Padme se quedó paralizada de asombro, la verdad se sentía desorienta; por un instante no entendió las palabras de Anakin, que quedaron suspendidas en su mente. Pero claro su mente. El temor y la furia reemplazo el asombro.
¡Debes estar bromeando! -exclamó Padme furiosa.
Sabía que era un error ya que no era el momento para insultar a Anakin, dando que precisaba su ayuda para conservar la cabaña. Mientras él apretó los dientes y, sin decir nada, la miró con ojos entornados y llenos de rabia.
¿Tengo aspecto de estar bromeando? -pregunto él en tono suave y amenazador- ¿Por qué no me iba a tocar el turno a mí? A mí no puedes manejarme a tu antojo, como haces con otros, pero, en mi opinión, en este momento, no puedes permitirte ser muy selectiva -dijo con una sonrisa de lado.
¿Qué sabes tú de mis selecciones? -preguntó el aún más pálida, se alejó de él unos cuantos pasos podías sentir el impacto del cuerpo de Anakin.
Padme sabía que desde dejo la orden Anakin ha estado con tantas mujeres que ella no quería pensar en ellos, solo hacía que sintiera molestia. Tenía que controlar sus instintos y sus reacciones, siempre se había sentido débil respecto a él.
No te apartes de mí -dijo él con voz suave, más profundas, pero se puso furioso al ver que Padme se daba la vuelta. No lo soporto rodeó el escrito y la agarró por los brazos.
No arrugues la nariz -le ordenó ásperamente- Tu pequeño reino se ha ido, por si no lo has notado y esos amigos senadores tuyos no querrán saber que ahora estás en la ruina. Me imagino que no te han ofrecido ayudarte ¿Verdad?
Padme le dio un empujón en el pecho ofendida.
¿Y por qué no a mí? -preguntó Anakin, mirándola con rabia- Tengo bastante crédito para mantenerte
¡No estoy a la venta! -dijo ella con rabia intentaba retirarse de su lado, pero era en vano; aunque sabía que no la sujetaba con mucha fuerza.
No me interesa comprarte -murmuró el- Solo alquilarte por un tiempo
Tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para no darle un golpe; cuando él la soltó y retrocedió unos centímetros ella comprendió amargamente que lo hacía porque quería, no porque ella lo obligara. La estaba observando, esperando a que tomara una decisión. El silencio se apoderó de la habitación, mientras ella intentaba recobrar la compostura bajo la mirada firme de Anakin.
Toda esta situación se estaba escapando de las manos. Su enemistad que había cultivado desde el momento que conoció era para que él no descubriera con solo mirarlo hacia que su cuerpo se estremeciera. él la estaba mirando con aquella mirada penetrante que ella siempre había intentado evitar. Ella no quería ser una más de la lista de mujeres que eran utilizada y abandonadas por él. No quería volver a sufrir, ya había pasado la vida con una venda en los ojos primero erigida por la adoración ciega de su padre y después por los celos obsesivos de Rush Clovis; no podría soportar un nuevo golpe, ni emocional ni económico.
Podía ver en los ojos azules de Anakin un deseo puro, sabía que el la deseaba, y estaba dispuesto a conseguirla, cualquier mujer quedaría satisfecha en sus brazos. Por primera vez en su vida estaba sola, era responsable de sí misma y encontraba cierta satisfacción en aquella responsabilidad, no le importaba fracasar o si tenía éxito, no quería la ayuda de ningún hombre.
Como te decía, no tengo dinero para devolverte el préstamo ahora mismo, y comprendo que la deuda ya ha vencido. La solución depende de ti... -hablo con su voz serena y fría.
Yo ya he hecho mi oferta -interrumpió él con seriedad.
Si quieres te pagare inmediatamente, lo poco que tengo es para mantener la cabaña y darle mantenimiento a este lugar para rentarla como un lugar de retiro, solo tendré que vender algunas cosas dentro de la casa o vender una parte del terreno, pero, eso llevara algún tiempo no te prometo que te pagare todo de una vez -explico ella persuadiendo a Anakin.
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Corazón Roto
FanfictionPadme Amidala acaba de regresar a su planeta natal Naboo tras la muerte de su padre lo cual dejo a su familia de herencia una cabaña en los país de los lagos y un montón de deudas. Pero lo peor de todo era que la mayoría de esas deudas eran con el p...