Capítulo 3 Natalie: Bestias infernales...

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Estaba caminando y pensando qué hacer con mi vida y qué hacer para salvar al maldito mundo de las manos de Luke. Seguí caminando en mi patio dirigiéndome al bosque…estaba anocheciendo pero no me importaba, ya no le temía a lo que pudiese encontrarme allí, ahora yo era a quien debían temer. 

Entré al bosque y como todos mis sentidos estaban más perfeccionados que antes, podía percibir hasta el mínimo movimiento de los animales e insectos, mi vista distinguía millones de colores que pensaba que no existían hasta ahora, ser una Oscura era increíble en algunas cosas y ser Illuminati no sabía de qué se trataba, no sabía si era más poderoso que ser un Oscuro. Pero tenía otras preguntas ¿los Illuminatis no se habían extinguido gracias a los Oscuros? Eso significaba que los Oscuros eran más poderosos que nosotros, o eso pensábamos…

Percibí un ligero movimiento entre los árboles del frente, no sabía si se trataba de un animal…u otra cosa. Me detuve y esperé en silencio, pero todo estaba tranquilo; seguí caminando pero esta vez más lento y más atenta. Un crujido de ramas me hizo girar rápidamente hacia la izquierda pero seguí sin ver nada, otra vez más escuché ruidos y aleteos por todos lados…me posicioné para atacar pero nada salía ni nada se veía, solo era ruido; ruido molesto. De pronto todo quedó en silencio y después de un minuto suspiré aliviada…

- ¡Ay! –grité cuando alguien me tiró hacia atrás arrastrándome por el bosque a una velocidad inexplicable…miré hacia arriba y vi al demonio. ¡Mierda, era enorme! 

La bestia me tenía del cuello de la remera que llevaba arrastrándome por el suelo lleno de ramas y otras lastimándome por la velocidad a la que íbamos. Grité nuevamente cuando una rama se clavó en mi pierna derecha dolorosamente ¿dónde estaba llevándome? La bestia me hacía chocar con los árboles a propósito, provocándome heridas graves…Con mis manos traté de soltarme pero no podía, esta bestia era como un tractor y con la piel negra escamosa, tenía que usar mis poderes, era lo único que podía hacer; pero estaba asustada y dolorida que no podía concentrarme en ningún hechizo o conjuro para defenderme…

- ¡Subsisto! –exclamé con dolor y se detuvo de golpe. El demonio salió disparado hacia delante mientras que yo me quedé clavada al suelo, traté de levantarme pero mis piernas estaban rotas y con heridas sangrantes…mierda, me arrastré por el suelo dolorosamente llamando a James mentalmente pero no había respuesta alguna de él.

Miré al cielo que ya estaba anocheciendo y se podía ver la Luna roja a lo alto, tragué saliva duramente y gemí cuando quité la rama clavada de mi pierna de un tirón; empezó salir sangre a borbotones, me había perforado una arteria. Iba a morir en pocos minutos. Miré a la bestia que comenzó a levantarse…

- Sanationem –susurré tomando mi pierna herida y lentamente empezó a curarse. La bestia rugió como un león furioso- vamos, vamos –murmuraba para que la herida se curase más rápido, estaba quedándome sin energía…miré a la Luna roja y sentí su energía oscura…

Alcé una mano hacia ella y me concentré en su energía, tal vez podía absorber la energía que irradiaba y usarla a mi favor. El demonio volvió a rugir y empezó a caminar hacia mí con odio, sus ojos rojos con naranja me miraban…una vez que sentí mi palma caliente de energía apunté con mi mano al demonio y sonreí con malicia. La bestia comprendió mi intensión y gruñó corriendo a mi dirección para matarme, pero yo tenía más ventaja.

- ¡Aufero! –grité con excitación y el demonio se detuvo en seco, y antes de desaparecer en cenizas gritó en latín un insulto.

Jadeando me derrumbé por completo al suelo mirando al cielo, a la Luna. Al fin lo comprendía, la Luna roja irradiaba energía Oscura, solamente que Luke y yo podíamos usar porque nuestra sangre la tiñó. En especial la mía. Llamé nuevamente a James por medio de la telepatía y cerré los ojos a la espera, estaba bastante cansada como para levantarme o curar las otras heridas feas que tenía.

Pesadillas Reales La Eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora