—¡Haruka!— no sabía si alegrarme de verlo o preocuparme por su llegada.
—¡Hola amigo! Qué digo amigo ¡Hermano!— de inmediato, él se acercó para darme un fuerte abrazo —apenas Michiru me contó la increíble noticia me apresuré a tomar un vuelo que me trajera directo hasta aquí.
—¿Cuando llegaste?— le pregunté con un poco de desgano.
—Acabo de aterrizar, en cuanto el avión tocó tierra lo primero que hice fue tomar un taxi que me guiara hasta tu domicilio, pero no te preocupes, no quiero darte molestias, apenas vea a mi hermana yo me iré a pasar la noche en un hotel— definitivamente él había notado mi falta de interés y mi poca alegría.
—No digas eso Haruka, siempre serás bienvenido en esta casa. No me lo tomes a mal, no me siento muy bien anímicamente.
—¿No me digas que también tú estás teniendo los síntomas del embarazo?— Haruka intentaba bromear conmigo, era más que lógico que desconocía cuál eran las condiciones bajo las que este bebé inocente llegaría al mundo.
—No es eso, es solo que han pasado muchas cosas en este tiempo que llevamos viviendo aquí— comencé a narrar los hechos ocurridos últimamente mientras nos adentrábamos nuevamente a esa casa de la que yo solo quería escapar.
—¡Darien!— se escuchó la voz de Serena hablar justo en el momento en el que nosotros volvíamos. —¡No es lo que crees! ¡Puedo explicarlo todo!— sin percatarse de la presencia de mi invitado Serena se acercó a mi y se hechó a llorar sobre mi pecho. Inmediatamente, le correspondí su gesto y la abracé esperando que se tranquilizara un poco, pero para mí sorpresa, su llanto aumentó de intensidad.
—Llora todo lo que quieras, es momento de que te desahogues— ella siguió mi consejo y lloró con todas sus fuerzas, como si en las lágrimas que derramara dejara ir toda esa pesadez que había cargado durante tanto tiempo, casi desde su nacimiento.
Haruka no comprendía lo que estaba sucediendo, a decir verdad, había llegado en un momento un poco inoportuno, pero aún así, yo no dejaría sola a Serena, quien después de un rato de tanto llorar cayó rendida en un profundo sueño. Lentamente y con mucha cautela la retiré de mi pecho y la acomodé en mis brazos para llevarla cargando hasta una habitación lejos de mi hermano.
Con mucho cuidado la coloqué sobre su cama, la arropé y después de observarla durante algunos segundos le dí un pequeño beso en la frente. Se veía tan indefensa, y tan frágil por lo que yo sentía unas inmensas ganas de protegerla y velar por su bienestar. Sabía de sobra que Serena era la novia de mi hermano, pero también tenía la certeza de que no era feliz a su lado, y sin duda yo estaba dispuesto a sacarla de ese infierno, aún si ella no correspondía a mis sentimientos yo velaría por su bienestar.
¡Si! Escucharon bien, dije "mis sentimientos" y es que después de todos los sucesos ocurridos en los últimos tiempos no podía engañarme a mí mismo. Serena había sido mi gran amor de juventud, la chica que me causó tantos conflictos y que aún me los seguía causando. Desde que la volví a ver supe que tan solo con su presencia se aceleraba a mil mi corazón, pero me detenía por la lealtad hacia mí hermano y el respeto que creí que Michiru se merecía, sin saber que ninguno de los dos era digno del sacrificio que yo estaba haciendo.
—Darien, no comprendo que fue todo esto, pero te recuerdo que tú tienes una relación con mi hermana y van a tener un hijo ¿Podrías explicarme qué sucede?— Haruka se encontraba desconcertado ante lo que había presenciado, era de lo más normal que con gran molestia me pidiera una explicación, y yo, desde luego que se la dí, incluyendo cada detalle tal y como realmente sucedió.
—No puedo creer todo lo que me cuentas— fue lo que Haruka respondió al expresarle mi versión de los hechos —es como si me hablaras de una Michiru totalmente diferente a la que yo he visto crecer— sé que fue muy duro para él descubrir la realidad, pero era mejor que se enterara de todo, después de todo, él se quedaría en casa por unos días y no quería que malinterpretara las cosas cuando me viera cerca de Serena.
—¿Entonces cabe la posibilidad de que ese bebé no sea hijo tuyo?— me habló con un poco de decepción.
—Asi es, pero eso lo sabremos en cuanto nazca— le respondí ingenuamente —por ahora lo que me preocupa es resolver el asunto de Serena, realmente no comprendo de dónde salieron tantas imágenes y hasta videos, pero sé que ella no lo hizo por voluntad propia, seguramente Seiya la forzó.
—Mira Darien, lo que hicieron con Serena es un delito que se castiga con cárcel. Recuerda que soy abogado, y tal vez no sea el mejor pero conozco las leyes a la perfección, si tú me lo permites deseo ayudar a esa chica.
—Haruka, yo no sé qué decir, me da un poco de pena. Conoces muy bien mi historia con Serena y tu hermana está de por medio.
—¿Pena? No digas tonterías. Pena le debería dar a ella por todo lo que ha hecho. Ahora que lo pienso, Michiru siempre fue caprichosa, hacia hasta lo que fuera por qué nuestros padres la complacieran en todo. Con el tiempo su actitud cambió, pero creo que nuevamente trajo esa parte de su ser al presente.
—Gracias Haruka, si en verdad estás dispuesto, acepto tu ayuda. Créeme que ya había pensado en consultar a un especialista en leyes, pero dada la magnitud del asunto no sabia a quien recurrir. Es una situación muy delicada, qué mejor que tratarlo con alguien de confianza.
—Así es Darien, tú mismo lo has dicho, es algo muy complicado, incluso, tengo la certeza de que aunque le digas a Serena que soy de tu completa confianza ella dudará un poco cuando sepa que Michiru es mi hermana.
—No te preocupes Haruka, yo le explicaré que estás de nuestro lado, aunque sí creo que será un poco difícil para ella hablar de todo esto delante de ti, lo digo por que eres hombre, creo que se sentirá incómoda.
—Si crees que hablando con una chica ella se liberará más fácil, tengo la solución perfecta. Mi amiga Lita se encuentra en la ciudad, es una excelente psicóloga, ha colaborado en varios casos conmigo y es muy buena en lo que hace. Te aseguro que con ella será mucho más fácil.
—Entonces prepara todo para que nos reunamos con ella lo antes posible.
—Solo tengo que advertirte algo Darien— depronto su tono cambió y se tornó más serio de lo que ya era.
—¿Que pasa?— le respondí impaciente esperando que terminara su hablar.
—Como te dije, el solo hecho de mantener en tu poder ese tipo de imágenes de cualquier persona es un delito, así que la libertad de Seiya está en juego. Si llegamos a comprobar que él fue el autor intelectual de este asunto, o que de alguna manera la forzó para hacerlo, seguramente pasará ahí bastantes años.
—¿Crees que eso me importa? Él no se tocó el corazón para hacerle daño día con día, así que no me interesa en lo más mínimo lo que le pase. Sé que es mi hermano, pero también sé que hizo mucho daño. Si tiene qué pagar algo que lo haga— siempre defendí mi relación de hermanos aunque realmente esta no existiera, pero ahora era diferente. Seiya había cometido un delito, y si no recibía su merecido seguramente tarde o temprano lo haría con alguien mas, y eso era algo que no podía permitir.
—¡Haruka! ¡Hermano!— desde las escaleras Michiru saludaba a mi nuevo aliado —¡No sabía que estabas aquí! ¿Hace cuanto llegaste?
—El suficiente como para enterarme de todo lo que has hecho en esta casa—debo reconocer que la voz de Haruka sonaba bastante molesta —¡Discúlpame Darien!— Haruka se estaba dirigiendo a mi en esta ocasión —sé que es tu casa, pero tengo mucho que hablar con Michiru— fue lo último que dijo antes de sujetar a su hermana del brazo mientras ella lo guiaba hacia la terraza.
Seguro tendrían una muy fuerte conversación.
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La novia de mi hermano
Fanfiction¿Triunfará la lealtad entre hermanos o el amor verdadero? Acompáñenme a averiguarlo...