Que te amo, con un tipo de amor que contiene millones de otros amores, con un ritmo que a veces no me deja dormir, con ojos aguados y la memoria de las estaciones pasando...Que te extraño, y le mentí al mundo sobre ello e intenté pasar sobre las flores muertas tratando de no sentirte cada vez que mi alma dolía, que casi no puedo hacerlo...Que te atesoro, como a una de esas botellas de vino que guardas, como a tus cuadernos en un estante, como a mi niñez y primaveras...Que espero que la gente pueda entender, más allá de lo que mis manos pueden escribir, alejado de mis páginas, profundo en mis días de tristeza.
A veces trato de sentir menos, a veces callo mis propios pensamientos y me escondo en la música para que otros me digan qué sentir. A veces sólo tengo pesadillas, a veces no sobre perderte, a veces sobre el invierno, uno que nunca termina y tú no regresas. A veces me ahogo en amaneceres, sintiendo el aroma de los cigarrillos picando en mi nariz.
"-¿Escribes sobre mí?"
Es como un "¿Pensaste en mí?" Y mis respuestas habrían sido un sí cada vez, si tan solo dejara de encontrar formas de unirlo a cada acontecimiento de la naturaleza.