Capítulo 12

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Era media mañana cuando Padme se despertó, y se quedó un momento sola, en la enorme cama intentando orientarse. Estaba en casa de Anakin, en su cama. Él se había levantado hacía horas, antes que ella, despidiéndose con un beso en la frente y la orden de que siguiera durmiendo.

Padme se estiró, dándose cuenta al mismo tiempo de que estaba completamente desnuda y de que le dolían todos los músculos del cuerpo. No le apetecía moverse, no quería abandonar el confortable refugio de las sábanas y las almohadas que todavía olían a Anakin. El recuerdo del placer que había sentido la hizo estremecerse, y se removió, inquieta. Él apenas había dormido, ni la había dejado dormir, hasta que finalmente se levantó para emprender un día normal del trabajo.

Ojalá la hubiera llevado con él. Se sentía incómoda con Trespeó, un droide de protocolo al igual que Artoo un droide astromecánico de Anakin. ¿Qué pensaría de ella? solo se habían visto un momento, porque Anakin la había hecho subir al piso de arriba con prisa.

Por fin salió de la cama y se ducho, sonriendo, cansada, para sí misma al comprender que no tendría que escatimar en agua caliente. El aire acondicionado central mantenía la casa agradablemente fresca, otra comodidad de la que había reducido gastos. Fuera cual fuera su estado de ánimo, al menos físicamente allí podría encontrarse a gusto.

De repente, le sorprendió pensar que nunca había estado en casa de Anakin; no sabía que podía esperar. Quizás por haber sido jedi esperaba una casa sencilla, pero era todo lo contrario era lujosa como la casa en la que Padme había crecido. Pero la casa de Anakin tenía techos que mantenían el calor a raya. A principio le sorprendió que era Varykino también conocido como el Lado de Retiro, la vista al lago rodeado por un jardín tan frondoso, siempre que viajaba a la cabaña su padre pasaba por este lugar, le encantaba solía nada hacia una isla vecina. A Padme le sorprendió el lujo, le debía de haberle costado una fortuna a Anakin. Ella esperaba algo más funcional. Sin embargo, al mismo tiempo, aquel lugar era ciertamente su hogar. La presencia de Anakin lo llenaba todo, y todo estaba dispuesto a su gusto.

Finalmente, se armó de valor y bajó las escaleras. La disposición de la casa era sencilla, y Padme encontró la cocina sin contratiempos. Solo tuvo que seguir el olor a café. Cuando entró y Trespeó y Artoo se giró.

Ama Amidala -dijo Trespeó- Llevo mucho tiempo diciéndole a R2 que debería a verla levantado

Padme respiró aliviada, porque se habría sentido muy mal si los droides la hubieran despreciado. Ahora era mucho más sensible de lo que pensara la gente de ella cuando tenía menos años y poseía la arrogancia natural cuando era reina y senadora. La vida se había encargado de doblegar su arrogancia y le había enseñado a no esperar vino y rosas.

Anoche, Anakin no se tomó la molestia de presentarnos. Soy Padme Amidala -dijo con las mejillas sonrojada.

Soy C-3P0, relaciones cibernéticas humanas y este es R2-D2 también conocido como Artoo -dijo el droide mientras que Artoo la saludo con sus bips.

¿Qué le apetece desayunar? También cocino -comentó el droide.

Esperaré hasta la comida, gracias. ¿Anakin viene a comer? -preguntó, azorada.

Si está trabajando en el taller. ¿Qué tal un café? -pregunto amablemente.

Yo lo prepararé -dijo Padme rápidamente- ¿Dónde están las tazas?

Artoo guio a Padme y con unos bips dijo que estaban en el armario a la izquierda del fregadero y Padme saco una taza.

Muchas gracias, Artoo -dijo Padme con una sonrisa al droide el cual contesto con unos bips de alegría.

Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora