Capítulo 07

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Después de comer, Anakin le preguntó si le importaba esperar mientras él veía a uno de sus socios. Padme abrió la boca para quejarse, pero entonces recordó que los hombres de Anakin estaban ocupándose de su cabaña; no tenía ninguna prisa por volver y, en realidad tomar un descanso su cuerpo ya estaba tomando factura del agotamiento físico.

El día se había convertido realmente tranquilo, deseaba que el día no se acabara. Estar en compañía de Anakin había pasado sin ninguna discusión o que el recordara que se acabarían acostándose juntos.

No tengo prisa -dijo ella, dejando que Anakin decidiera a qué hora volverían.

La reunión de Anakin fue más larga de lo que esperaba, pero Padme no se aburrió, porque no la dejó sentada en la recepción. Él la llevó a la reunión, para ella fue muy interesante las horas se fueron volando. Eran casi las seis cuando terminaron, Anakin tenía hambre otra vez cenaron y pasaron dos horas para luego ponerse en camino.

Padme iba sentada a su lado, relajada y un tanto somnolienta. Anakin se había tomado un café, porque iba a manejar el deslizador, mientras que ella se bebió dos copas de vino en la cena. Padme se recostó en el asiento, hablaban solo cuando Anakin decía algo que requería una respuesta.

Padme comenzó a sentir frio, se incorporó, abrazándose, al sentir que el aire frío la estaba traspasando la ropa ya que apenas le daba calor, Anakin la miró y detuvo el deslizador.

¿Por qué nos paramos? -pregunto Padme sorprendida.

Porque tienes frio -contestó él quitándose su chaqueta y la cubrió con ella, envolviéndola en el calor y el olor de su cuerpo- Todavía nos quedan casi dos horas de camino, así que duerme un rato

Mmm -musitó ella. Anakin le tocó la mejilla suavemente, viendo como cerraban sus ojos.

Los efectos del vino se habrían disipado a Padme cuando llegara a casa. Quería que ella estuviera despejada cuando se detuvieran en su casa. Esa noche él no pensaba dormir solo. Llevaba todo el día reprimiendo el deseo de tocarla, besarla y sentir su cuerpo contra el suyo. Desde el momento que la conoció no dejo en pensar en ella, deseándola. Ahora comprendía que impulsaba a los hombres en mimarla. A él, sencillamente, le había llegado su turno, estaba decidido a llevársela a la cama, disfrutar de su cuerpo terso y esbelto, sabía que ella también lo deseaba.

Padme no solía dormir bien. A menudo era incapaz de descansar más si dormía con alguien cerca, aunque fuera su padre. Su mente se negaba a relajarse si tenía a un hombre a su lado. Rush la atacó a mitad de la noche, cuando ella estaba profundamente dormida, y el trauma, la había afectado haciéndola incapaz de descansar bien.

Ahora, justo antes de quedarse dormida, comprendió que esa noche no sentía aquella angustia al dormir. Anakin atemperaba su fortaleza cuando acariciaba el cuerpo delicado de una mujer, y Padme se durmió, sabiendo instintivamente que estaba a salvo.

Hemos llegado, Padme. Pon los brazos alrededor del cuello -hablo con voz profunda y aterciopelada de Anakin, despertando a Padme.

Ella abrió los ojos y, al verlo inclinado sobre ella, con la puerta del coche abierta, le dirigió una sonrisa adormilada.

He dormido todo el camino, ¿no? -dijo ella adormilada.

Como un bebé -le contesto para darle un suave beso en los labios; una caricia cálida y fugaz.

Luego deslizó los brazos bajo su cuello y sus muslos, ella dejó escapar un leve gemido al sentir como él la levantaba, y le pasó los brazos alrededor del cuello, como él le había dicho. Anakin la llevaba rápidamente a través de la oscuridad.

Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora