Pesadillas Reales La Eternidad.

Capítulo 27 Sam.El nuevo miembro...

Apenas podía creerlo: que Claudius estuviese muerto. Era una pesadilla para todos...una pesadilla real. Una muy horrible para Mike y mi padre; mi madre tuvo que preparar varias pociones para tranquilizar a ambos y se requirió la ayuda de ángeles celestiales para encontrar ciertos ingredientes que se necesitaban para preparar. Todo Dark Country estuvo de velo porque Claudius era muy querido por poseer más cualidades humanas que los demás miembros del Consejo; yo ya lo extrañaba, se notaba su falta de presencia porque la mayoría del tiempo hacía chistes, siempre tenía buen humor y era gentil con todos...

Natalie entró a la habitación con los ojos hinchados por llorar y se derrumbó en la cama boca abajo sollozando, suspirando me arrastré hacia ella y me tiré a su lado acariciándole la espalda.

- No es tu culpa –le murmuré- nada lo es ¿entiendes?

- Yo los llevé allí...nunca debimos ir...Por mi culpa Mike no tiene padre...

- ¡Hey! –solté molesto y ella alzó la cabeza para mirarme sorprendida- no es tu culpa, Natalie, no tenías idea que Luke...

- Sí lo sabía –me interrumpió con brusquedad- pero no sabía si era cierto...soy una estúpida... ¡Soy una maldita estúpida!

- Natalie...

- Primero Sophie, segundo Anabel y ahora Claudius... ¿quién sigue ahora?

- No digas eso...

- Sam...no quiero que nadie más muera...no por mi culpa.

Ella se sentó y yo la abracé. Nos quedamos allí por varios minutos, ella sollozando, yo pensando para no terminar igual. Nos dormimos después de bañarnos <juntos, aunque ella no tenía ganas de acción y yo menos> pero se despertó a los pocos minutos por las pesadillas que otra vez la atormentaban. Lo que hice para calmarla fue cantar y ella se tranquilizó.

- Eres un buen cantante, Sam –susurró ella con los ojos cerrados. Sonreí- deberías tener una banda...Los Oscuros de Alsthom ¿te parece?

- Buena idea y buen nombre –repuse con una sonrisa- ¿tú serías la guitarrista? 

- No, yo solo sería una admiradora más del montón.

- Tú serías lo único importante para mí, lo eres...siempre.

Siempre. Siempre será mi amor, mi todo. Me quedé dormido de nuevo, y cuando desperté ya era el mediodía. Era peligroso estar en Dark Country pero aun así nos quedamos en nuestra casa del lugar porque los del Consejo Oscuro <los que quedaban> tenían que anunciar al nuevo miembro de la orden, alguien que reemplazaría a Claudius; no había muchos candidatos, pero había. Uno de ellos era mi padre. Para ser miembro debías ser un caído poderoso, popular y bien reconocido entre la comunidad Oscura; y Ethan lo era, pero también los otros. Estaba su amigo Sebastián Lezcano <que vivía en Argentina>, Amadeo Olsen <un caído veterano de la primera guerra celestial> y Sheila Lewinsky <una caída famosa por sus poderes para multiplicarse> y eran grandes competentes. Esperaba que mi padre ganara...aunque no estaba muy seguro, ya que no tendría tiempo para la familia. Claudius se unió cuando su esposa falleció y Mike se había ido de casa; pero nuestro padre nos tenía, tenía su familia completa y si ganaba tendrá que dejarnos. Esteban Black se había divorciado <y eso le causó la muerte de la mujer> y sus hijos eran bastantes independientes, excepto por Krista. Pobre Krista. 

Mamá había preparado el desayuno pero nadie tenía hambre, el pobre de Mike seguía dormido por las pastillas <que eran de Natalie, las que usaba para evitar las pesadillas, aunque nunca funcionaron, pero para Mike sí> y era mejor no despertarlo a dura realidad, mi padre apenas daba indicios de vida y los demás <James no porque no podía entrar a Dark Country> escasamente hablaban. Nadie tocó el tema del nuevo miembro porque nadie le interesaba, los del Consejo habían vuelto a su mando pero por poco tiempo ya que las amenazas de los Oscuros rebeldes de Luke seguían llegando y los demonios que estaban a su lado causaban el desorden de la ciudad. Llamaron a mi padre para presentarse como candidato, pero él lo había rechazado y sin embargo seguía en juego, porque como todas las cosas estaban mal necesitaban desesperadamente un nuevo miembro y nadie podía redimirse.