Capítulo 19 Sam. Como un anticuerpo...

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Dejé de cantar cuando terminé de ducharme, salí y me vestí para encontrarme con Natalie; ella estaba en la cama boca abajo y podía escuchar su pesada respiración, incluso roncaba a lo bajo. Sonreí, era hermosa hasta cuando dormía, parecía un ángel. Y hablando de ángel, James me había pedido que ayudara en el entrenamiento de las chicas y que me encargara de llamar a todos los Oscuros que componían nuestro ejército, no eran muchos, pero algo era algo; en nuestro equipo estaban: los profesores < Maddy Western, George Larson> y también sus hijos se unieron <Elena Larson y Jeremías Western> que ya los conocía desde la escuela de los Oscuros, Tobías Black, Lía Steel <sus padres también: el ángel Nicholas Steel y su esposa Oscura Alyssa> Kevin Stevens <su familia era muy famosa ya que el ángel caído era Samael> Jenna Holloway <una Oscura huérfana> y bueno, Mike y su padre, mi familia, Candy y Nat. En total quince Oscuros, seis caídos, un demonio, tres Illuminatis y tres ángeles.

Pero no eran todos, aún había cupo en la lista, solo estábamos esperando más aliados y sabíamos que iban a venir más; si es que Luke no los había matado antes de unirse.

Me acosté al lado de Natalie, la abracé y la besé suavemente antes de dormirme. Aunque fuera un Oscuro le pedí a Dios que nos ayudara; sabía que nos odiaba, Él intentó destruirnos hace miles de años cuando supo del primer Nephilim, pero ahora estábamos luchando de su lado contra el hijo del diablo…además, nosotros no elegimos este destino, yo no pedí nacer siendo un Nephilim; estábamos pagando el error de otro e igual los humanos. Pero ese no era el caso, no todos los Oscuros o Nephilims éramos malos; en mi caso no lo sabía: hacía magia Oscura pero no para dañar a otros. Mi difunta prima Rebecca, ella se había negado a su naturaleza, así que era una Nephilim neutra. Yo hubiese hecho lo mismo a los diez años pero pensé que iba a defraudar a mi familia…mis pensamientos siguieron fluyendo a medida que me hundía en la dulce melodía del sueño…

- ¡Sam! –la voz de Natalie me despertó de golpe y cuando enfoqué mis ojos en ella se reía- tranquilo, no quería asustarte.

- Entonces no hubieses gritado así, Nut –repuse con voz dormida. Ella me golpeó en el hombro despacio y salió de la cama.

- Prepárate, este va a ser un día muy largo.

- A la orden, capitán.

Nunca me había dormido tan profundamente pero me sentía tan energético y vivo, salté de la cama y me puse un jean negro gastado, una remera gris y zapatillas blancas perfectas para correr. Me afeité rápidamente y bajé para desayunar en el restaurant del hotel <el cual estaba vigilado por dos cuarteles de ángeles> donde todos estaban en una larga mesa repleta de comida.

Natalie me llamó para que me sentara a su lado.

- Mira…Nutella –susurró emocionada mientras se mandaba una enorme cucharada de la empalagosa mezcla de color marrón. Sonreí.

- Prefiero mi Nutella –murmuré seductivamente mientras le robaba un beso dulce. Ella rió tontamente colorada…me recordaba a la antigua Natalie…

El ruido del cristal rompiéndose nos llamó la atención a todos, nuestra vista se fijó en la dirección en donde se encontraba Candy cuya cara estaba colorada de la vergüenza.

- Lo siento, no puedo controlarlo –se disculpó y varios en la mesa se rieron con inocencia- malditos poderes incontrolables.

- ¿Ya ves a lo que me refería? –le dijo Natalie ocultando su risa. Candy la fulminó con la mirada.

                                                                       ***

Otra vez en el Vaticano, este lugar me ponía nervioso tal vez por los ángeles que nos miraban fijamente o por los guardianes angelicales, estaba lleno de ellos. Estábamos aquí para entrenar, el Papa nos ofreció la sala donde los ángeles enseñaban a sus discípulos a combatir para que nosotros la utilizáramos con el mismo fin. Jessie saludó a todos a sus nuevos amigos y compañeros, Candy hacía bromas pesadas a unos ángeles despistados y Chimerius se reía de ello. Vaya maestro tenía Candy, definitivamente Chimerius la estaba llevando por el mal camino. 

Pesadillas Reales La Eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora