Capítulo 5 Natalie: Lucifer no está muy contento...

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- ¡Aaaaah! –grité cuando la bestia me tomó por detrás alzándome del suelo y yo pataleando como una nenita- ¡suéltame bestia repugnante!

Eran tres, uno me tenía y los otros dos estaban inspeccionando mi habitación en busca de algo que no sabía de qué se trataba. Forcejeaba entre los brazos del enorme demonio de dos metros y medio que me sostenía pero no podía deshacerme de sus garras.

- Apúrate, Mammón –habló el demonio que me sostenía- no tenemos mucho tiempo…

- Tenemos todo el tiempo del mundo, Belial –lo interrumpió sonriente quien debería ser Mammón…mierda, era un demonio mayor…

- ¿Qué es lo que buscan? –pregunté a Mammón con un gruñido.

- Cosas con valor –dijo éste mismo revolviendo y destruyendo parte de mí cuarto.  

- ¡Hijo de puta! –grité furiosa cuando destruyó todo mi armario y el cuadro que había dejado de pintar hacía unos meses. Belial me apretujó con sus garras en mi carne haciéndome gritar del dolor- ¡suéltenme! 

Los tres demonios se rieron… ¿quién era el otro? Intenté conjurar un hechizo pero estaba neutra, no tenía energía para expulsar…

- Miren, encontré esta hermosa carta de amor –comentó Mammón en tono burlón. Recordé que él era el demonio de la avaricia…- ¡oh! ¡Una llave de un gran auto!

Miré cómo sacaba la caja que tenía la llave del auto que Sam me había regalado, el cual no sabía qué auto era…se la guardó en el bolsillo de su saco…espera ¿un saco? Mammón se había convertido en hombre; maldita sea ¿por qué todos los demonios tenían que ser hermosos? Éste me miró y se acercó a mí sonriente.

- Vaya, es verdad sobre lo que decían…eres linda, nena –ronroneó hipnóticamente y acariciando con un dedo mis labios…abrí la boca y rápidamente le mordí el dedo sintiendo el gusto metálico de su agria sangre- ¡Ay! ¡Maldita perra! –graznó y me obsequió una bofetada tan dolorosa…

- Déjala, sabes que no podemos tocarla –dijo el demonio que no sabía quién era, que también había vuelto su forma humana.

- Habla por ti, Astaroth –repuso Mammón- veremos que sucederá cuando llegue Asmodeo, estoy seguro que le encantará la carne de una virgen…

- ¡No! –grité aterrada. Asmodeo era el demonio de la lujuria…sentí una energía recorrer dentro de mis venas…- ¡Dimittet! –exclamé soltándome del agarre y a la velocidad de un rayo ataqué con la poca energía que me quedaba- ¡Ictum!

La onda de energía chocó con los tres demonios retardándolos por unos segundos, que en esos milésimos de segundos de ventaja los usé para escaparme, saliendo de mi habitación empecé a gritar el nombre de James…nadie respondía. El chillido de los demonios en mi habitación me helaron la sangre, debía salir de este lugar lo más rápido posible, no tenía mucha posibilidad de salir viva esta vez, eran tres demonios mayores, tan poderosos como el mismísimo Lucifer.

Corrí pasando la cocina, el comedor y llegando a la puerta trasera para salir al patio, sabía que eran las tres de la mañana porque había visto el reloj de la cocina…la Luna roja estaba en lo alto del cielo y como siempre siendo Luna Llena. Estaba recordando que podía absorber su energía a mi favor.

Un segundo antes que los tres demonios llegaran a mí ya había absorbido la energía suficiente para hacer una hoguera…me giré justo a tiempo para atacar:

- ¡Crescente Ignem! –conjuré y un círculo de un gran fuego nos rodeó. Los demonios rieron.

- Linda, nosotros provenimos de él, no nos puedes hacer daño como a otros –burló Belial. Sonreí.

Pesadillas Reales La Eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora