.

—¡Que bueno que han vuelto chicos!— Lita hizo una confesión que me dejó sin palabras —Serena dijo que no seguiría con la declaración si Darien no regresaba.

—¿Puedo saber por qué?— le cuestioné a Serena quién se encontraba sentada en un pequeño sofá mientras me colocaba sobre mis cuclillas para así poder quedar a su altura y sujetar sus manos.

—Tu eres quién me da el valor de hacer esto, sin ti no podría— sus palabras estaban llenas de ternura, y su mirada, como siempre, cargada de tristeza.

—¡Escucha una cosa! Esto que estamos haciendo no es por nadie, ni para darle gusto a nadie, es solo por ti.
Te prometí estar a tu lado y eso haré, pero, aún cuando nuestros caminos se separaran debes armarte de coraje para salir adelante, luchar y defenderte, así que no quiero que nunca más permitas que nadie te pisotee— sé que mis palabras lograron tranquilizarla un poco, pues su mirada reflejaba un poco de confianza y seguridad. Para rematar con broche de oro y continuar con todo lo que le faltaba por relatar me levanté y sin soltar sus manos coloqué un beso sobre su frente.

—Bien, creo que ya podemos continuar— habló Lita mientras Serena asentía ligeramente con su cabeza.

Lo que ya había escuchado me había transformado por completo, pero me prometí a mi mismo una cosa, por más duro que fuera lo que Serena estaba por relatar, yo me mantendría tranquilo y sereno. Fue entonces cuando comenzó la lluvia de preguntas que revelarían aún más la clase de monstruo que era Seiya.

—Entonces dices que Seiya te sedaba y te entregaba a esos hombres ¿A cambio de que?

—Al principio fue solo a cambio de dinero que él recibía para invertir en diseño de imagen, ropa, cortes de cabello, accesorios, etc, y grabar sus canciones por sus propios medios. Posteriormente, fue por una oportunidad para amenizar un pequeño bar, y finalmente...— ella se detuvo por unos segundos y respiró profundamente para continuar —... La última vez fue cuando consiguió ese jugoso contrato con la disquera, ese que lo llevaría a la fama y el reconocimiento.

La novia de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora