Capítulo 17

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Por la fuerza, la había amado desde el momento que la vio, y se había mentido a sí mismo, enterrando aquel amor bajo una capa de hostilidad y, después etiquetándolo como lujuria, deseo, necesidad, cualquier cosa con tal de no admitir que en lo que a ella concernía era tan vulnerable como un niño desnudo.

Él era un tipo duro desde que acabo la guerra utilizaba a las mujeres y las dejaban sin contemplaciones, pero solo iba de mujer en mujer porque ninguna de ellas era capaz de satisfacer sus anhelos. Ninguna de ellas era la que quería, la que amaba. Ahora la poseía físicamente pero no mentalmente, no emocionalmente, y aquello lo asustaba sin remedio. Le temblaban las manos mientras se secaba con la toalla.

De alguna forma tenía que conseguir que Padme lo quisiera. Utilizaría cualquier medio que fuera necesario para mantenerla a su lado, para amarla y cuidar de ella hasta que Padme no pudiera pensar en nadie, salvo en él, y toda ella le perteneciera.

¿Huiría Padme si le decía que la amaba? Si pronunciaba aquellas palabras, ¿Se sentiría incómoda a su lado? Recordaba cómo se había sentido él cada vez que una mujer intentaba aferrarse a él, proclamando que lo amaba, suplicándole que se quedara con ella. Había sentido vergüenza, impaciencia, compasión. ¡Compasión! No podría soportar que Padme lo compadeciera.

Nunca antes se había sentido inseguro. Era arrogante, impaciente, decidido, y estaba acostumbrado a que todo en la galaxia se pusiera firme cuando daba una orden.

La causaba un profundo malestar saber que no era capaz ni de controlar sus emociones, ni de controlar a Padme. Por un momento recordó lo que le había dicho que el miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti, eso dijo el maestro Yoda cuando lo conoció a la edad de nueve años y tuvo que separarse de su madre y dejar su planeta natal Tatooine. Alguna vez había escuchado que el amor hacía débiles a los fuertes, que los podía llevar al lado oscuro, pero ahora todo había cambiado en la orden, después de derrotar a Palpatine, el consejo jedi comprendieron de lo ciegos que estaba por dejarse llevar por reglas que no tenía sentido y principalmente en reprimir los sentimientos y más importante el amor, sabía que cambiar códigos jedi seria un gran trabajo pero durante después de las guerras clones muchas cosas han cambiado para mejor para muchos jedi y padawan.

Desnudo, regresó a la habitación y se puso unos calzoncillos y unos pantalones. Padme era como un imán que atraía su mirada una y otra vez. Por la fuerza, qué hermosa era, con aquel pelo castaño que brillaba a luz del sol, y aquella piel que refulgía suavemente, estaba tumbada boca abajo, con los brazos bajo la almohada, ofreciéndole una visión completa de su espalda esbelta, de sus nalgas firmes y redondeadas y de sus piernas largas y finas. Anakin admiró sus cuerva gráciles y femeninas, y sintió el deseo apremiante de tocarla.

Se acercó a la cama y se sentó a un lado, acariciando su espalda desnuda.

Despierta, perezosa. Son casi las dos -hablo él con una voz dulce.

Ella bostezó, aferrándose a la almohada.

¿Y? -esbozó una sonrisa, negándose a abrir los ojos, mientras Anakin se echó a reír.

Levántate, anda. Ni siquiera puedo vestirme si te veo así. No puedo apartar los ojos de... -se interrumpió, arrugando el ceño, al ver la pequeña cicatriz blanca que cruzaba su hombro.

No la habría visto si Padme no hubiera estado tumbada, desnuda, bajo los rayos del sol. Entonces vio otra, y también la tocó. Su mirada se movió y encontró otras cicatrices en su espalda, en sus glúteos, en la parte de atrás de sus muslos. Las tocó suavemente, moviendo los dedos lentamente de una en una. Ella se quedó rígida bajo sus manos, sin moverse ni mirarlo, ni tan siquiera respirar...

Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora