En el taller mecánico de Anakin
Llevaba toda la mañana sin poder quitársela de la cabeza. Se había levantado de mal humor. Tenía el cuerpo dolorido de frustración, como si fuera un adolescente con las hormonas revolucionadas. Hacía mucho tiempo que había dejado de ser un adolescente, pero sus hormonas no dejaban de mortificarlo, y sabía exactamente por qué. No había podido conciliar el sueño recordando el sabor dulce de Padme, y la sedosa suavidad de su cuerpo. Ella también lo deseaba; él tenía la experiencia demasiada como para confundirse al respecto. Le había sugerido que le pagara con su cuerpo, y a ella aquello no le había gustado en absoluto.
Anakin frunció el ceño. Ella lo había intentado, pero había perdido su antigua soberbia fría y desdeñosa. Estaba en la ruina y no tenía nadie a quien recurrir. Quizás estuviera asustada, preguntándose qué iba a hacer sin el colchón de dinero que siempre la había protegido. Estaba prácticamente desamparada, ya no era senadora, ni talento, salvo para las relaciones políticas que tenía en el senado. Estaba completamente sola en aquella cabaña, sin nadie que la ayudara.
Anakin soltó un gruñido alejándose de un deslizador terrestre V-19 que estaba reparando.
Volveré luego -le dijo a Rex, se limpió la mano y salió del taller.
Rex lo miró alejarse.
¡Menos mal! -exclamó Rex. Fuera lo que fuera lo que preocupaba el general, lo había puesto del peor humor que le había visto nunca; sería un alivio trabajar sin él.
Anakin agarro un deslizador RGC-16, no tenía ganas de agarrar su nave quería estar solo despejo el deslizador hizo el camino hasta la cabaña de Padme, cuanto más pensaba en ello, menos le hacia la gracia la idea. Ella estaba intentando de restaurar la cabaña ella sola. Aquello no encajaba en la idea que tenía de ella, pero sus manos delicadas estaban llenas de marcas inconfundibles.
Anakin despreciaba a quienes despreciaban el trabajo honrado y esperaban que otros los hicieran en su lugar, pero algo dentro de él, se enfurecía al pensar que Padme intentara siquiera hacer las agotadoras tareas. Maldición ¿Por qué era tan testaruda? ¿Por qué no pide ayuda? El trabajo era una cosa, pero nadie esperaba que Padme una de las grandes senadoras se convirtiera en una constructora.
Ella no era lo bastante fuerte; él la había tenido en sus brazos, había sentido la delicadeza de su complexión, la sutileza de su constitución. Padme no debía trabajar, podía resultar herida, y pasarían días antes de que alguien la encontrara.
Anakin soltó un gruñido de disgusto, aumento la velocidad del deslizador, pero lo cierto era que no le gustaba la idea de que Padme intentara levantar esa vieja cabaña con sus propias manos. Aquel era trabajo de un hombre. En realidad, de más de un hombre.
En fin, tendría que ocuparse de todo por ella, le gustara a Padme o no. Cuando llegó a la cabaña, bajo del deslizador con el ceño fruncido la vio arriba del techo, y en un instante su rabia alcanzó el punto de ebullición. Padme estaba agachada, intentando reparar con sus propias manos una sección del techo. Reparar el techo era un trabajo que requería más de dos hombres; ¡Pequeña idiota! Si se resbalaba podría herirse seriamente. La idea de que pudiera acabar tendida en el suelo sangrando, en medio un montón de herramientas y materiales, lo puso furioso y enfermo.
Se dirigió al frente de la cabaña Padme estaba trabajando, dándose tiempo para controlar su rabia. Ella volteó levantando la vista y lo vio, a pesar de la distancia que los separaba, Anakin vio que se ponía rígida. Entonces ella dejo su trabajo y bajo por las escaleras mientras Anakin sostenía la escalera para que no se cayera, quedo frente a Anakin la veía de forma seria.
Anakin la vio de arriba abajo, ella llevaba unos guantes viejos y grandes, de modo que apenas podía sujetar bien alguna herramienta. Al final, Padme acabo quitándose los guantes dejando ver los arañazos enrojecidos, y algunos de los cuales eran tan profundos que sangraban abundantemente, tenía deseó de zarandearla para hacerla entrar en razón.
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Corazón Roto
FanfictionPadme Amidala acaba de regresar a su planeta natal Naboo tras la muerte de su padre lo cual dejo a su familia de herencia una cabaña en los país de los lagos y un montón de deudas. Pero lo peor de todo era que la mayoría de esas deudas eran con el p...